Como se presumía la famosa periodista Vicky Dávila anunció su aspiración a la presidencia de la República. Desde la dirección de la revista Semana, a través del poder informativo y económico de ese medio, tuvo una plataforma ideal para establecer una fuerte oposición al presidente Gustavo Petro y su gobierno, investigando y destapando irregularidades y actos de corrupción que han marcado ese nefasto gobierno, labor que ha sido muy útil para la información e investigación de los hechos.
Desde luego que ese eficaz trabajo ha traído beneficios a la democracia y a la justicia, ha sido una labor loable, al punto que en la opinión pública la decisión de Vicky de optar por el manejo del país, ha caído bien en gran parte de la población marcando favorablemente en las encuestas de opinión y esto por la esperanza de tener a una persona recta en la presidencia a partir del año 2026, reemplazando el actual gobierno.
Pero más allá de esa plausible intención, el manejo de un país como Colombia, requiere de mucho conocimiento, experiencia, contacto directo con la población, es algo que se adquiere untándose directamente de las realidades nacionales, internándose en los diferentes campos de la administración pública, sea por elección o nombramiento, conociendo al país por dentro y por fuera, por lo tanto, una aspiración así requiere de estar bien rodeada de personas experimentadas y capaces.
Si bien es cierto que Vicky es una mujer interesante y válida, ella no ha tenido ese tipo de experiencia directa, donde el político se enfrenta al manejo de un Estado con más de un millón trescientos mil funcionarios públicos y una relación con los otros organismos del poder público, por lo tanto esa circunstancia es conveniente mediante una experiencia previa a través de cargos de nombramiento o elección popular, para así conocer todos los diferentes aspectos que comporta el manejo del Estado. Vicky hasta ahora no los ha tenido.
Pero bueno, aquello podría ser subsanable en la medida que ella logre contar un cuerpo Ejecutivo sólido que le permita un buen manejo de gobierno, puesto que registra muy bien en la voluntad popular y de esta manera Vicky tendría la oportunidad de prepararse durante este año de campaña más a fondo y con mayor consistencia, de tal manera lograr respaldos políticos y ciudadanos que la lleven más certeramente a la primera magistratura.
Recordemos que política son las normas de conducta que rigen a la sociedad y la política se hace con políticos, así como la medicina con médicos, la ingeniería con ingenieros, etc. Por lo tanto, el tránsito de Vicky del periodismo a la política es un esfuerzo grande que comporta no solo el liderazgo y favorabilidad, sino una cierta destreza en el manejo de lo público.
Optar por la presidencia de la República es algo muy serio. Vicky muestra atributos como inteligencia, valor, imagen, carisma y popularidad, aunque apenas se está internando en las entrañas del pueblo y esto en unos meses de campaña, es exigente, además como comunicadora debe establecer un modelo de interrelación directa con el ciudadano, respondiendo personalmente mensajes que se le envían a su correo o WhatsApp, X, Facebook, Instagram y demás medios digitales, así como atender llamadas telefónicas de sus seguidores, pues todo esto es un arduo trabajo que compromete tiempo y dedicación. Recordemos que la principal característica del buen político es corresponder a la gente, tal como siempre lo hacían expresidentes como Belisario Betancur, Julio Cesar Turbay y Álvaro Uribe, entre otros. Esos detalles perfilan a los candidatos.
Finalmente, considero que la opción de Vicky Dávila es muy válida y atractiva, así como con enormes posibilidades siempre y cuando logre quedar como candidata única de oposición para derrotar al candidato de la izquierda que va a colocar Petro.
Con los casi 30 aspirantes a la presidencial 2026, figuran hombres y mujeres interesantes, algunos experimentados, limpios, con respaldo popular y de sus partidos, por lo tanto, hay mucho para escoger. Pero se debe elegir a uno solo que brinde la mayor garantía de triunfo después del actual gobierno fallido que tenemos. Por lo tanto, la consigna es no equivocarnos, está en juego el futuro de la nación.