Victor G. Ricardo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Junio de 2015

DESARROLLO ARMÓNICO

Paz debe ser de Estado

Mucho se habla de la paz y no todo el mundo tiene el mismo objetivo de la paz. Ante todo debemos decir que la paz sólida y duradera tiene que concebirse como  una política  de Estado y no de gobierno. Porque para ser más precisos, la paz no se construye con la guerrilla sino que se hace con todos y para  todos los colombianos. Con la guerrilla se debe trabajar para lograr un acuerdo político que ponga fin al conflicto armado que hemos tenido por ya cincuenta años y que no hemos podido acabar a través de las acciones de la fuerza pública. La paz es integrar a nuestro pueblo al desarrollo. Lograr que haya menos injusticia social y por tanto que los colombianos de las ciudades y los del campo tengan salud, educación, trabajo honrado y economías formales. Por eso no podemos desenfocarnos y creer que con un acuerdo con la guerrilla va a venir la paz total.

Lo que puede venir si no se planifica la terminación del conflicto armado de manera seria y responsable es un incremento de la delincuencia y una posible frustración de nuestro pueblo. Cómo sería de importante para el futuro de nuestra Nación que la terminación del conflicto fuera negociada por una comisión que  representara al conjunto de las fuerzas políticas y económicas del país. Así sería  una paz de Estado y no de gobierno. Capaz de traducir el crecimiento económico de nuestra Nación en desarrollo armónico e igualdad para todos, que es la deuda con las generaciones que no han vivido un día de paz en Colombia y que promueva el desarrollo productivo que garantice empleo y el respeto por los derechos humanos y mejores condiciones de inversión.

No se trata de atentar contra quienes han construido riqueza nacional como producto de su trabajo honrado. Se trata de hacer inversión en las regiones tradicionalmente abandonadas por el Estado para ofrecer mejores posibilidades de desarrollo, donde impere un ambiente de seguridad y estabilidad jurídica. Y por supuesto que se haga una socialización de los acuerdos para que cuando se consulte al pueblo colombiano sobre su opinión, este pueda tomar la mejor decisión de refrendación o no, con conocimiento amplio y exacto del posible acuerdo que el señor Presidente de la Republica se ha comprometido a consultar.