La inteligencia artificial (IA) ha tenido un impacto significativo en la música, desde la composición hasta la producción. El boom de esta nueva estrategia ha hecho que sea difícil para el oído humano distinguir entre una canción creada por un ser humano o por una máquina. Esta nueva faceta del mundo musical supone más retos para la industria y da lugar a estrategias comerciales diversas.
La llegada de la IA al mundo de la música ha generado una polémica notable entre los artistas. Mientras que algunos la abrazan como una herramienta revolucionaria que promete redefinir la creación musical, otros la ven como una amenaza a la autenticidad y los derechos de autor.
Esta tecnología ha avanzado tanto, hasta el punto de generar música y componer partituras a partir de datos y patrones, lo que ha permitido a los compositores crear composiciones complejas de manera más eficiente.
En este panorama se ha abierto la polémica entre artistas y cantantes de todo el mundo, ya que se está utilizando para la producción musical, pues los programas pueden realizar tareas como mezclar y masterizar de forma más precisa y rápida.
Además, porque la IA también se está utilizando para ayudar a los artistas a promocionar sus canciones, ya que los algoritmos pueden analizar los gustos y preferencias de los usuarios para recomendarles canciones.
La polémica en torno a su uso en la música plantea preguntas más profundas sobre la importancia de la creatividad y la autenticidad artística. Si bien esta tecnología puede ser útil en la creación de música, algunos argumentan que no puede reemplazar la genuina creatividad humana.
El cantante Lulu Gainsbourg, quien recientemente dijo en su más reciente producción: "Inteligencia artificial, ¿realmente la necesito?", en la cual evoca la ansiedad de los creadores musicales ante el auge de esta tecnología, es uno de los artistas que aplauden esta nueva estrategia.
El hijo del icono de la música francesa Serge Gainsbourg, Lulu, creó esa canción después de que un amigo le enseñara un tema escrito totalmente por la inteligencia artificial que lo dejó "verdaderamente impactado".
Crear música sin ser músico
Es el caso de la cantante británica Imogen Heap, conocida por el tema "Hide and seek" (2005). Creó su propio modelo de IA a partir de su voz y lo usa en su último proyecto musical.
En la Web Summit, una importante feria tecnológica que se celebró a mediados de noviembre en Lisboa, presentó un filtro que permite a cualquiera genera un sonido a partir de sus obras gracias a una alianza con la empresa estadounidense Jen.
La compositora e intérprete canadiense Grimes también concibió el año pasado un clon vocal e invitó a los internautas a usarlo para generar nuevos sonidos y la cantante estadounidense Taryn Southern o el grupo Yacht lanzaron álbumes enteros compuestos y producidos con ayuda de la IA.
Esta nueva herramienta "permite hacer cosas sorprendentes en las que no habríamos pensado", señala François Pachet, investigador de inteligencia artificial que trabajó en Spotify y Sony.
En 2018 produjo el álbum "Hello world", donde el belga Stromae y la canadiense Kiesza colaboran con la IA.
Este años han visto la luz numerosas plataformas de creación musical con inteligencia artificial como Aiva, Suno o Udio y gigantes del sector como Meta y Google proponen también este tipo de servicios.
"Gente que no sea música puede de repente hacer canciones enteras", celebra Pachet.
Por ejemplo, en el escenario de la Web Summit, el cofundador de la plataforma Moises, Eddie Hsu, enseñó en cuestión de segundos que la IA podía añadir una batería bajo algunas palabras y transformarlas en un sonido de bossa nova.
Profesiones en peligro
No obstante, en la industria emergen voces críticas contra la forma en que se han entrenado algunos de estos modelos.
En Estados Unidos, la Recording Industry Association, que aúna a las principales discográficas, demandó en junio a las empresas emergentes Suno y Udio, acusándolas "de copiar el trabajo de un artista y de explotarlo en su provecho sin consentimiento ni remuneración".
Más de 35.000 artistas, entre ellos Thom Yorke, de Radiohead; Björn Ulvaeus, de ABBA, o Robert Smith, de The Cure, firmaron a finales de octubre una petición que denunciaba el uso sin autorización de sus creaciones para alimentar los algoritmos.
Con la IA generativa, "hay segmentos enteros de la creación musical que pueden ser reemplazadas, como la sonorización en algunas tiendas", dice AFP Cécile Rap-Veber, directora general en Francia de la Sacem (Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música), que también firmó la petición.
"Desgraciadamente, es toda una franja media de creadores que hasta ahora viven de su arte y que están en riesgo mañana de no poder hacerlo", agrega.
Los profesionales del sector reclaman más transparencia de parte de las empresas tecnológicas, una remuneración por el uso de sus obras para la IA y la creación de nuevos contenidos siempre que sirvan para sustituir a producciones humanas, afirma Rap-Veber.
Para François Pachet, este avance tecnológico obligará a los creadores a "hacer cosas más originales" porque "las cosas convencionales podrán hacerse, en efecto, de manera más o menos automática".
Pero no cree que el ser humano vaya a ser remplazado por la máquina. "No hay todavía una canción compuesta por una inteligencia artificial que sea tan buena que todo el mundo quiera versionarla".
Rechazo absoluto
Miles de artistas, entre ellos el cantante de ABBA Bjorn Ulvaeus, la actriz de Hollywood Julianne Moore y el nobel de Literatura Kazuo Ishiguro, advierten sobre el uso sin licencia de sus creaciones para alimentar la inteligencia artificial.
Unas 11.500 estrellas de la música, la literatura, el cine y el teatro pusieron de manifiesto sus temores de que las empresas tecnológicas entrenen con esos contenidos sus modelos de IA sin el permiso de los creadores originales.
"El uso sin licencia de obras creativas para entrenar IA generativa es una amenaza enorme e injusta para el sustento de las personas detrás de esas obras, y no debería permitirse", dice la declaración.
Entre los firmantes aparecen nombres célebres como Thom Yorke de la banda Radiohead, el autor James Patterson y el actor Kevin Bacon.
Los estudios de Hollywood han estado experimentando con la IA en los últimos años con diversos fines, como revivir en pantalla estrellas fallecidas hasta replicar multitudes a través de efectos por computador para usar menos actores.
Impacto económico
Un reciente informe de la firma Apra Amcos, con sede en Sídney, destaca el profundo impacto que esta tecnología podría tener en los creadores de música.
Según el estudio, se estima que para el año 2028, el 23 % de los ingresos de los compositores, autores de canciones y editoriales estarán “en riesgo debido a” la IA generativa. Este dato inquietante subraya el potencial de disrupción en la industria musical, pero también plantea interrogantes sobre las oportunidades que ofrece esta tecnología.
De acuerdo con los resultados del estudio, el impacto económico que podría generar la IA generativa en los ingresos musicales es significativo, estimándose en aproximadamente $152.97 millones solo en 2028. Entre 2024 y 2028, la cifra acumulada podría alcanzar los $349.82 millones.