En las múltiples situaciones que presenta la capital, el próximo alcalde, dentro de los muchos problemas que recibe, deberá afrontar tres grandes retos que perfilan la suerte de la ciudad para las siguientes décadas. Llegó el momento de los resultados, se deben aprovechar los avances de las anteriores administraciones y de la actual en materia de movilidad, infraestructura, seguridad, salud, educación e integración social entre otros muchos más.
Pero los tres principales retos que la ciudadanía reclama al próximo mandatario son:
1. Seguridad: según la última encuesta de Invamer Gallup este es el principal factor de angustia bogotana y en efecto es de enorme preocupación. No es sensación de inseguridad, es realidad. Los atracos en buses del SITP, a bancos, residencias y negocios; el robo de celulares, bicicletas, motos, automóviles y fleteos son alarmantes. Se requiere de firme autoridad, colaboración de la justicia y mayores sistemas de control y vigilancia que persuadan a los delincuentes.
2. Movilidad: Una ciudad de casi nueve millones de habitantes está colapsando en su transporte público y privado, es desastroso. Si bien es cierto que la moto, la bicicleta y ahora la patineta son alternativas efectivas, el alto numero de ellas, la falta de regulación, control y disciplina de los usuarios, se está convirtiendo en un grave problema, pues la invasión a las vías vehiculares están generando innumerables accidentes diarios con serias consecuencias. Ahora, el gravísimo problema de los colados en Transmilenio que no solamente es un detrimento económico al sistema, sino un mensaje de anarquía, falta de autoridad, inequidad e irrespeto ciudadano, es un reto mayor para el próximo mandatario capitalino.
3. Infraestructura: Bogotá requiere con urgencia muchas obras especialmente para movilidad y mantenimiento de la malla vial. Esto ultimo es alarmante, un inmenso porcentaje se encuentra arruinado, los huecos y deterioro del pavimento generan una perdida de tiempo en el flujo vehicular con choques mayores y menores produciendo obstrucciones viales. Este grave problema de tipo tercermundista es un enorme reto para la administración que viene, además de las obras de andenes, nuevas vías y puentes. En este cuatrienio se iniciará la primera fase del metro con trabajos que desde luego afectarán la movilidad, el orden y tranquilidad ciudadana.
Además de lo anterior, la esperanza capitalina está centrada en atender el orden y cultura ciudadana, resolver la informalidad, la mendicidad, las ollas de indigencia y la drogadicción entre otros de los grandes flagelos de Bogotá.
En conclusión, no será fácil para quien llegue a conducir los destinos de esta inmensa ciudad, se requiere de gran capacidad de gestión, de sentido común, en centrarse en lo fundamental y urgente, sin importar su tendencia ideológica, bien sea de derecha, centro o izquierda, en esto no cuentan estos aspectos, pues los problemas son iguales para cada aspirante. Esperamos lo mejor para nuestra ciudad y que sea elegido quien presente el mejor programa y voluntad deseado por los bogotanos, bien sea hombre o mujer nuestro próximo alcalde o alcaldesa.