Desde su nacimiento, a mediados del siglo pasado, el partido conservador colombiano ha tenido una permanente vocación suicida y ha vivido en medio de confrontaciones de todo tipo. Con Mariano Ospina Rodríguez, con Rafael Núñez, con los dos Caros, y luego en el siglo XX con Laureano y Ospina Pérez, cada quien rumió sus cuitas lejos de sus copartidarios.
Esta fue la causa de que siempre, incluso en el mismo Frente Nacional, los "azules" fueran simple apéndice de los gobiernos liberales. Hoy andamos en las mismas. Con el agravante que un gobierno petrista sabrá sacar provecho de estos desencuentros y hará todo lo posible para que los dos partidos tradicionales pasen a mejor vida.
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Como muy bien lo anota nuestro diario, la reinante incertidumbre política está frenando en nuestro país la tan urgente y necesaria inversión extranjera y la misma vernácula. La evidente desconfianza en el nuevo gobierno parece haber frenado en seco todas las iniciativas. El nuevo ministro de Hacienda está haciendo meritorios esfuerzos, sin muchos resultados.
El gremio de los industriales, la ANDI, señala que los peligros han golpeado severamente la tasa de cambio y las reformas que se anuncian -tributaria, laboral, pensional, salud pública- se ven con mucha desconfianza. Si Petro logra ganarse la confianza pública sus cuatro años serán un verdadero calvario.
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Y comienzan las facturas de cobro. En el sector petrolero se dejarán de invertir más de trescientos setenta millones de dólares y ha comenzado el cierre de minas con el consecuente desempleo en vastas regiones del país. El sector agrícola está padeciendo graves inundaciones y los alimentos se han disparado hasta las nubes.
Nuestro vecino Ecuador se está beneficiando al máximo de nuestras penurias. Su gran estabilidad fiscal es como un imán para que huyan hacia allí muchos empresarios. Nuestros analistas estiman que diariamente Colombia está perdiendo o dejando de producir cerca de ciento cincuenta mil barriles. Una situación sin antecedentes.
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Podemos apostar que nuestra capital no tendrá Metro, al menos por ahora, por culpa de las disputas y peleas entre el presidente Petro y la alcaldesa Claudia. Como ambos son bien tercos y no darán su brazo a torcer, los chinos y demás inversionistas harán de nuevo sus maletas y se irán a su país.
Adenda Uno. Nació en cuna de oro y terminó en una mazmorra. Samuel Moreno, hijo de la Capitana María Eugenia, y cerebro del “Carrusel de la Contratación” que desfalcó a Bogotá, falleció tras las rejas. Su carismática personalidad le sirvió para sus fechorías.
Adenda Dos. No todo son malas noticias. Según la OMS la capa de ozono ha tenido una leve recuperación. Todos pues, respiraremos mucho mejor y los grandes beneficiados serán nuestros pulmones.