Vivir en Marte | El Nuevo Siglo
Jueves, 29 de Diciembre de 2016

Nos está quedando pequeña la tierra. Con una superficie de 510 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales 149 son de tierra y 361 de agua, es decir el 70%, para una población de siete mil millones de habitantes, lo que indica que la densidad poblacional a nivel general de la tierra es de 49.54 habitantes por kilometro cuadrado. Según la FAO la tierra tiene aun capacidad de alimentar la población mundial. En 2050 cuando se aumente a 9.600 millones de habitantes aun habrá alimentos. ¿Pero que pasará en siglos posteriores?

Los Estados Unidos en su carrera espacial anunciaron el envío de una misión tripulada a Marte para la década de 2030. La intención es la búsqueda de un nuevo espacio para los terrícolas, es decir una nueva conquista a un planeta desconocido y deshabitado y con condiciones muy deficientes para generar vida biológica. Si bien es cierto que cuenta con una inmensa cantidad de agua en el subsuelo, la composición mineral no es como la de la tierra, posee un suelo arcilloso con materiales orgánicos, pero no lo suficientemente ricos como los de nuestro planeta. Ahora, la atmosfera es débil, hay oxigeno y nitrógeno, pero en proporciones inferiores a la tierra. No obstante la ciencia viene trabajando en una intensa investigación de manipulación de células madres que permitan que nuestra vida biológica terrícola se adapte a proporciones menores de oxigeno y gravedad, temperatura y metabolismo, incluyendo los reinos vegetal y animal, incluido el hombre.

De lograr éxito este experimento, se iniciaría una nueva vida extraterrestre a partir de los terrícolas, pero aún así se necesitaría demasiado trabajo y tiempo para adecuar aquel planeta a un hogar común como el que Dios nos dio. Si analizamos la tierra nos sorprendemos de los millones de maravillas, todo, absolutamente todo tiene una razón de ser, no hay nada inútil en la tierra, los animales en sus diferentes especies cumplen una función especifica en el equilibrio de la naturaleza, los insectos, los reptiles, los microorganismos, las bacterias, los virus y en fin todo ser viviente, tiene una razón de ser bajo nuestro suelo. Dios dijo en la creación: Génesis 1:30 30  “Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra.  Y así sucedió”

 Marte es frio, extremadamente frio, su temperatura promedio es de 55 grados centígrados bajo cero, descendiendo a 86 grados,  aunque en alguna estación alcanza un máximo calor de 20 grados centígrados, tiene una superficie total de 148 millones de kilómetros y una circunferencia que no llega a los siete mil kilómetros, es decir solo el 29% de la Tierra y sin agua liquida. 

Quienes vivimos en este siglo no alcanzaremos  a Marte. Es posible que nuestra descendencia si, pero teniendo un planeta tan maravilloso como la Tierra con toda la belleza natural, lo que debería hacer el mundo es tener paz, otorgar justicia, equidad, distribución y conciencia, invirtiendo esos recursos en las nosotros mismos. ¿Vivir en Marte?. ¡No, vivir en la tierra, nuestro amado hogar!

arangodiego@hotmail.com