El círculo poder vivir sano y feliz | El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Julio de 2015

 

ALCANZAR UNA salud emocional óptima es una de las claves para ser felices. Según el doctor Germán Retana, sociólogo, consultor de negocios y profesor del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), “Tener salud emocional implica un estado de paz interior que permite gestionar adecuadamente diversos ámbitos de la vida y que se vincula a la energía que un individuo posee para alcanzar un estilo de vida saludable. Se trata de un bienestar psicológico integral”.

De acuerdo con Retana, existe una influencia mutua muy fuerte entre lo emocional y lo físico. “El estado emocional hará que las personas cuiden o descuiden su estado físico. Una persona emocionalmente sana está consciente de que debe cuidarse físicamente. Estar bien físicamente le servirá para mantenerse mental y emocionalmente saludable. Es un círculo virtuoso”.

Indica que la actividad física y la alimentación son fuentes de regeneración física, mental y emocional. Añade que hacer actividad física no solo fortalece el corazón y ayuda a prevenir enfermedades crónicas, sino que también libera endorfinas, sustancias químicas que nos dan energía y levantan nuestro estado de ánimo.

Según el experto, “debemos seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud: mantener un estilo de vida activo y saludable, practicando actividad física 30 minutos diarios, al menos cinco veces a la semana”.

Igualmente, agrega que una adecuada alimentación es sinónimo de disciplina personal y de una conciencia sobre la responsabilidad de cuidar la salud física e integral. Las personas que gestionan proactivamente su alimentación evidencian estar en control de sí mismas, factor esencial de la salud emocional.

Consejos

·         Realice por lo menos 3 comidas y entre 2 y 3 meriendas al día.

·         Controle el tamaño de las porciones. Elija alimentos variados en su plato para equilibrarlo.

·         Complete con vegetales la mitad del plato, con carne de res/cerdo baja en grasa, ave o pescado en una cuarta parte y con granos el resto.

·         No use platos grandes, sino uno más pequeño. Le ayudará con las porciones.

·         Recuerde que no hay alimentos buenos ni malos, solo dietas mal balanceadas.

·         Hidrátese con agua, refrescos naturales, café, gaseosas, entre otros. Todas las bebidas hidratan.

¿Cómo ejercitar su salud emocional?

1.       Inicie el día con una profunda reflexión sobre su valor como persona, miembro de una familia o responsable de una empresa. Valore sus cualidades y visualice las tres cosas más importantes que debe hacer ese día porque agregan valor a clientes, familia o comunidad. Cuando se levante de la cama, lo mejor es “programarse” para un buen día.

2.       Existen ocho áreas clave sobre las que se puede trabajar: salud física, familia, desempeño profesional, disfrute, estabilidad económica, estado emocional, religión y espiritualidad. Dedique cada día a mejorar en una de estas áreas.

3.       Defina sus reglas no negociables: “Nadie me robará mi serenidad hoy”, “jamás tomaré algo demasiado en serio”, “pase lo que pase, todo pasará”.

4.       Serenidad ante la adversidad, la cual es parte del camino.

5.       Practique momentos de silencio varias veces al día y reflexione: ¿Qué estoy haciendo bien y qué no?, ¿qué lecciones aprendo de mí mismo?

6.       Procese situaciones pasadas para reducir su angustia y planee en lo posible para reducir ansiedades. Así podrá dedicarse 100% al presente.

7.       Eleve la calidad de sus relaciones esenciales, recuerde que calidad de vida depende en gran medida de la calidad de las relaciones.

 

Alimente su mente ((RECUADRO))

·         Salmón y sardinas: son fuente naturales de Omega 3 y Omega 6, dos ácidos grasos altamente relacionados a la inteligencia y funcionamiento del cerebro.

·         Zinc: además de combatir radicales libres, el zinc ayuda a prevenir el envejecimiento temprano y enfermedades degenerativas.

·         Semillas: son una excelente fuente de ácidos grasos, magnesio y zinc. Estos tres elementos son claves para la salud cerebral.