LA CAPITAL vallecaucana se viste de fiesta con el Festival Internacional de Poesía, el cual se inició el pasado lunes e irá hasta el 9 de septiembre.

El encuentro literario cuenta con grandes poetas invitados de 9 países, entre los que destacan Romina Funes, de Argentina; Alfredo Pérez Alencart, de España; Gustavo Barrera Calderón, de Chile; y Miguel Cassir, de Francia.

Junto con los ya mencionados, a la cuota internacional se suman poetas de Venezuela, México, Nicaragua, Puerto Rico y Polonia. Entre tanto, poetas de Bogotá, Córdoba, Santander, Bucaramanga, Ibagué y Boyacá completarán el catálogo de invitados, con personajes como Daniel Ángel, Gustavo Tatis, Luz Helena Córdoba, Natalia Londoño Lizarazo. También Luz Mary Giraldo, Antonio Correa, Elvira Alejandra Quintero, Jotamario Arbeláez, Julián Malatesta, Selnich Vivas, Eliana Maldonado, Carlos Fajardo, Iván Beltrán, Yirama Castaño, Jonathan Alexander España, Martha Cecilia Ortiz, Meisy Correa, Carolina Urbano, Hernando Revelo, Miguel Iriarte, Ayran Riascos y María Eugenia Martínez.

Escenarios como el Museo La Tertulia, la Red de Bibliotecas Públicas de Cali, universidades, librerías independientes, colegios y el Centro Cultural de Cali, albergarán las diversas actividades que hacen parte de la programación.

Es así como la edición número 23 llegó con una apuesta cultural que incluye recitales, encuentros, talleres, actividades culturales y artísticas a diversos espacios de la ciudad.

“Desde el mes de marzo que iniciamos ‘Camino al Festival’, estamos trabajando por hacer de esta versión lo más incluyente posible, invitando a ser protagonistas de esta a poetas de todas las regiones de Colombia”, destacó Omar Ortiz, director del festival.

Espacios poéticos

Ortiz enfatizó que bajo el concepto “todas las palabras conducen a Cali” busca generar espacios poéticos más abiertos, diversos y en los que haya más participantes, esto como un llamado a buscar y visibilizar los diversos tipos de poesía.

“La poesía no es solo la más importante de las expresiones del espíritu y el intelecto humano, sino que, además, es la mejor manera de congregar a los componentes de un conglomerado social para estrechar valores como la generosidad, la solidaridad y el respeto a la diferencia. Como tantas veces se ha dicho, es el mejor espacio de resistencia”, mencionó el director del festival.

Ortiz es también poeta y el encargado cultural de la Universidad Central del Valle, en Tuluá (Uceva), donde lleva muchos años radicado debido a que su familia paterna es originaria de este municipio vallecaucano.

Asimismo, es el fundador de la revista de poesía Luna Nueva, que ha llegado a 48 ediciones en sus 37 años de trayectoria. También colaboró durante 10 años con el Magazín Dominical del diario El Espectador.

Una de las iniciativas de Ortiz es que el festival sea más incluyente esta vez. Según el poeta, en Cali han estado activos durante mucho tiempo colectivos con más de 20 años de trayectoria, como Plenilunio. Hace tres años, a varias de estas organizaciones las excluyeron del festival.

“Lo primero que hicimos fue asegurarnos de que volvieran a participar porque han realizado un gran trabajo en la difusión y promoción de la poesía. No podemos alejarlos solo porque no sean las grandes estrellas o los poetas más renombrados. Entonces, nos reunimos con ellos a pesar de no contar con presupuesto, y ellos también accedieron a colaborar generosamente con nosotros”, aseguró.

En los barrios

A mediados de agosto pasado, el festival realizó, junto con los colectivos, una toma poética en barrios populares, centros comunales, estaciones del Sistema de Transporte MIO, plazas y parques, entre otros lugares.

Además, en colaboración con estas organizaciones, se llevó a cabo “El camino al festival”, una de las innovaciones en esta edición. La colaboración con estos colectivos, según Ortiz, ha sido vital, ya que previo al certamen, la ciudad ya está conectada y llena de expectativas sobre los invitados internacionales y locales que participarán, así como las diversas actividades que formarán parte del evento.

“El festival ha considerado la participación de poetas invitados de distintas regiones del país. Esto se hace con el fin de que Cali tenga una perspectiva más amplia sobre lo que se está produciendo en poesía a nivel local e internacional. Por eso contamos con poetas europeos y latinoamericanos de varios países”, afirmó Ortiz.

“A pesar de que el presupuesto del festival solo nos permitía traer a 12 poetas nacionales, la participación colombiana incluye a alrededor de 40 poetas. Esto se debe a que existe una afluencia de poetas jóvenes que vienen por cuenta propia. La mayoría de ellos son mujeres. Esto nos llena de alegría”, apuntó.

El festival comenzó el lunes con una actividad en la Universidad Javeriana llamada “Mujeres poetas desde los territorios”, en la cual participaron Luisa Villa de El Copey (Cesar) y Luisa Masiel Díaz de Cartagena del Chaira (Caquetá).

“Igualmente, en la Universidad San Buenaventura se llevará a cabo una mesa de poetas jóvenes nacionales. Allí se realizará una charla con Alfredo Pérez. Esta universidad es la encargada de editar las memorias del festival. También contamos con el apoyo de la Universidad Santiago de Cali, donde se llevará a cabo la mesa de poetas jóvenes locales. Además, ellos disponen de un hotel dentro del campus que alojará a algunas de las poetas que vienen de diferentes partes del país”, detalló Ortiz.

La financiación del festival proviene de la Alcaldía y la Secretaría de Cultura de Cali. Sin embargo, Ortiz mencionó que se han establecido alianzas con universidades en Cali y algunas fundaciones, como la Fundación Carvajal, que ha organizado charlas con un poeta del Amazonas que interactuará con el profesor Selnich Vivas, doctor en literaturas latinoamericanas y alemanas.

De igual manera, dentro de la programación se incluyó una mesa de discusión con una fundación de escritores del Pacífico. Además, un grupo de poetas de Pasto (Nariño), que asisten por iniciativa propia, tendrán un espacio exclusivo para ellos.

“La poesía no es solo la expresión más importante del espíritu y el intelecto humano, sino que también es la mejor manera de reunir a los miembros de un conglomerado social para fortalecer valores como la generosidad, la solidaridad y el respeto a la diferencia. Como tantas veces se ha dicho, es el mejor espacio de resistencia”, concluye Omar Ortiz.