Los colombianos nos encontramos de plácemes al disfrutar la lectura que nos brinda el excelente libro “Yo lo decidí”, escrito por nuestra admirada Alexandra Montoya, ilustre abogada de la Universidad del Rosario y periodista destacada de La Luciérnaga.
El libro, expresión auténtica de su inteligencia, ha surgido como una luz en la oscuridad que permitirá a muchas mujeres recibir con amor en su corazón el maravilloso regalo que Dios le ha entregado para engendrar una hermosa criatura.
Contraria a la decisión de Alexandra, hace unas semanas surgieron las teorías de algunos fanáticos pro aborto oponiéndose a la ponencia de la magistrada Cristina Pardo en la que se establecía un límite de 24 semanas para realizar la interrupción de un embarazo, tiempo en el que ya se tiene la mayoría de órganos formados, a las partidarias del aborto sólo les interesa el derecho a decidir sobre su cuerpo, para ellas la sonrisa de un inocente no tendrá ningún derecho a nacer.
Sin embargo, el libro “Yo lo decidí” de Alexandra Montoya marca una nueva generación donde se han roto los esquemas de un machismo. Hoy día las mujeres han podido demostrar que tienen las mismas capacidades para desempeñarse en todos los roles, ellas nunca recurrirán a un aborto de una criatura inocente que se encuentre en perfectas condiciones de salud para nacer.
Alexandra Montoya nos conduce en su libro por hermosos sentimientos señalados en la Canción de la Vida Profunda: “Hay días en que somos tan móviles, tan móviles/ como las leves briznas al viento y al azar./ Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe./ La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar./ Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,/ como en abril el campo, que tiembla de pasión:/ bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,/ el alma está brotando florestas de ilusión”
Alexandra pregona con toda la fuerza de su personalidad que decidió libremente ser madre utilizando la inseminación artificial. Esta decisión sin querer queriendo también fue una forma silenciosa de romper cadenas con el mundo machista al engendrar en su vientre una linda criaturita por voluntad propia.
Con su decisión Alexandra se apartó de falsas creencias sociales; cuenta en su libro que cuando quería tratar el tema con sus amigas ellas cambiaban la conversación.
Su libro es una invitación para que el mundo femenino abandone el temor de formalizar una relación de pareja para engendrar un bebé, ya que lo podrán hacer autónomamente mediante la inseminación artificial.
Está comprobado que la inseminación artificial se practica con éxito hace cuarenta años, por este procedimiento han sido concebidos más de cinco millones de bebés en todo el mundo. Hablar de semen y donantes no debe ser impedimento para decidir libremente ser madre soltera, es romper un tabú social.
Alexandra nos invita a la vida, nos invita a desarrollar el verdadero sentimiento maternal. Nos enseña con su decisión que una familia feliz puede ser posible con la ternura y comprensión de una madre compasiva y misericordiosa.