Luces y sombras en la gestión cultural | El Nuevo Siglo
Martes, 7 de Agosto de 2012

Hoy se cumplen dos años de Gobierno de Juan Manuel Santos y mientras algunos ven visos positivos en cuanto a materia cultural en el país, otros son totalmente negativos y siguen afirmando que este es un tema que está totalmente abandonado.

Con ese panorama al frente, el pasado 28 de julio el presidente Santos y la ministra de Cultura Mariana Garcés presentaron el balance de los principales logros en esta materia, en desarrollo de la “vuelta a Colombia”, esta vez en el departamento de Santander.

El fomento a la lectura y la escritura, el apoyo a los procesos de formación artística, el fortalecimiento de la apropiación social del patrimonio cultural, el impulso de las industrias culturales, la ley de espectáculos públicos y la nueva ley de cine fueron algunas de las políticas, proyectos, acciones e iniciativas impulsadas por este Ministerio.

EL NUEVO SIGLO dialogó con Alejandra Borrero, directora de Casa Ensamble, Mauricio Suárez, Director de la Compañía Teatro Vivo de Colombia y César Álvarez, acerca de este tema que hoy está en el ojo del huracán.

Para Alejandra, el avance en cultura se verá a largo plazo, pero el Gobierno debe invertir más para que el desarrollo artístico sea mayor y fructífero: “Sólo cuando los gobiernos se toman en serio la cultura y fomentan la creación artística en diferentes disciplinas, se construye un camino para la creación de nuevos lenguajes y se desarrolla el talento y la genialidad de los artistas. Si el Gobierno crea incentivos, crea una plataforma desde la cual muchos van a poder alimentar el arte y la cultura”.

En cambio para Mauricio el panorama sigue siendo muy negro, él considera que para este Gobierno la cultura no es uno de los ejes principales y a pesar del dinero que se invierte esta allí, es muy difícil acceder a él.

“Mi crítica puntual es que los programas de cultura se llenaron de tecnócratas y burócratas que desconocen las realidades culturales y sociales que se viven en un país como este. Colombia no es "buen" país para los artistas”, afirma.

El trabajo artístico de Mauricio lo desarrolla en Bogotá y en el Cauca; el director y al mismo tiempo artista asegura que son dos complejidades culturales diferentes, pero a pesar de todo el Gobierno en estas dos regiones es indiferente con el tema de cultura e incluso nula.

“En el Cauca el Gobierno quisiera que todo fuera ideal, financian pocos proyectos artísticos y culturales fundamentando el presupuesto en fechas e informes; pero desconocen la difícil situación de orden público que un artista caucano pueda enfrentar; la concertación con el Gobierno es inexistente; cuando no se cumple un informe entonces liquidan y eso significa que al artista le toca devolver la plata que le dio el Gobierno por convocatoria. Lo entiendo, pero hay proyectos que se desarrollan en medio del fuego cruzado y allí la vida está primero que un informe. En Bogotá parece que todo está reglamentado para que quien quiera ser artista desista y diga no, me dedico a otra cosa; IDARTES es un bonito nombre, en un bonito edificio, pero lejos de los agentes de cultura. ¿Por qué esta sensación? ¿Por qué los artistas sentimos la indiferencia del gobierno?”

Por otro lado el director del Teatro La Libélula Dorada, César Álvarez comparte la opinión de Suárez al asegurar que “el Ministerio de Cultura no ha tenido cambios sensibles en sus políticas, ni tuvo cambios en sus cuadros directivos los cuales han seguido reproduciendo, sin evaluaciones profundas los diferentes programas de apoyo y fomento a las artes, ha habido un desconocimiento y ha limitado la participación democrática de los artistas y hacedores de cultura en la construcción de políticas que interpreten sus necesidades y se concreten acciones que los beneficien.

Todos coinciden en que se debe invertir más dinero en cultura y menos en armas, además, afirman que es necesario funcionarios que enriquezcan los procesos y no los entorpezcan.

El tiempo lo dirá. Para algunos la cultura es uno de los temas más olvidados de los gobiernos y se debería convertir en uno de los ejes principales para que el desarrollo artístico y académico sea completo.