Vicente Torrijos R. | El Nuevo Siglo
Martes, 16 de Junio de 2015

 

“Las pautas que deben guiar al Estado”

PLANETARIO

Decálogo "Victim" (III)

 

¿CUÁLES  son las pautas que deben guiar al Estado en sus tratativas sobre justicia y verdad con las Farc-Eln ?

He aquí la última parte de un decálogo (por la Verdad Íntegra y Contra la Impunidad, "Victim" ) que puede ser útil no solo para preservar intacto el interés nacional y el honor de las Fuerzas Militares sino para propinar a los perpetradores de crímenes atroces la sanción que merecen si es que realmente queremos dar ejemplo a las nuevas generaciones y proscribir la violencia como método político en el sistema democrático.

# 9- Los criterios punitivos que orienten la sanción aplicable a los causantes de graves violaciones contra el orden humanitario no pueden ser una pantomima y deben contemplar privación efectiva de la libertad para consolidar a futuro una auténtica pedagogía de paz, respeto a la diferencia y transformación de conflictos por las vías no violentas.

# 10- La revelación de la verdad y la aplicación de justicia no son asunto del pasado sino, más bien, del futuro, así que el llamado posconflicto no puede ser concebido como la prolongación del conflicto, solo que por otros medios.

Corolario 1: La reparación de las víctimas exige la indemnización y la devolución de bienes a sus legítimos dueños, no solo actos simbólicos, restaurativos, metafísicos o espirituales. Ninguna víctima se sentirá conminada a perdonar o a renunciar a su dignidad y pertenencias.

Corolario 2: Sin ambage alguno, el criterio orientador de la no repetición será la entrega y destrucción de las armas usadas contra la sociedad, así como la permanencia de los subversivos en unas pocas áreas geográficas rigurosamente delimitadas, aisladas, acordonadas, protegidas y sometidas a verificación exhaustiva, de tal forma que la cuarentena misma permita constatar el cumplimiento del cese bilateral del fuego y de las hostilidades.

Corolario 3: La reintegración y la reconciliación solo es posible mediante la disolución de las Farc-Eln como bandas armadas, el adiós a las armas y la renuncia objetiva a todo tipo de violencia directa, simbólica o psicosocial.  En definitiva, ningún proceso de negociación podrá ser instrumentalizado como una fase más de la guerra revolucionaria prolongada ni como plataforma para penetrar la estructura institucional del Estado a fin de controlarlo desde adentro y someterlo a la voluntad de un proyecto continental basado en el autoritarismo y la opresión.