SI DURANTE su vida cotidiana usted está teniendo dificultades para entender conversaciones, siente que no le hablan lo suficientemente fuerte, incluso en entornos de bajo ruido, necesita subir siempre el volumen del radio o el televisor, puede que necesite visitar al especialista, quien con un par de exámenes podrá ayudarlo a determinar si tiene pérdida auditiva y a diagnosticar la mejor manera de acompañar su nivel de afectación.
Esto es especialmente importante en esta temporada de fin de año, pues la audición no debe ser una limitación para compartir con las personas especiales, incluso en entornos con niveles de ruido saturados, algo habitual en una temporada donde la música, la pólvora y los gritos se hacen más frecuentes. Pero ¿Cómo cuidarse para celebrar y no afectar su audición incluso en los momentos más desafiantes?
El oído humano está diseñado para soportar máximas intensidades de ruido de hasta 75dB, por encima de este umbral ya se empieza a generar afectaciones en el funcionamiento de la audición que podrían ser permanentes e irreversibles. En general, es alerta que sea un sonido fuerte al que se esté expuesto de manera cercana, en especial si se hace por periodos prolongados de tiempo.
Un ejemplo, son los fuegos artificiales. La intensidad de ruido que manejan los juegos pirotécnicos puede variar entre 80 a 190dB, dependiendo el tipo, por lo que no se debería estar a menos de 8 metros de su explosión sin elementos de cuidado y protección adecuados.
Pero también es de suma relevancia tener cuidado con la música alta. Depende mucho del lugar y su intensidad, pero es recomendable controlar el nivel de volumen, guardar distancia, evitar una exposición prolongada, hacer pausas a intervalos regulares o utilizar protecciones para reducir la cantidad de ruido.
Y, finalmente se podrían sumar otro tipo de estallidos, gritos y sonidos fuertes que hay que evadir o enfrentar con las medidas necesarias, inclusive porque muchas veces se presentan combinados con otras fuentes de sonido.
“No es recomendable bajo ninguna circunstancia exponerse a ruidos de alto impacto y cuya intensidad está por encima de los 80 dB, ya que resultan nocivos para la salud auditiva. Si resulta inevitable exponerse es necesario tener conciencia y precauciones para evitar posibles daños”, asegura Lorena Romero, audióloga y coordinadora de calidad y formación de GAES una marca Amplifon.
No tener en consideración las medidas de cuidado básicas podría generar afectaciones incluso para personas sanas, resultando con trauma acústico agudo, el cual es un daño directo a las células auditivas del oído interno por la exposición a un sonido de alta intensidad; lesiones en el oído medio como la perforación de la membrana timpánica y desarticulación de la cadena osicular, así como acúfenos o tinnitus, comúnmente llamados zumbidos o pitidos en el oído, que se generan por exposiciones prolongadas y de largo plazo, y que eventualmente también se pueden asociar a lesiones del órgano del equilibrio, causando síntomas como inestabilidad y desequilibrio.
“Si presenta algún cuadro agudo, es necesario y urgente consultar al médico especializado. Pero el mejor cuidado es el que se logra de manera previa a estos escenarios de grandes exposiciones al ruido”, añade Lorena Romero.
Para quienes ya utilizan dispositivos auditivos, hoy en día la tecnología incluida en las ayudas de este tipo, permite que estos −dependiendo su nivel de tecnología− puedan reducir considerablemente los ruidos nocivos para el oído de las personas, sin embargo, aunque cuenten con niveles y clasificadores de ruido, lo ideal es evitar dicha exposición, pues se podría generar incomodidad, molestia y una variación en la afectación.