HASTA EL 31 de marzo el Museo de Arte Moderno de Medellín muestra “La buena vida”, piezas de la colección del Banco de la República el cual muestra el arte colombiano en los últimos setenta años, con la curaduría de Emiliano Valdés, Ana Ruiz y Cristina Vasco.
La exposición representa una de las pocas veces en que dicho acervo es presentado fuera de la red de centros culturales del banco central de Colombia. La buena vida está conformada por algunas de las obras más significativas del arte colombiano de los últimos setenta años, que hablan sobre lo que en el país ha sido importante en términos de elecciones de vida individual y colectiva. Es una invitación a pensar en cómo las acciones que se realizan en el breve paso por este mundo.
Iñaki Ábalos
En su ya clásico libro “La buena vida”, el arquitecto español Iñaki Ábalos hace una serie de visitas a casas hipotéticas y reales que pueden entenderse como representativas de algunos de los filones de pensamiento más importantes del siglo XX. A través de cuidadosas descripciones narrativas y de reflexiones en torno a la cultura del habitar, el autor intenta responder a la pregunta por la relación entre las maneras de vivir y el pensamiento contemporáneo, en un lúcido recorrido que niega la modernidad como experiencia triunfante del positivismo y recupera la pluralidad radical del siglo XX como punto de partida para el presente.
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Lejos de ser una ilustración del libro o de las ideas de Ábalos, “La buena vida” toma prestada la metodología del recorrido, por una casa, por una exposición, y su búsqueda por la esencia de “la buena vida” a la vez que, como buena parte de las obras que la conforman, pone en tela de juicio los valores que dejó la modernidad en torno a la manera en la que se habita la casa, el territorio y el planeta, pero también el propio cuerpo, la mente y el espíritu. En la visita a esta exposición, la intención es que se convierta en una herramienta para entender las ideas, lógicas y leyes que rigen la vida hoy.
Su obra profesional ha sido objeto de 15 exposiciones individuales y múltiples colectivas, en instituciones como la AA-Londres, Pavillion de l’arsenale-París, MoMA - NYC o la Bienal de Arquitectura de Venecia.
Este reconocimiento también se refleja en los 43 premios recibidos en concursos de arquitectura y 46 premios a actividades de investigación y diseño, 18 de los cuales a obra construida. También ha sido recogido en revistas y monografías como "Ábalos&Herreros", GG, 1993; "Áreas de Impunidad", Actar, 1997; "Reciclando Madrid”, Actar, 2000; "Ábalos&Herreros, 2G nº 22", GG, 2003; “Grand Tour", CAAM, 2005; "Ábalos, Herreros, Sentkiewicz Arquitectos", DA Documentos de Arquitectura nº 63, COAA, 2007; "Abalos+Sentkiewicz Arquitectos. Belleza Termodinámica", 2G n.56, Gustavo Gili, 2010; "Nuevas naturalezas. Abalos+ Sentkiewicz Arquitectos", Q estudio, 2013; "Abalos+Sentkiewicz. Form, Matter Energy", AV Monografías de Arquitectura 169, 2014; "Ensayos sobre Termodinámica, Arquitectura y Belleza", Actar, 2015 (con ediciones independientes en castellano, inglés y chino) y "AP164: Abalos&Herreros ", Park Books, 2016.
La exposición reúne un centenar de obras de una de las colecciones de arte colombiano más completas y representa una de las pocas veces en que dicho acervo es estudiado y exhibido fuera de la red de centros culturales del banco central de Colombia. Con curaduría del equipo MAMM y apoyo de la Unidad de Artes y Otras Colecciones del Banco de la República, “La buena vida” está conformada por algunas de las obras más significativas del arte colombiano de los últimos setenta años, que hablan sobre lo que en el país ha sido importante en términos de elecciones de vida individual y colectiva. Es una invitación a pensar de forma interseccional en cómo (el how de, entre otros, la artista y filósofa Denise Ferreira da Silva) las acciones que realizamos en nuestro breve paso por este mundo son consecuentes con nosotros mismos, con los demás y con el planeta.
Como un guiño a la floreciente idea del buen vivir (original de varios pueblos indígenas de los Andes y la Amazonía) esta exposición reflexiona sobre la arquitectura, la ciudad y el territorio como espacios de vida. También invita a pensar la exposición como un microcosmos en el que dichas ideas adquieren forma y a una toma de conciencia sobre nuestras acciones en el mundo. En última instancia, “La buena vida” propone pensar, a través de los contenidos, pero también de la forma, en cómo existimos, a qué asignamos valor, y a hacer este recorrido con calma para habitar el espacio del Museo y sentirse en casa: pensar, en palabras de Ábalos, “en la forma de vivir, de apropiarse del espacio privado y por extensión del espacio público”.