Blanca Uribe nació rodeada de música y arte. Desarrolló de una forma muy natural su talento artístico y su acercamiento con el piano. Con 83 años, la bogotana ha sido reconocida por ser una de las pianistas colombianas más grandes y que ha conquistado los mejores escenarios europeos y estadounidenses.
Suma 70 años de trayectoria como concertista, con innumerables logros dignos de asombro como, por ejemplo, la interpretación de todos los conciertos y sonatas para piano de Beethoven.
En los últimos años se ha dedicado a la docencia en Medellín, inspirando a las nuevas generaciones. Por todos estos motivos, Blanca Uribe será homenajeada en el Festival de Música de Ibagué, hoy a las 6:00 p.m. en el Teatro Tolima.
Allí estará la maestra, interpretando el Concierto para piano y orquesta en La menor de Edvard Grieg (1843 - 1907), al lado de la Orquesta Filarmónica de Mujeres, bajo la dirección de Paola Ávila.
“Es muy bonito este homenaje que me hacen, me siento muy honrada. La semana pasada estuve con el cuarteto Q-arte en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, también en Medellín y me he mantenido en varias cositas, pero creo que es hora de bajarle un poquito la a intensidad”, le dijo la pianista a EL NUEVO SIGLO.
Blanca toca el piano desde los 6 años, pero desde los 11 se presentaba en conciertos con la Sinfónica de Colombia, donde inició su carrera profesional.
“Fui muy afortunada porque tuve de mentor a don Diego Chavarría, una persona muy generosa que me escuchó cuando tenía 12 años y me apoyó mientras yo estudiaba en la Academia de Viena. Luego a los 23 me fui a estudiar a Nueva York. También recibí una beca por parte de la OEA por dos años trabajar y adicionalmente en una universidad de Estados Unidos. Siempre toqué en varios conciertos y tuve la oportunidad de tocar en Europa “, destaca.
Motivación
Su vida transcurre en medio de la tranquilidad de las montañas. Su casa se ubica en El Retiro, en las afueras de Medellín, porque para ella el contacto con la naturaleza la motiva a seguir enseñando música a los jóvenes de la región.
“Vivo en el campo, en un lugar bellísimo mirando las montañas. Toda la vida he estado enamorada de las montañas de Colombia, es un lugar que me da mucha paz y tranquilidad".
Su fascinación por la música la heredó de su padre, Gabriel Uribe, quien era un destacado flautista, clarinetista y saxofonista. Es además nieta de los maestros Luis Uribe y María García, fundadores del Centro Artístico de Barranquilla. Cuñada del violinista y director de orquestas Luis Biava Sosa.
Estas raíces musicales atraían poderosamente a la niña que con los años se convirtió en una virtuosa pianista.
Sin retiro
Más de siete décadas de su vida dedicadas al piano, a la música clásica y a una amplia trayectoria en la cultura musical de Colombia la ubican como una de las mejores artistas del país y del mundo.
“Sigo dando mis clases a los jóvenes que aún me buscan para que les enseñe piano, eso me gusta mucho y me llena de satisfacción. A veces tengo presentaciones y me siento muy afortunada de poder hacerlo. Siempre digo que me voy a retirar y de pronto me veo en el escenario, pero cuando me vaya los sorprenderé sin decir nada”, refiere la pianista.
Toda su vida la ha consagrado al estudio e interpretación del piano, así como a la enseñanza, tanto en Europa como en Estados Unidos, y en los últimos años en el país y con mayor dedicación en Medellín, donde se ha destacado como maestra de nuevos y prometedores talentos, para fortuna de los estudiantes de la maestría en piano de la Universidad Eafit, donde se desempeña como docente.
Su increíble talento y la forma en que se complementa con el piano le han merecido ser solista de las orquestas American Symphony, Nacional de Washington, Residentie Orkest de La Haya y Nueva Filarmonía de Londres, así como de las orquestas sinfónicas de Berlín, Praga, Holanda, Viena, Castilla y León, Filadelfia y del estado de México. También ha tocado junto a las principales orquestas de Colombia.
En la música colombiana sobresalen sus interpretaciones de las obras de Emilio Murillo, Luis A. Calvo y Antonio María Valencia, del cual grabó su Sonatina boyacense en 1985.
La maestra ha obtenido además una lista de reconocimientos, como el Premio Naftzger en 1956, el Premio Elena-Rombro-Stepanow en 1959 y el primer premio en el Concurso Internacional de Orense, España en 1967, por nombrar algunos.
En Colombia ha recibido también reconocimientos a su carrera artística. Ha sido merecedora de la Orden de San Carlos y la medalla Francisco de Paula Santander. También recibió la Estrella de Antioquia y un Doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad del Valle. En 1999 le fue concedida la Medalla de Oro de la Alcaldía de Medellín y en 2014, la Gran Orden del Ministerio de Cultura.
Es de las pocas pianistas que han grabado la Suite Iberia de Isaac Albéniz y que han recibido además muy buenos comentarios de la crítica. Esas interpretaciones la llevaron a ser distinguida con el Premio Albéniz, otorgado por la Fundación Albéniz de Camprodon, villa donde nació el celebrado compositor español.
Su Concierto para piano Nº 1 del compositor norteamericano Richard Wilson, sus 32 sonatas para piano de Beethoven y las grabaciones que ha hecho con la Orquesta de la Radio de Berlín continúan sonando; y, junto a las demás historias de su trayectoria lograron reunirse en un libro, llamado Una vida al piano, publicado recientemente.
El libro, propuesto a la maestra por Alejandro Posada, es un homenaje a su vida y recoge sus mejores experiencias en la música, tanto alegres, como difíciles.
“Algunos conciertos lo marcan a uno, ya sea por la virtuosidad de la orquesta o por el momento. Todos mis conciertos los he disfrutado; en Berlín, en Nueva York, en Colombia, donde esté, siempre me llevo los aplausos en el corazón”, expresó la artista.