Merlano deleitará a Bogotá con Haikú | El Nuevo Siglo
Miércoles, 15 de Julio de 2015

OBRAS EXIGENTES a nivel técnico, expresivo y dramático son las que Natalia Merlano interpretará en un concierto que promete deleitar al público capitalino, una ocasión interesante para que los amantes de la música conozcan más a fondo el repertorio contemporáneo para voz sola.

Antes de la cita del próximo jueves 23 en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, a las 7:30 pm, la joven soprano contó detalles de su vida y obra artística, así como de su preparación disciplinada para alcanzar sus metas.

¿Cómo llegó a la música?

NATALIA MERLANO: Cuando estaba en el colegio me gustaba cantar, pero nunca recibí una formación musical extracurricular siendo niña, como les sucede a muchos músicos. Tenía clases en el colegio, y creo que ahí empezó todo, hacían festivales de canto y una vez decidí participar impulsada por mis amigos y mi familia, quienes consideraban que lo hacía bien. Luego, a los 15 años ingresé a una escuela de formación musical Nueva Cultura en donde recibí las primeras clases de canto.

 

¿Por qué eligió su instrumento?

NM: Antes de ingresar a la Escuela Nueva Cultura, aparte del canto me interesaba la guitarra. Tomé algunas clases, pero la verdad no era muy diestra. En el colegio también intenté con clases de piano, pero mis dedos meñiques tampoco lo lograron. En Nueva Cultura intenté con la percusión, y era divertido, pero de nuevo, muy pocas habilidades. A pesar de probar varios instrumentos, nunca dejé de cantar. Al final, mi decisión respecto al canto tuvo que ver con lo que siento al cantar, lo cual, aún después de los años, sigue siendo indescriptible. La sensación física me encanta, y emocionalmente es una manera de conectarme con todo: conmigo, con mi entorno, con mis pensamientos y mis deseos, con lo que sueño y lo que creo, con lo que anhelo, incluso con mis miedos, creo que es una manera de afrontarlos.

¿Qué factor ha sido determinante para su trayectoria profesional?

NM: En mi formación profesional afortunadamente he contado con muchas personas que me han ayudado a construir lo que soy hasta el momento, y en ese sentido creo que todo el mundo ha tenido que ver: mi familia, mis amigos, la gente, el mundo. Sin embargo creo que mi pasó por la ASAB (Facultad de artes de la Universidad Distrital) fue determinante en varios aspectos. Los profesores con los que conté, los compañeros con los que trabajé, los amigos que tengo, que conocí allí, las condiciones del lugar. Creo que en la ASAB hay espacio para que cualquier músico se forme; es decir la persona que quiere hacer música popular, tradicional, clásica, antigua, moderna y contemporánea puede hacerla allí y encontrar resonancia con otros y con el entorno.

Entré a la ASAB esperando convertirme en una cantante de música tradicional y popular, pues esa fue la razón principal para entrar a estudiar allí. Luego descubrí cosas nuevas, entre esas la música académica contemporánea. A pesar de que la música popular me encanta y la hago cada vez que puedo, la música contemporánea me encontró. Alguna vez en un foro con el Ensamble Intercontemporaine le pregunté a una de sus integrantes porqué se había dedicado a hacer música contemporánea, y su respuesta fue esa: “yo no encontré la música contemporánea, ella me encontró a mí”.

¿Qué criterios tomó en cuenta para elegir el repertorio?

NM: El criterio principal tiene que ver sobre todo con el gusto. Muchas veces éste se manifiesta inmediatamente como un amor a primera vista. Otras veces me voy enamorando a medida que nos vamos conociendo, lo cual también es muy emocionante. Un criterio evidente para este concierto y de gran importancia fue el repertorio para voz sola sin acompañamiento.

 

¿Qué fue lo más exigente de prepararlo?

NM: Al ser un concierto completo para voz sola la exigencia vocal es grande. Todas las obras tienen elementos que requieren preparación. Sin embargo creo que The King Harald’s Saga es exigente, pues al ser una ópera para una sola cantante requiere una disposición física y vocal para cada personaje. Recitation (obra de la cual solo presentaré 8 de las 14 partes) es muy exigente en cuanto a la repetición y a que muchas veces se debe usar la voz no para cantar sino por ejemplo para hablar, pero en registros distintos.

¿Cuál es la característica distintiva de su concierto?

NM: En la primera parte del concierto quise plantear dos obras con un componente escénico y el Haiku para voz sola de Rafael Llanos como un puente que conectara estas dos. La primera The King Harald’s Saga, es una ópera en tres actos y epílogo para una sola cantante. Luego el Haiku para voz sola en tres movimientos, se basa en una especie de improvisaciones dirigidas. Al final de esta primera parte, Lady Lazarus, cierra con una pieza muy dramática en cuanto a la sonoridad y al texto, lo cual me ha hecho verla siempre como un monólogo que requiere una representación escénica. Creo que el componente principal de esta primera parte tiene que ver en la relación música – texto, vista desde lo relevante que puede ser el texto dentro de la música.

En la segunda parte también hay una relación música-texto. En este caso no tiene que ver con el significado del texto dentro de un contexto, sino cómo la música le da el significado sintáctico a las palabras, que unidas de la manera en la que están unidas, casi siempre en esta obra no significan nada. Es decir, las palabras cobran sentido por la música que tienen y no por el hecho de ser palabras.

 

¿Qué épocas aborda?

NM: Este repertorio ha sido compuesto en el siglo XX y XXI. La obra más antigua es de 1978 y la más reciente del 2009. Compositores nacidos entre 1945 y 1983.

¿Qué nos puede contar del compositor y la obra colombiana?

NM: El Haiku para voz sola en tres movimientos compuesto por Rafael Llanos, fue un encargo que le hice en el año 2008. Yo estaba estudiando en la ASAB y quería hacer un proyecto con obras nuevas. Beatriz Elena Martínez me sugirió encargarles obras a algunos compositores que eran estudiantes en ese momento, y yo acepté esta sugerencia. Gracias a estos encargos, no solo trabajé con Rafael si no que empecé a formar lazos de amistad con él y con otros compositores. Conocí a Juan Camilo Vásquez, Germán Molano, Luis Fernando Sánchez, Rubén Gómez, Melissa Vargas, Damián Ponce y Eblis Álvarez, quienes han compuesto obras para mí. Es una obra indeterminada. La duración de las dos primeras partes está relacionada con lo que el intérprete alcanza a explorar en una o dos respiraciones, siguiendo unos parámetros musicales. La parte final es una especie de improvisación libre basándose en cuadros que contienen cada uno en una altura definida pero permitiéndole al intérprete navegar por las sensaciones que percibimos con todos nuestros sentidos. El haiku dice:

Llueven la ciudad 
espejo de mil soles 
almas regadas

A su juicio ¿Qué resultaría atractivo de la presentación para una persona que no sabe de música?

NM: El repertorio que van a escuchar explora la voz de distintas maneras. A nivel técnico se emplea la voz hablada, la voz más o menos entonada y la voz cantada. Además a nivel expresivo, va desde el drama de Lady Lazarus, hasta lo divertido que puede ser para algunos Recitation de Aperghis, pasando por lo operático de The King Harald’s Saga y lo sutil y sensorial en el Haiku para voz sola en tres movimientos. Considero también que es la oportunidad de conocer repertorio para voz sola que no ha sido interpretado con frecuencia en nuestro país. Todas las obras son de compositores vivos y activos en la escena musical contemporánea, a través de estas obras tal vez pueden conocer más música de estos compositores y de otros vinculados a la música contemporánea.