Colombia requiere de forma urgente avanzar en la formalización de la educación técnica y tecnológica. Desempolvar el SNET,  la primera tarea.

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Mario. F Hurtado (*)
Especial para EL NUEVO SIGLO

EN UN estudio de la Fundación Varkey que se presentó hace dos semanas, se conoció que Colombia es el país, entre 35, donde los padres consideran que obtener un título profesional universitario es la solución para el progreso. Esto, según el estudio frente al poco interés que tienen los padres alemanes, franceses o estadounidenses en que sus hijos tengan un título universitario. 

Esas brechas tienen una explicación. En los países dónde el interés es más bajo la educación terciaria es una alternativa real para el sistema de educación superior o post secundaria. En la década del ochenta y noventa Argentina se ufanaba de tener la sociedad con mayor acceso a la universidad del continente. Pero a finales de los noventa los cargos técnicos eran los mejores pagos y el desempleo de egresados universitarios elevado. Por eso, el país tuvo que hacer una reconversión necesaria y pensar en un sistema de formación técnica y tecnológica.

California: el mejor sistema de educación superior

El Estado de California tiene uno de los mejores sistemas de educación superior pública del mundo. Y se estructura en tres subsistemas. El primero, la Universidad de California, que tiene 10 campus (Berkeley, Davis, Irvin, Los Ángeles, Merced, Riverside, San Diego, San Francisco, Santa Bárbara y Santa Cruz). Lo interesante de concentrar las universidades públicas en una poderosa con varias sedes autónomas es que se pueden focalizar mejor los recursos y los objetivos. La prueba es que 8 de los 10 campus están entre las 100 mejores del mundo. El sistema tiene más de 220 mil estudiantes.

Después siguen las CSU o Universidad Estatal de California. Estructurada en 23 campus que tienen más de 450 mil estudiantes. Y son el nivel medio del plan maestro de educación superior de California que desde 1960 ha organizado todo el sistema. Son consideradas como las mejores de país para realizar pregrados y la mayoría de ingenieros del Estado se forman en ellas.

Por último, está el CCCS (California Community College System) que son los Colegios Comunitarios de California se encarga entre otros aspectos en la formación técnica y tecnológica formal. Son más de 100 en todo el Estado. Y ofrece programas tecnológicos, de nivelación y de formación técnica. Una de sus principales tareas es nivelar a los estudiantes que provienen de sistemas escolares de baja calidad, y después, otorgar la formación técnica y tecnológica. El sistema tiene más de dos millones de personas, con altos niveles de empleabilidad y remuneración. En términos de porcentajes en el sistema público el 8,2% va al sistema de la Universidad de California, el 16,8% va al sistema de universidades estatales y el 74,9% va al sistema de formación técnica y tecnológica. Algunos de esos egresados después ingresan al sistema universitario. Pero la mayoría se inserta en la vida laboral con la formación técnica y tecnológica formal.

¿Y Colombia?

Nuestro sistema es mucho más complejo y una de las tareas es organizar mejor el sistema de educación pública. Existe una universidad Nacional con nueve sedes (dos nuevas: Tumaco y Cesar) además, tres universidades acreditadas públicas con características nacionales y en los rankings entre las mejores de la región: Antioquia, Valle y UIS. Por otra parte, el sistema de universidades públicas regionales, la mayoría de ellas sin estar acreditadas de calidad. En total son 32 universidades públicas donde estudian 1.113.604 personas. Mientras que el Sena ofrece casi 8 millones de cupos, el asunto es que solo 1.300.000 son formales. Eso quiere decir que en Colombia la oferta púbica es casi 50% universitaria y 50% tecnológica. Ese es el reto de Colombia.

El Sena, junto con todos los institutos de formación técnica, debería formalizar su formación a carreras de varios semestres y formar para la empleabilidad del país. Colombia necesita técnicos y tecnólogos de calidad. Hay que acabar con el mito que el SENA o la formación técnica son sinónimos de mediocridad o de falta de oportunidades. Alemania, Francia, Japón y California son casos donde la formación técnica tiene el mismo valor que la educación universitaria.

El país hizo un esfuerzo cuando intentó implementar el SNET (Sistema Nacional de Educación Terciaria) sin embargo, desde hace dos años se sabe poco del proyecto, quedó archivado y se está olvidando. Hay que desempolvarlo. Enfrentar a los enemigos que no quieren que se exija calidad a la educación técnica y tecnológica y que se nivele a los estándares de la educación superior.

*Especialista en educación. 
Twitter: @hurtadobeltran
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