El pianista de Caldas | El Nuevo Siglo
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Sábado, 8 de Junio de 2019
Emilio Sanmiguel

Ha dado un nuevo giro la Serie Internacional de grandes pianistas del Teatro de Colsubsidio. Hasta la edición XI, la del año pasado, se concentraron en nuevos nombres del panorama internacional, todos muy jóvenes y precedidos, casi sin excepción, en galardones de grandes concursos internacionales.

En las primeras ediciones se dieron a la tarea de colonizar las mañanas de los domingos; esa fue una faena ardua. Pero lo consiguieron. Hubo un nuevo giro y se trasladaron a las noches de los sábados, nueva faena, nuevamente lo consiguieron. En ambas ocasiones le apostaron a abrir la temporada musical de Bogotá.

Finalmente resolvieron no volver a abrir temporada y trasladar la Serie, sencillamente, a la primera mitad del año.

Para este 2019 un nuevo cambio. En primer lugar la serie se reparte a lo largo del año; no van más los jóvenes internacionales. La Serie XII la hacen como un homenaje, más que merecido a la pianista más querida de los colombianos, Teresa Gómez, quien hace unas semanas la inauguró. Luego un colombiano, José Luis Correa, que tocó la noche del 25 de mayo. Para el sábado 10 de agosto el argentino Sergio Tiempo, ya visto en el Teatro Mayor y cierra la serie la portuguesa Maria Joăo Pires en el que, sin duda será uno de los grandes eventos del año, porque se trata de una de las pianistas más grandes de los últimos tiempos, será su primera presentación en el país, algo excepcional, pues como se sabe, Joăo Pires, por su propia decisión, prácticamente ha decidido poner punto final a su carrera de concertista.

Que la serie se haga en honor a Teresa Gómez, repito, es una decisión más que atinada; darle la oportunidad a un pianista como Correa también. Sergio Tiempo es uno de los mejores pianistas jóvenes del momento y cualquier teatro del mundo se enorgullecería de presentar a Joăo Pires. Lástima, sí, prescindir de los jóvenes internacionales y que la Serie no se haga de manera continua. Sus razones tendrán.

 

El recital de Correa

José Luis Correa debe ser, creo no equivocarme, el pianista más talentoso de su generación en Colombia. De él se ha dicho, y con razón, que es la gran promesa del piano en el país. Es músico por su propia decisión. Nació en Caldas, al sur de Medellín. Pasó su infancia y primera juventud haciendo todos los días el recorrido de Caldas a Medellín. Primero hasta el Museo El Castillo para las clases con Margarita María Velásquez y luego a la clase de Teresa Gómez en la Universidad de Antioquia, donde se graduó en 2010. Con la beca Meadows Artistic Scholarship se trasladó a Dallas, allí fue discípulo de Joaquín Achúcarro entre 2012 y 2014. Por el camino ha actuado en el Festival de Cartagena, el Auditorio Luis A. Calvo de Bucaramanga, las Salas Skandia y León de Greiff de Bogotá, para apenas citar unos pocos de los recintos donde se ha presentado.

Haber sido seleccionado para la XII Serie del Teatro de Colsubsidio, sin la menor duda, es un paso muy significativo, tanto para él, como para el panorama pianístico del país, justamente por eso que he dicho: Es la gran promesa del piano. Al fin y al cabo, hay que decirlo, por la razón que sea, esa generación de pianistas formidables de Teresa Gómez, Blanca Uribe, Helvia Mendoza, Andrés Linero y Karol Bermúdez no ha tenido un verdadero relevo y Correa parece ser el llamado para recibir esa antorcha.

De ser cierto que los pianistas cuando elaboran un programa para sus presentaciones hacen un manifiesto, estético y personal, el de Correa para la noche del sábado 25 lo tuvo. Por una parte estuvo presente la mirada a su pasado con obras que han sido la rúbrica de sus presentaciones: la Sonatina para Yvette de Xavier de Montsalvatge y el Allegro de concierto de Enrique Granados. Por otra la exploración estilística en el clasicismo con la Sonata en Si menor de Franz Joseph Haydn y en el impresionismo debussyano de la Ballade slave y la Tarantelle Styrienne. El riego inevitable de algo que a él le interesa, el virtuosismo lisztiano de la Rapsodia húngara Nº6 y 3 Etudes Tableaux de Rachmaninov y, finalmente su afirmación nacionalista con la Suite breve de Luis Carlos Figueroa.

Como se trata, repito, del pianista más completo y talentoso de su generación, tocó en Colsubsidio con toda la competencia y dominio; es decir, el suyo fue un muy buen recital y al público no le cupo la menor duda de que se trata, ya, de todo un profesional.

Ahora, se debería abrir una nueva puerta. En el futuro de Correa se impone la necesidad de verle enfrentar alguno de los grandes retos del piano: una de las grandes Sonatas de Beethoven, Chopin o Brahms, alguna de las obras de gran complejidad técnica-interpretativa de Schumann o del mismo Bach.

Eso es posible. Sólo se necesita que él lo decida. Correa, decía, es pianista por convicción y posee un repertorio inmenso, en todos los géneros, hasta Islamey de Balakirev. Además es importante que alguna de las orquestas del país le brinde la oportunidad de debutar un concierto con orquesta.

 

En todo caso, el futuro está en sus manos.