El período del magistrado Alberto Rojas iba hasta el 2 de mayo del 2021, pero una “falla” ordenó ampliarlo hasta febrero 22 de 2022 y hasta esa fecha se quedó desde el 2013, cuando llegó en medio de fuertes cuestionamientos por su trayectoria como abogado de congresistas que tenían demandada su investidura ante el Consejo de Estado y por supuestas malas prácticas profesionales (remember el affaire de la viuda de Funza) que finalmente no llegaron a ningún Pereira.
De él se sabe que tiene más amigos que el Pato Donald (los liberales César Gaviria, Rodrigo Rivera, el Contralor Felipe Córdoba, el exprocurador Edgardo Maya, quien lo llevó a trabajar con él y, dicen, hasta Álvaro Uribe, ex liberal por excelencia, hoy conservador de derecha, por gracia de la Divina Providencia.
Habiendo sido calificado por la periodista Cecilia Orozco en una columna como “el diablo haciendo hostias”, fue actor central de más de 500 fallos cuya ponencia rubricó -con el exequátur de su antecesor y colega externadista, Juan Carlos Henao, también librepensador a ultranza- entre ellos el del matrimonio igualitario para las parejas del mismo sexo, el “allanamiento a las pretensiones de la demanda” que había tutelado un abogado inventando contratos laborales en favor de unas madres comunitarias contra el ICBF y otra que declara inexequible un inciso de una Ley que, para combatir la reincidencia delincuencial, permitía a los jueces tener en cuenta este tipo de antecedente para, configurando un principio de peligrosidad social, dictar detención preventiva a una persona que cometía un nuevo delito, pero este fallo les renovó indefinidamente a los delincuentes su licencia para matar.
Y la cereza del postre: el más reciente fallo que despenaliza la práctica del aborto hasta los seis meses de edad de los niños por nacer, que los entendidos han catalogado como genocidio, infanticidio y también se dice que se le están lavando los crímenes por tales prácticas aberrantes a los firmantes de la paz de Santos y que le da patente de corso a la donación de órganos de los cuerpos de los abortados, como para cerrar, con broche de oro, la “participación en el programa” del malhadado togado que hoy se despide del escenario. Guardarán su efigie al lado de la del Rey Herodes, tenebroso Tetrarca de Galilea, quien dio la orden de asesinar a todos los recién nacidos en la Judea y alrededores intentando “cazar” al Mesías Prometido.
Y es que Corte Constitucional sigue ejerciendo el poder omnímodo, arrastrando consigo las ramas legislativa y ejecutiva, que pierden sus funciones frente a una Corte que con frecuencia inusitada permea el andamio y daña la estructura de la civilidad. Te in aeternum -hasta siempre- Magistratus, con tal de que te vayas, aunque que te vaya bien.
Post-it. Excelente libro de Jeffrey D. Sachs, Las Edades de la Globalización, mismo autor de El Fin de la Pobreza. En este reciente trabajo repasa la historia y exalta la importancia de su majestad el caballo, protagonista central de las grandes gestas de la historia de la humanidad. A todo caballo, todo honor. Y pensar que los salvajes americanos al principio de los tiempos los cazaban para echarlos a la parrilla, vaya crimen de lesa animalidad.