El actor español Sancho Gracia, que aprendió el oficio estudiando con Margarita Xirgú en Uruguay y siempre será recordado trabuco en mano como el bandolero 'Curro Jiménez' de la mítica serie de televisión, murió a los 75 años tras una larga lucha contra el cáncer.
Sancho Gracia falleció "la pasada madrugada en Madrid a los 75 años como consecuencia de una larga enfermedad", anunció el jueves la sociedad general de autores española.
"Personaje televisivo por excelencia, saltó a la fama en los años 70 con su inolvidable interpretación de un bandolero andaluz en la mítica producción de TVE Curro Jiménez", subrayó.
Sancho Gracia era un "compañero generador de felicidad", afirmó este jueves en Twitter el actor mexicano Gael García Bernal que trabajó con el español en "El crimen del padre Amaro" (2002) del cineasta mexicano Carlos Carrera.
Este trabajo le valió un premio de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York, recordó por su parte la Academia de Cine española dando su último adiós al artista.
"Grandísimo, inmenso, actorazo genial", dijo de él el actor y director español Santiago Segura, que compartió cartel con Sancho Gracia en "Balada triste de trompeta" (2010) y "Muertos de risa" (1999) de Álex de la Iglesia y "El oro de Moscú" (2003) de Jesús Bonilla.
Con su "fortaleza y alegría llenaba de carácter los platós y escenarios", subrayó Segura. "Fue una suerte conocerle", agregaba sobre este hombre que decía de sí mismo: "de no ser actor, me hubiera gustado ser actor".
Nacido en Madrid en 1936, Sancho Gracia había emigrado durante la posguerra civil española con su familia a Uruguay, donde creció y aprendió el oficio de actor con Margarita Xirgú en Montevideo.
"Ella tenía la permanente disciplina de inyectarte lo que era el cariño en el trabajo, me acuerdo de una frase que siempre soltaba, 'Sancho ayuda..., que te ayudarán'", había explicado Sancho Gracia en una de sus últimas entrevistas, publicada por el diario El País en julio de 2011.
"Yo con ella empecé, lógicamente, haciendo extras en una obra que se llamaba 'Sueño de una noche de verano', ¡casi nada!, luego fui creciendo como actor y me incorporó a Beckett, 'Bodas de sangre' de Lorca, y todo me hacía aprender mucho", recordaba.
En 1963 regresó a España con 27 años y poco después debutó en el cine con la película "La otra mujer" (1964) del francés François Villiers en la que trabajó junto a Annie Girardot y Francisco Rabal.
Comenzó así una prolífica carrera en la que compaginó la pantalla grande -con más de 60 títulos-, el teatro y series de televisión españolas ("Curro Jiménez", "Los desastres de la guerra", "Tango") e internacionales, como la australiana "Runaway Island".
El argentino Adolfo Aristarain lo dirigió en "Martín (Hache)" (1997), el italiano Alessandro Blasetti en "Simón Bolívar" (1969), el cubano Manuel Herrera en "Bailando chachachá" (2005), entre otros.
El director español Enrique Urbizu recordaba este jueves su vitalidad, incluso cuando en 2002 luchaba ya contra el cáncer mientras trabajaba en su película "La caja 507".
"Él ha sido toda su vida un luchador y con la enfermedad también tenía siempre un ánimo positivo", afirmó a la emisora Cadena Ser Urbizu, una de las primeras personalidades que visitó la capilla ardiente del actor en Madrid.
En 2003 fue finalista en los premios Goya del cine español, en la categoría de mejor actor, por su trabajo en "800 balas" de Alex de la Iglesia.
Y en 2011 seguía trabajando, recordó la Academia, impulsando a través de su productora una serie titulada "Libertadores" en la que se narraba la vida de ocho líderes de la lucha por la emancipación de América Latina.
AFP