La escritora marroquí Fátima Mernissi, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003, falleció a los 75 años de edad, informó en París su editor francés.
Escribió, entre otras obras, Sexo, ideología e islam, El miedo a la modernidad: Islam y democracia, Las sultanas olvidadas, El hilo de Penélope y El harén político, libro en el que se interrogaba sobre el lugar de las mujeres en tierra de islam, recalcando que en el siglo VII "las esposas del Profeta discutían de política e iban a la guerra".
En 2003, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de las letras junto con la estadounidense Susan Sontag. Profesora de sociología en Rabat, feminista, militante por los derechos humanos, Fátima Mernissi rehusaba caer en la trampa de una presunta incompatibilidad entre el islam y la democracia.
"¿Por qué el mundo árabe-musulmán tiene tantas dificultades en apropiarse las adquisiciones democráticas, como la igualdad estatutaria de los individuos, el reconocimiento del pluralismo y la libertad de conciencia?" planteaba Mernissi.
"Cuando nació el islam en 622, la intención del Profeta era instaurar una comunidad religiosa y democrática en la que hombres y mujeres discutirían las leyes". "¿Qué meandros llevaron de ese proyecto hasta esta figura impuesta de mujer velada, apartada de la vida política, confinada en el espacio privado en nombre de la fe religiosa?", escribió.
Al regresar a Marruecos en los años setenta tras haber completado sus estudios en el extranjero, Mernissi se dio cuenta de que, más que convertirse en experta en su trabajo, lo que necesitaba primero era defender sus derechos a estar plenamente en ese trabajo, y para ello tuvo que volver a revisar los textos coránicos.
Tras un minucioso estudio de las diferentes versiones del Corán, Mernissi lanzó su más célebre afirmación: el profeta Mahoma había sido un hombre feminista y muy progresista para su época, y no fue él, sino otros hombres, quienes empezaron a considerar a las mujeres como personas de segunda clase. Escribió El harén político con estas teorías, enfureció al régimen y el libro se convirtió en el único libro prohibido en Marruecos, aunque en otros países musulmanes, como en Siria, obtuvo gran éxito.