UNA nueva y dura advertencia al régimen de Venezuela hizo el gobierno de Estados Unidos si, como ha amenazado, ordena el arresto del considerado presidente electo Edmundo González Urrutia y su mentora, María Corina Machado.
"Si Maduro decide hacer eso, activará a la comunidad internacional en formas que él no podría imaginarse, y creo que sus esfuerzos por fracturar y dividir a la comunidad internacional habrán fracasado rotundamente", dijo el embajador estadounidense ante la Organización de Estados Americanos, Francisco Mora, en el Atlantic Council, un centro de reflexión con sede en Washington.
"Creo que sería un paso que podría movilizar aún más a la comunidad internacional, incluso a aquellos que de alguna manera simpatizan y no quieren agitar demasiado las cosas en Venezuela", expresó Mora.
El embajador advirtió que se podría esperar que Estados Unidos presente un proyecto de resolución fuerte en la OEA si Maduro detiene a los dos opositores.
Estados Unidos, la Unión Europea y países de América Latina como Argentina, Perú, Ecuador y Uruguay, consideran que González Urrutia ganó la elección, e incluso muchos gobiernos aliados de Maduro, como Brasil, le han pedido que entregue las actas de votación.
El mandatario venezolano ha pedido la detención de González Urrutia y de Machado, a la vez que acudió a la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), acusado de servir al chavismo, para que certifique su victoria, a través de un proceso que académicos y dirigentes políticos consideran improcedente.
El gobierno de Joe Biden no ha tomado por ahora medidas concretas contra Caracas, mientras los gobiernos de Brasil, Colombia y México buscan mediar una solución ante la crisis en Venezuela.
Washington quiere dar a los tres países "espacio y oportunidad para trabajar y encontrar un modo de avanzar" en este contexto, dijo Mora.
Pero insistió que Venezuela es una prioridad para Estados Unidos: "No abandonaremos al pueblo venezolano", afirmó.
"No diremos simplemente 'estamos cansados (...) estamos distraídos, vamos a encontrar una forma de salir de esto que no tome en cuenta al pueblo venezolano y a las fuerzas democráticas en Venezuela'. No haremos eso", expresó el embajador.
Por su parte la líder opositora María Corina Machado no descartó que la iniciativa tripartita logre una salida pacífica y negociada a la actual crisis política.
"No descarto que esta iniciativa pueda efectivamente lograr establecer unos términos de una negociación clara, firme y efectiva", gracias, ha dijo Machado, a que los líderes de estos países "tienen un canal de comunicación que otros no tienen con el régimen".
"Creo que se han mantenido en una posición prudente efectivamente para poder mantener esta interlocución", manifestó la opositora venezolana durante una entrevista conjunta con varios medios latinoamericanos.
En ese sentido, considera que dicha iniciativa surge en un momento en el que "el mundo empieza a entender que Maduro se ha ido quedado cada más aislado". El círculo del aún presidente venezolano ha quedado reducido, ha dicho, a la "alta cúpula militar, que no son muchos".
No obstante, ha matizado que cualquier tipo de negociación "seria" y "favorable" ha de partir del "respeto al ejercicio de la soberanía popular expresada el domingo 28", que, según las actas presentadas por la oposición, no sería otra que el triunfo de Edmundo González con el 67 por% de los votos.
De otra parte, se conoció que cuatro periodistas detenidos durante las protestas poselectorales en Venezuela fueron imputados por delitos de terrorismo.
El Sindicato de Trabajadores de la Prensa (SNTP) dijo, en un comunicado, que los reporteros gráficos Yousner Alvarado (Barinas, oeste) y Deisy Peña (Miranda, centro), el camarógrafo Paúl León (Trujillo, oeste) y el periodista José Gregorio Carnero (Guárico, centro) fueron detenidos cuando cubrían las protestas poselectorales, imputados por terrorismo y se encuentran detenidos en cárceles de sus respectivos estados.
No hubo hackeo
Entre tanto, el Centro Carter, que fue invitado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela a observar la elección presidencial del pasado 28 de julio, sostuvo que no hubo hackeo alguno al sistema de transmisión de datos del CNE y confirmó que el candidato de la oposición, Edmundo González ganó con más del 60% de los votos.
No hay evidencia" de que el sistema electoral de Venezuela fuese blanco de un ataque informático dijo a la AFP Jennie Lincoln, jefa de la misión de observación de ese Cetro, que coincidió con las proyecciones del triunfo opositor.
"Empresas monitorean y saben cuando hay denegaciones de servicio (hackeos) y no hubo una esa noche", explicó Lincoln en una entrevista desde Atlanta, Estados Unidos. "La transmisión de la data de votación es por línea telefónica y teléfono satelital y no por computadora. No han perdido data".
Lincoln recordó que el presidente del CNE, Elvis Amoroso, "dijo que publicaría los resultados mesa por mesa en la página web y entregaría un CD a los partidos políticos" cuando anunció un primer boletín.
"Es una promesa que nunca cumplió", indicó la asesora del organismo para Latinoamérica y el Caribe, al tiempo que agregó que "a pesar de que el terreno de juego era muy desigual, el pueblo venezolano fue a votar. La gran irregularidad de la jornada electoral fue la falta de transparencia del CNE y la flagrante inobservancia de sus reglas de juego en cuanto a mostrar el verdadero voto del pueblo".
El Centro Carter, explicó Lincoln, ha "analizado los números" disponibles junto a otras organizaciones y universidades y "confirma a Edmundo González Urrutia como el ganador con más del 60 %" de los votos.
Tras ese pronunciamiento, el canciller venezolano Yván Gil acusó al Centro Carter de apoyar “un golpe de Estado”, tal y como lo ha reiterado el autoproclamado como presidente reelecto, Nicolás Maduro.
"Una vergüenza colocar a esa institución en el plan de golpe de Estado, apoyando la ejecución de los delitos electorales más rastreros que hayamos visto en la era republicana de Venezuela, cometidos por las hordas fascistas", expresó Gil a través de X.
Asimismo, manifestó que "todo el trabajo y prestigio" que construyó el expresidente estadounidense Jimmy Carter es "lanzado a la basura" por Jennie Lincoln -quien fue la jefa de la misión de observación en Venezuela-, a quien calificó de "asalariada del Departamento de Estado", semanas después de que diversas autoridades la recibieran entre elogios.
"La Sra. miente descaradamente, ninguna de sus palabras se corresponden con la realidad ni la legalidad venezolana", indicó Gil.