Con una velada de gala retransmitida en directo por 36 países, el teatro Bolshoi fue reabierto luego de gigantescas obras que devolvieron al edificio su brillo imperial.
En el escenario del teatro, el presidente ruso Dimitri Medvedev celebró, poco antes de que se levantara el telón, la vuelta de "una de las mayores imágenes de marca del país".
Sorprendentemente, los primeros sonidos que resonaron en la sala, deslumbrante de oro y terciopelo rojo, no fueron notas musicales sino el chirrido de maquinaria y los crujidos de neumáticos, recordando así los años de remodelación del edificio histórico.
La gala comenzó con un concierto cantado por la tropa del Bolshoi, ataviada para la ocasión con ropa de faena y cascos de obra blancos y anaranjados, seguido de un ballet clásico con bailarinas con tutú.
La reconstrucción, cuyo valor ascendió oficialmente a 21.000 millones de rublos (casi 500 millones de euros, 700 millones de dólares), tenía como objetivo apuntalar el teatro, que amenazaba con derrumbarse, y devolverle su aspecto majestuoso del siglo XIX.
El escudo de armas de la familia Romanov volvió a los tapices del palco imperial que habían sido cubiertos con globos terráqueos o liras durante la época soviética.
AFP