“La política se está transformando y ya no se trata solo de posiciones de izquierda o de derecha”
La primera gran encuesta para la Alcaldía de Bogotá la ganó una mujer. Es una muestra muy clara de que la ciudad quiere que una mujer lidere su destino. No es cuestión solo de género, es que la visión de las mujeres sobre la planeación de las ciudades es un complemento a la forma como perciben y viven las urbes los varones.
El reclamo machista en contra de la llegada de una mujer a ocupar altos cargos, es que no se sientan mejores por el hecho de ser mujeres, sin embargo, casi nadie (incluidas nosotras) cuestiona el hecho de que los hombres hayan sido los tradicionales gobernantes en la historia de las sociedades con los resultados positivos y negativos de esa realidad.
A Ángela Garzón le cayeron encima miles de seguidores del Centro Democrático porque se sintieron inconformes con el resultado que el mismo partido había organizado para elegir al candidato oficial de la derecha política colombiana. En las bases el exrepresentante Samuel Hoyos era el preferido y la verdad es que sí sorprendió que Garzón se hubiera impuesto. Pero si se comparan las propuestas, la preparación intelectual e igualdad de capacidades (puede que no de experiencia administrativa) ella no distaba de sus contrincantes y algo tuvo que cautivar a los encuestados que la prefirieron. ¿Qué sería?
Lo que sucede es que la política se está transformando y ya no se trata solo de posiciones de izquierda o de derecha. Se trata de los seres humanos y de gestionar con inteligencia los recursos públicos para mejorar su bienestar. Si de algo sabemos las mujeres es acerca del bienestar, sobre todo cuando se trata de cuidar a la familia, a los niños y a nuestros mayores. Nosotras hemos tenido la responsabilidad histórica de sostener el interior de los hogares, de preparar los alimentos que nos mantienen sanos, de criar a los niños, de cuidar a los enfermos, de administrar los recursos de un hogar y estirarlos cuando nos vemos a gachas para pasar con los mismos pesitos de un mes para otro.
Esa sabiduría femenina empleada en la política puede ser poderosa y transformadora. Pero hacer política en un terreno de tradición masculina no es fácil. Aún persisten barreras de entrada en estos espacios y nos falta mucho como sociedad para que las mujeres podamos ejercer plenamente nuestros derechos y participar de manera paritaria y en condiciones de igualdad. No basta con una cuota de género en las leyes, se necesitan espacios reales que trasformen las realidades de miles de mujeres. Colombia ocupa uno de los últimos lugares en el número de parlamentarias (solo 18,1%) detrás de otros países de América Latina, como Bolivia que tiene el 53,1%, México el 48,2% y hasta Nicaragua con el 45,7%.
Las mujeres políticas pagan más costos personales como por ejemplo, tener menos hijos (o no tener), tienden a separarse más de sus parejas y cuando salen de trabajar, igual llegan a sus casas a atender a la familia. No ocurre lo mismo con los hombres políticos que cuentan con mujeres que se hacen cargo de esas responsabilidades.
La visión política de nosotras es diferente, no es mejor sino complementaria y eso sumando a la experiencia en gestión pública es lo que el electorado está pidiendo. Así que felicito a Ángela Garzón y al Centro Democrático por jugársela por una mujer. Visiones como la de ella, la de Claudia López, la mía y la de otras candidatas ayudarán a construir una democracia más fuerte. ¡Qué comience el debate!