Al término de nuestro viaje por Egipto y Turquía no puedo dejar de hacer una comparación sobre la actualidad de estos dos países. No me referiré a la importancia, ni a la belleza de su herencia histórica reflejada en los monumentos, templos, excavaciones y tesoros arqueológicos que poseen. Solo escribiré sobre mi percepción, de acuerdo con lo que observé del diario vivir de sus gentes en la actualidad.
Los turcos celebraron en el 2023 el centenario del nacimiento de la república moderna de Turquía fundada en 1923 por Mustafa Kemal Ataturk, el amado “Padre de la Patria”.
Hoy gobierna Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía desde 2014. En sus comienzos Erdogan fue partidario de un gobierno islamista y llegó a ser acusado de intolerancia religiosa. En el 2001 abandonó esa posición y fundó el Partido de la Justicia y el Desarrollo. Desde entonces ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado.
Bajo su liderazgo, a pesar algunos problemas con los Derechos Humanos, el país ha alcanzado un progreso sin precedentes. La infraestructura del país iguala y, en muchos casos, supera la de cualquier país desarrollado. El ingreso per cápita es más del doble de Egipto. La limpieza de los pueblos y ciudades sorprende. No se ven mendigos ni miseria. El ambiente es de expansión. Sin embargo, hay un fuerte control policial, muy presente en todo lugar.
Turquía, situada en Asia Occidental, tiene una superficie de 785.350 Km2 y una población de 88’196.552 millones personas. Su capital es Ankara y su moneda es la Lira turca. Es la economía número 19 por el volumen del PIB.
Por el contrario, la pobreza en Egipto es apabullante, el “rebusque”, el desespero por ganarse el centavo y el hambre son muy notorio; los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas, tratando, desesperadamente, de vender algo al turista, en cada pueblo o ciudad que visitamos, en El Cairo, Alejandría, Luxor, Gaza, impresionan. La mugre y el desorden, desconciertan en medio de la belleza del Nilo, sus riberas y sembrados verdes y sus grandiosas ruinas, recuerdo de su pasada gloria.
Abdulfatah al Sisi, presidente de Egipto desde 2014, se ha propuesto modernizar la infraestructura del país para impulsar el desarrollo y, por lo que vimos en rutas, puentes y aeropuertos, lo ha logrado. Sus grandes problemas son la inflación y el aumento desmesurado de la población. Cada hombre, de acuerdo con la tradición musulmana, puede casarse a la vez con cuatro mujeres, algo aún muy practicado especialmente entre los más pobres. Esto imposibilita al gobierno a suministrar buena salud y educación. Muchos niños, asisten a clase en aulas con 150 estudiantes o más y un solo maestro.
Egipto, tiene una superficie de 1’001.450 Km2, y una población de 102’100.000 personas, esto lo hace un país muy poblado. Su capital es El Cairo y su moneda es la Libra egipcia. Egipto es la Economía número 32 por el volumen del PIB.
Estos dos países tan semejantes en tamaño y con una población musulmana en su mayoría, luchan desde hace décadas, por salir del subdesarrollo. Turquía quizá lo está logrado, no así Egipto. Como turistas traemos riqueza y a la vez nos enriquecemos con su inmensa tradición e historia. Es mucho lo que aprendemos de sus gentes tan semejantes y, al tiempo, tan diferentes.