La bióloga colombiana que se enamoró de los tiburones ballena | El Nuevo Siglo
Melany Villate, bióloga marina. / Foto cortesía Melany Villate
Viernes, 4 de Octubre de 2024
Redacción Cultura

Crear conciencia sobre el cuidado de los océanos es el mensaje principal que llevará la bióloga colombiana Melany Villate la COP 16, que se llevará a cabo del 21 de octubre al 1.° de noviembre de 2024 en Cali. Su voz será escuchada, ya que es la única colombiana especialista en el tiburón ballena del Pacífico, el pez más grande del mundo, y además es experta en el cuidado del mundo marino desde hace más de 15 años.

Aunque es bogotana, la bióloga decidió mudarse al Chocó para poder proteger el mundo marino a través de la fundación que preside: Mar Adentro, una institución que combina ciencia, educación y divulgación, para favorecer la relación entre el turismo, la pesca y la naturaleza.

Yo creo que la COP16 es una oportunidad muy grande para poder hablar del cuidado de los océanos. La idea es involucrar a la comunidad en el tema de conservación, tanto la persona que trabaja cerca del mar o la que se está beneficiando por varias razones, porque hay muchas normas y estrategias, pero a la hora de ser aplicadas en un territorio como es el Chocó, no son realistas”, le dijo Melany a EL NUEVO SIGLO.

Esta colombiana ha dedicado casi toda su vida al cuidado del mundo marino. Dice que desde que tenía 5 años se enamoró de los océanos, una pasión heredada de su padre.

Desde muy chiquita veía documentales con mi padre en diferentes canales, él me mostraba animales y creo que fue como esa fascinación de poder entender ese mundo que yo sabía que estaba lleno de colores. Todo lo que yo compraba tenía que ver con el mar, me fascinaba todo lo que había debajo del mar”, refiere.

Investigar

Por años, Melany se ha dedicado a estudiar, a investigar y a leer sobre el tiburón ballena, buscando así la forma de acercarse a él. De eso fue su tesis de grado, porque sabía que esta especie visitaba Malpelo y Gorgona. Lo que no sabía era que se lo iba a encontrar años después sin tener el vidrio del acuario de por medio.

La mueve la inmensidad del mar. Llegó a Bahía Solano en 2015, investigando el pez sierra, y siguió yendo después cuando empezó a hacer su doctorado. Descubrió que allí llegaba el tiburón ballena y desde entonces fijó su residencia en esa zona del país.

Cuando tuvo su primer encuentro con el pez más grande del mundo decidió crear Mar Adentro, una fundación –como ella misma dice– con el objetivo de despertar conciencia sobre la vida marina en el Chocó, una zona donde muy poco se sabía de estas especies, para poder trabajar con la comunidad local y que esta encontrara herramientas de conservación del ecosistema.

Con Mar Adentro empezó a hacer investigación científica sobre esta especie desde 2021. Y junto a la agencia de turismo local Bahía Solano Me Llama, capitanes, pescadores artesanales y la comunidad, han sacado adelante el primer proyecto para identificar genéticamente, estudiar y conservar a los tiburones ballena en la costa Pacífica de Colombia.

Huellas

Melany recopila datos que comparte con otros investigadores en otros países, para intentar saber de dónde vienen y a dónde van los tiburones, si son hembras o machos, juveniles o adultos. Y les toma fotos por el lado izquierdo para poder identificarlos.

El trabajo de la fundación ha sido clave para generar lo que los científicos llaman la “línea base” en Colombia. El catálogo de “huellas” en fotos les permite comparar con otras organizaciones si los tiburones comparten otras zonas. Los datos genéticos permiten ver a qué otras poblaciones del mundo se parecen, con quiénes podrían estar emparentados o con quiénes se estarían reproduciendo.

Soy científica y bióloga y la conservación de un lugar es muy difícil hacerla solamente desde las ciencias; si no involucras a esas personas con ese ecosistema no se puede hacer mucho. Nosotros venimos trabajando en todo el tema de la diversidad de tiburones. Uno de nuestros grandes logros ha sido la generación de un protocolo o unas normas dictadas por la autoridad ambiental regional para poder proteger esta zona en cuanto al turismo”, destaca.

Poca gente sabe que esta especie llega cada año Bahía Solano entre marzo y mayo, pero después de visitar el municipio y acompañar a Melany, aprenden que este pez puede llegar a medir más de 18 metros, que pesa en promedio 20 toneladas, que puede nadar a 2.000 metros de profundidad, que la piel es gruesa y rugosa como una lija, que el patrón de manchas es como un huella digital, única e irrepetible; que se alimenta filtrando agua y puede filtrar hasta 6.000 litros de agua por hora, que son inofensivos para los humanos porque se alimentan de zooplancton y peces pequeños como anchoas y sardinas. Y que entre sus grandes amenazas están las redes fantasma, los choques con embarcaciones y el turismo mal dirigido.

El tiburón ballena es considerado el pez más grande del mundo, pero es poco lo que se ha investigado sobre esta especie, que existe desde hace más de 28 millones de años. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se encuentra en estado vulnerable, es decir, que enfrenta un riesgo moderado de extinción o deterioro poblacional a mediano plazo.

Relata que “normalmente uno está acostumbrado a ver animales más pequeñitos cuando están debajo del agua, pero saber que un tiburón o una ballena es grande, tiene poder y que no está buscando hacerte daño es curioso. Puedes tenerlo cerca y sentir esa fuerza y poder que tiene el animal sin que represente ningún daño para ti, eso es magnífico”.

De esta forma, desde el Chocó, Melany ha forjado un camino único en la conservación marina, siendo la única colombiana especializada en el tiburón ballena. Expondrá en la COP16 temas clave, como la preservación de especies marinas y el impacto del cambio climático.

Para obtener recursos y llevar a cabo todos los proyectos, Melany supo que hay que involucrar a todos los actores que de alguna forma hacen vida en Bahía Solano.

“Nos dimos cuenta de que los pescadores son los aliados número uno y las personas que realmente se ven beneficiadas o afectadas por lo que les ocurra a los ecosistemas, y creo que es momento de financiar proyectos de investigación. El turismo fue la herramienta que encontramos para poder desarrollar esos proyectos y conseguir el dinero y hacer las investigaciones. Nos dimos cuenta de que, además de la parte de financiación, debemos tener una herramienta de divulgación para que la gente se enamore del mar y de los tiburones”, afirma.

La bióloga mencionó que durante la COP16 tendrá diferentes espacios de charlas, una exposición sobre tiburones a cargo de la Universidad de los Andes. Del mismo modo, habrá un conversatorio sobre el mundo marino.