VICENTE TORRIJOS | El Nuevo Siglo
Martes, 15 de Julio de 2014

Putin 2

 

“Sólidos cimientos para expansión rusa en A. Latina”

 

Primero se dedicó a ordenar la casa porque estaba en bancarrota, vetusta y aislada.  Después se ocupó del vecindario próximo porque se estaba viendo rodeado de todos los males y corría el riesgo de contagiarse.  

Más adelante, empezó a influir en Medio Oriente, en el Mediterráneo, y en el Mar Negro, su gran dolor de cabeza.  Y por último, el presidente ruso ha puesto todo su interés en América Latina.

Por supuesto, ésta no ha sido una tarea escalonada sino simultánea, y aunque incompleta, lo cierto es que el imperio ha renacido prontamente de tal forma que, lejos ya de la obsolescencia comunista, en su segundo tiempo (Putin 2), echa mano de viejos aliados y de la incompetencia norteamericana y liberal para activar en el hemisferio a sus mejores alfiles y peones.

De hecho, no sólo es el principal apoyo con que cuenta Maduro en el Consejo de Seguridad de la ONU para seguir persiguiendo y encarcelando a sus opositores, sino el mejor cooperante que ha encontrado Ortega para dotarse de infraestructura, amenazar el espacio aéreo y las aguas colombianas, y armar a sus tropas soñando con el nuevo Canal.

Para ponerlo en otros términos, al condonarle a los Castro el 90 por ciento de la deuda y emplear el resto en la exploración petrolera y la zona franca de Mariel, Putin impulsa la gradual apertura cubana y se asegura buena parte de los 10 mil millones de barriles en el lecho marino, a pesar de que las pesquisas de Pdvsa y Repsol no han sido muy esperanzadoras hasta ahora.

Todo esto significa que los cimientos sobre los que Rusia va a expandirse por América ya son lo suficientemente sólidos, de tal manera que ahora puede darse el lujo de emprender la cooperación en energía atómica, un asunto sumamente delicado que, so pretexto del "uso pacífico", puede derivar en amenazas insospechadas cuando se trata de gobiernos castrochavistas como el de Argentina.

Con un costo cercano a los 3 mil millones de dólares, la cooperación de Rosatom en la central atómica de Atucha III (que se suma a las dos existentes y a la de Embalse - Córdoba), podría revivir en la Venezuela de Maduro el sueño que Chávez interrumpió hace cuatro años, sueño que incrementaría aún más los riesgos en que Colombia se encuentra, justamente cuando por aquí impera la política exterior de la vista gorda.