"Neruda pudo ser asesinado" | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Noviembre de 2015

Una auxiliar de la clínica donde el Nobel chileno Pablo Neruda fue atendido asegura que el poeta murió horas después de ser inoculado, señala un libro del periodista español Mario Amorós, que confirma la versión de un exchofer según el cual su jefe había sido asesinado con una inyección.

 

El texto "Neruda: El príncipe de los poetas" contiene declaraciones de testigos de las horas previas a la muerte del poeta, ocurrida 12 días después de instalada la dictadura de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.

Estas declaraciones confirmarían la versión -hoy bajo investigación de la justicia chilena- de que Neruda pudo haber sido envenenado.

"Cito el testimonio de una empleada auxiliar de la clínica Santa María (donde murió Neruda), quien dijo haber atendido al poeta y manifiesta: 'Durante la noche le han puesto una inyección a don Pablo y se murió'", relató Amorós durante un encuentro con periodistas de medios extranjeros este martes en Santiago.

"Al preguntarle más detalles, le dijeron que los médicos que habían estado de turno en la noche le habían puesto una inyección con aire", agregó.

La versión concuerda con la acusación que en 2011 lanzó el exchofer y asistente de Neruda, Manuel Araya, a la revista mexicana Proceso.

En la entrevista, Araya afirmó que su jefe fue envenenado por agentes de la dictadura para impedir el viaje a México del poeta comunista, quien pretendía liderar desde allí la oposición al nuevo régimen.

La versión oficial manejada hasta esa fecha afirmaba que Neruda murió como consecuencia del agravamiento de un cáncer que padecía.

"En el libro presento testimonios que llevan a contradicciones en la declaración del chofer", afirmó Amorós, como dónde se encontraba al momento de su muerte la tercera esposa del poeta, Matilde Urrutia.

La justicia chilena investiga desde 2011 las causas de la muerte del poeta, cuyos restos fueron exhumados y sometidos a varios análisis forenses.

En uno de los último análisis se descubrió la presencia de la bacteria infecciosa "estafilococo dorado", que pudo haber sido inoculada por agentes del régimen, pero también pudo haberse contagiado en las diversas manipulaciones que se han hecho de los restos.

"Hay que esperar lo que dicen los científicos sobre la presencia de esta bacteria, pero mi aportación ha sido un esfuerzo de indagar y contrastar al máximo los testimonios sobre la muerte de Neruda", dijo Amorós.