“Los habladores” en de Galerías… | El Nuevo Siglo
Martes, 9 de Julio de 2013

Inspirados por libros, escritores y textos y tomando como escenario una biblioteca, la Luis Ángel Arango de Bogotá, 17 artistas reinterpretan con sus obras las más famosas historias de la literatura. En Los habladores: narrativas en el arte contemporáneo internacional, una curaduría de Selene Wendt en colaboración con Gerardo Mosquera, los poemas de Neruda y Arthur Rimbaud, así como los laberintos de Jorge Luis Borges y Octavio Paz, las ciudades de Italo Calvino, los héroes de James Joyce y el realismo mágico de García Márquez, entre otras historias, adquieren forma en instalaciones, esculturas, fotografías, películas, pinturas y dibujos que desde una perspectiva plástica las reinterpretan.

La exposición, que estará abierta hasta el 15, es organizada por el Banco de la República y TrAP’s, con el apoyo de Fritt Ord Foundation, Norsk Kulturfond y Ministerio de Relaciones Internacionales de Noruega. 

El título de la exposición está directamente inspirado en el libro de Mario Vargas Llosa El hablador. Si bien las 21 obras que se exhiben están inspiradas por la literatura o por textos tan reconocidos como El manifiesto comunista o El paraíso en el nuevo mundo, una crónica sobre los conquistadores en América escrita en el siglo XVII, no se trata de interpretaciones literales ni de ejercicios ilustrativos, sino de relatos autónomos que se cruzan, superponen, subyacen o dialogan con las historias escritas.

Entre los artistas incluidos en Los habladores se encuentran figuras tan reconocidas como William Kentridge, así como Mónica Bengoa, Ernesto Neto, Monika Bravo, Maria Magdalena Campos-Pons, Cristina Lucas, Rosana Ricalde, Eder Santos, Young-hae Chang, Valeska Soares, el colectivo Eloísa Cartonera y las colombianas Liliana Angulo y Milena Bonilla.

 

El realismo de Santiago Cárdenas

“Sobre cables y ganchos”es el título de la muestra artística que hace parte de El realismo mágico de Santiago Cárdenas es la que Galería El Cometa presenta en la sala de arte de la Fundación Cardioinfantil hasta el 6 de agosto.

Desde la década del cincuenta del siglo pasado, algunos pensadores franceses dieron inicio a un giro en su pensar que, inevitablemente, cuestionó a la filosofía y sacudió sus cimientos. Autores como Michel de Certeau o Henri Lefebvre llamaron la atención de la filosofía hacia lo fundamental que era reparar en la cotidianidad, en lo ordinario, lo usual. En lugar de girar los ojos hacia preguntas metafísicas y trascendentales sobre el ser y la existencia, este grupo de filósofos reclamó la necesidad de fijar la atención en la manera como los sujetos construimos el habitar, los espacios, las relaciones con los objetos, con los tiempos, con el presente, con los otros.

El realismo de Santiago Cárdenasse construye precisamente dentro del mismo universo de cuestionamientos. En algún momento del inicio de su carrera, cuenta él que decidió pintar aquello que estuviera a la mano, pintar tarros, tazas, enchufes, pisos, espejos, cables, ropa.

La obra de Cárdenas es constatativa, se ocupa de enchufes, cajas de cartón, pizarras, floreros, ganchos de ropa, repisas, paraguas, pantalones, planchas. Retrata las cosas más comunes, las más prosaicas y mustias que acompañan el día a día. En sus pinturas hace un señalamiento de aquello que con el paso del tiempo llegará a ser testimonio de un uso ya desaparecido. De hecho, las pizarras o tableros y las tizas son artefactos pertenecientes a una cierta tecnología de la representación y de la pedagogía que actualmente está prácticamente extinta.

 


Propaganda en tiempos de Campaña (de Independencia)

 

Así se titula la muestra que se exhibe en el Museo Nacional y que es unretroceso a aquellos tiempos donde no existía todavía la fotografía, cuando las naciones que se independizaron a principios de siglo XIX necesitaron propagar nuevos imaginarios. Con el objeto de buscar antecedentes del uso contemporáneo de la imagen en el ejercicio de la política, esta exposición presenta una serie de miniaturas, monedas, medallones y camafeos que se pueden entender desde esta perspectiva.

 

Las piezas, de Propaganda en tiempos de Campaña (de Independencia)están organizadas de tal forma que se observan los antecedentes del uso de la imagen para honrar a militares o estadistas, como ocurrió a mediados del siglo XV en Italia a través de la producción de medallones. Esta producción, cercana a la de las monedas, tuvo también un auge importante durante el siglo XIX cuando se realizaron medallones de escritores, científicos y otros intelectuales.

 

En América, las revoluciones independentistas llevaron a que las artes se ocuparan de los nuevos héroes. De esta forma la miniatura, que desde sus inicios se asoció con el retrato de los monarcas, se ocupó de retratar a los líderes que representaban no solo una alianza con un individuo sino también con una causa. La figura que gozó de mayor difusión fue la de Simón Bolívar.

Después de la Campaña de Independencia, y a lo largo de otras guerras del siglo XIX, la miniatura fue utilizada para rendir homenaje a quienes se habían sacrificado, incluso en imágenes alegóricas de duelo frente a la muerte de estos personajes.