“Se necesita releer nuestra sociedad y cultura”: Ospina | El Nuevo Siglo
Nacido en 1954, es autor de ejemplares de poesía como “Hilo de arena”, y de ensayos como “Los nuevos centros de la esfera” y “¿Dónde está la franja amarilla?”, entre muchos más.
Foto Penguin Random House
Miércoles, 27 de Abril de 2022
Redacción Cultura

Con dos historias que lo han llevado a conectarse con sus raíces y la verdadera historia cultural del país, William Ospina dice presente en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, donde presentará su novela “Guayacanal” y lanzará su nueva obra “En busca de una Colombia perdida”.

El escritor tolimense dialogó con EL NUEVO SIGLO sobre sus pasiones en el mundo de las letras y el lanzamiento de su más reciente ensayo, publicado bajo el sello de Penguin Ramdom House.

EL NUEVO SIGLO: En sus primeros años de vida profesional estuvo inmerso en el mundo del derecho y las ciencias políticas, ¿qué lo convirtió entonces en un escritor?

WILLIAM OSPINA: La verdad es que cuando comencé mi vida universitaria llegué al derecho a través de la relación con las humanidades, los libros y la lectura. Pero mi interés principal era la literatura más que el derecho. Comprendí que en esa carrera no iba a aprender lo que necesitaba, que era escribir, escribir ficción, hacer poesía, ensayos y me convencí de eso. Abandoné mi carrera y me dediqué a leer, a escribir, porque sabía que principalmente el mismo oficio es una disciplina que solo se aprende haciéndola.

ENS: La poesía, la novela y el ensayo son muy frecuentes en sus obras, ¿qué es lo que le apasiona de estos dos géneros?

WO: La verdad es que creo que lo que me apasiona es el lenguaje en su conjunto. Como mi relación con el lenguaje es muy intensa y con las palabras también, con la tradición oral, la conversación, el diálogo, empecé escribiendo poemas, que es lo más frecuente cuando uno está en la adolescencia y lo que quiere uno sobre todo es expresar emociones, sentimientos y asombros.

Gradualmente fui sintiendo la necesidad de reflexionar sobre temas literarios, sociales, culturales, y entonces el ensayo surgió como una solución natural a esa necesidad de reflexionar y compartirla. Finalmente, tanto la poesía como el ensayo, me llevaron a relacionarme con grandes temas que necesitaban una solución narrativa y reflexión.

De manera que todo se ha ido dando como un proceso natural, no ha sido como un salto al vacío para ir a buscar otra cosa, sino que los poemas me llevaron a los ensayos, los ensayos a las novelas y todos esos géneros giran alrededor de grandes obsesiones de mi vida desde el comienzo, como la relación con la naturaleza, con la familia, las preguntas por el país, por el continente y por cuál es el momento que estamos viviendo en América Latina frente a la crisis planetaria.

ENS: Hablemos de “En busca de la Colombia perdida”. ¿Qué lo animó a hablar, como lo dice en la sinopsis del libro, de un país en el que no todo está perdido?

WO: Desde hace tiempo he estado reflexionando sobre Colombia. En 1996, cuando el país estaba muy convulsionado por el conflicto, había tanto secuestro, crímenes, masacres y atentados, escribí un ensayo que se llama “¿Dónde está la franja amarilla?”, una reflexión sobre la crisis colombiana que circuló mucho y que ha sido muy leído en colegios, universidades y ha sido un ensayo al que Colombia le prestó mucha atención durante estos últimos 25 años. Después de eso, en el 2013 escribí el ensayo “Pa’ que se acabe la vaina”, en el que intentaba ahondar en los temas que había tocado en “¿Dónde está la franja amarilla?”, pero con mayor urgencia y era la perspectiva de 20 años después.

Ahora este libro, “En busca de la Colombia perdida”, recoge las reflexiones que he hecho sobre Colombia en los últimos tres años sobre algunos temas urgentes que tuvieron que ver con el estallido social, conflicto ambiental, las preguntas por la memoria de nuestras sociedades, y que tratan de continuar esa reflexión que ya venía de libros anteriores.



ENS: En este libro, propone releer la realidad del país, ¿cuál es esta relectura?

WO: No somos conscientes de las etapas por las que ha pasado nuestro país. Cuando estudiábamos historia, porque parece que ahora no está tan presente en los pénsums académicos, simplemente nos hablaban de la conquista, la colonia, la independencia y la república. En esos cuatro peldaños parecían establecer lo que había sido la evolución de la sociedad, pero ya hablar de la conquista en el comienzo de nuestra historia era un error.

En Colombia, por ejemplo, acabamos de descubrir, hace algunos años, que en Chiribiquete hay unas paredes naturales llenas de figuras que han estado pintando los nativos desde hace casi 20 mil años. Entonces, cómo es posible que solo desde el siglo XV estemos contando nuestra historia, si hace 20 mil años ya se hacían esos tatuajes, interpretando la naturaleza en la pintura con un arte que ahora sorprende al mundo entero.

Entonces es necesaria una relectura de nuestra sociedad y cultura, porque nosotros crecimos con esa idea de que éramos europeos y que hasta lo que nos gustaba era la naturaleza europea, y entonces el mundo natural americano parecía que no cabía en nuestra educación.

En las últimas décadas cada vez se hace sentir más que tenemos que tener otra lectura de la naturaleza, otra mirada sobre nuestra competición social, sobre la evolución en nuestra cultura.

ENS: Este año participa en la Filbo con la presentación de este ensayo, ¿cómo espera este encuentro con sus lectores?

WO: Va a ser muy grato. Claro, como llevamos dos años de actividades virtuales que nos han afantasmado a todos, siempre es muy gratificante volver a estar en contacto con la gente y los lectores. Creo que la gente va a llenar la Feria del Libro este fin de semana porque es la celebración del momento en que volvemos a encontrarnos, a intentar no simplemente retomar la normalidad interior, sino retomarla con todo el aprendizaje que estos dos años tan críticos para nuestra vida personal y social nos ha dejado.

Este jueves tendré la presentación de la novela “Guayacanal”, que no habíamos podido presentar en la Feria por la pandemia, aunque lo lancé hace dos años. Y el sábado tendremos la presentación de “En busca de la Colombia perdida”, que será básicamente un diálogo con los lectores sobre el libro, la realidad actual de Colombia y sobre los desafíos de la Colombia contemporánea. 

ENS: Hoy en día son cada vez más los jóvenes inquietos por la escritura. ¿Qué se necesita para ser un escritor?

WO: Creo que lo que más se necesita para ser un escritor son tres cosas: la primera es la necesidad de escribir; cuando uno siente la necesidad de escribir ya tiene avanzada buena parte del camino porque todo lo demás es un aprendizaje muy arduo y difícil. Uno solo lo hace porque tiene esa pasión, ese deseo de ser escritor, contar historias, escribir poemas, de reflexionar, de utilizar el lenguaje como una herramienta para entender el mundo y compartirlo con otros.

Lo segundo es lectura. Nadie llega a ser un escritor si no tiene una relación apasionada y profunda con los libros, no una normativa o formalista, sino una relación libre, apasionada y gozosa con la lectura. Y lo tercero, son amigos que compartan esa pasión, con los que pueda conversar y discutir, a los que le pueda mostrar las cosas que uno escribe, que lo puedan criticar a uno lo que hizo mal, que le ayuden a avanzar por el camino.