“Serotonina”, la última novela de Houellebecq | El Nuevo Siglo
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Lunes, 24 de Diciembre de 2018
Redacción Cultura con AFP

MICHEL Houellebecq, uno de los escritores franceses más célebres y traducidos en el extranjero, regresa en enero a la primera escena literaria con "Serotonina", una esperada obra en la que prácticamente anticipó la revuelta de los "chalecos amarillos".

La última novela del autor de "Partículas elementales" llegará a las librerías el 4 de enero. La editorial pidió a los medios que respetaran un embargo total sobre el contenido del libro hasta el 27 de diciembre, pero dos semanarios no lo tuvieron en cuenta.

La séptima novela de Houellebecq aparece cuatro años después de la publicación de la polémica "Sumisión", que llegó a las librerías el mismo día en el que se produjo el atentado en la redacción de Charlie Hebdo en París y en la que advertía sobre la islamización de Francia. En el extranjero, vendió cerca 800.000 ejemplares de su anterior novela, "Sumisión".

Su última novela, "Serotonina", es seguramente uno de los libros más desgarradores de Houellebecq. El narrador protagonista es Florent-Claude Labrouste, de 46 años, un hombre completamente extenuado. Depresivo, aún obsesionado con sus amores pasados, solo sigue adelante gracias a un antidepresivo, el Captorix, elaborado con serotonina.

El Captorix tiene "inicialmente una eficacia sorprendente, que permite a los pacientes recuperar una cierta confortabilidad en las costumbres de una sociedad evolucionada (...) sin favorecer, a diferencia de otros antidepresivos de la precedente generación, las tendencias suicidas o la automutiliación", advierte el narrador.

"Los indeseables efectos secundarios producidos más habitualmente por el Captorix son la náusea, la pérdida de la libido, la impotencia... Nunca antes había sufrido náuseas".

Con su ácida ironía, Houellebecq recuerda que ninguna molécula nos salvará de un mundo deshumanizado en el que reina la lógica mercantil. No se puede ser más claro.

"No ganaremos"

Siempre sutil, y a menudo cruel, observador de nuestra sociedad, Houellebecq prácticamente anticipa en su novela la revuelta de los "chalecos amarillos" en Francia, con una escena en la que unos ganaderos indignados bloquean una autopista.

Acusado de cínico, el escritor muestra una gran empatía cuando describe la desesperación de los productores lecheros.

"De vez en cuando se cierra una fábrica, se deslocaliza una planta de producción, pongamos que despiden a 70 obreros (...) Hay un piquete de huelga, se queman neumáticos... Cada año, te encuentras con centenares de campesinos que abandonan su negocio o se revientan los sesos", explica el narrador, agrónomo de formación, a su amigo (¿el único?), un productor lechero que está en apuros.

"El número de agricultores bajó enormemente durante los últimos cincuenta años en Francia, pero aún no disminuyó lo suficiente", añade el protagonista, que comparte las ideas antiliberales y euroescépticas del autor.

"Hay que dividir por dos o por tres (la producción) para llegar a los estándares europeos, los estándares de Dinamarca u Holanda", añade el narrador. "Lo que sucede en estos momentos con la agricultura en Francia, se trata de un enorme plan de despidos, el mayor plan ejecutado en la actualidad, pero se trata de un plan secreto, invisible en el que la gente desaparece individualmente, cada uno en su rincón, sin aparecer ni un segundo en BFM (la cadena televisiva de información 24 horas con mayor audiencia en Francia)".

No hay alternativa, insiste el narrador. "Una vez habremos alcanzado los estándares europeos, aún no lo habremos conseguido, nos acercaremos al umbral de la derrota definitiva, porque entonces entraremos en contacto con el mercado mundial y la batalla de la producción mundial nunca la ganaremos", explica Houellebecq en boca del narrador, en una reflexión llena de pesimismo o lucidez, según el punto de vista de cada uno.

La novela será publicada con una tirada excepcional de 320.000 ejemplares. Cinco días más tarde de su publicación en Francia, el 9 de enero, llegará a las librerías en España, Alemania e Italia. La editorial Anagrama se encarga de su edición en castellano.

Controvertido

En una entrevista publicada en junio del año pasado, el controvertido novelista confesó que detrás de la desolación que impregna su obra está el hecho de que su madre "no le mimó lo suficiente", en un diario personal publicado en 2017.

“Cuando era bebé, mi madre no me meció, ni acarició, ni me mimó lo suficiente (...) y esto explica todo lo demás, el conjunto de mi persona (...), sus zonas más dolorosas en cualquier caso”.

“Hasta mi muerte, seguiré siendo un niño pequeño abandonado, gritando de miedo y de frío, hambriento de caricias”, afirma Houellebecq en “Mourir”, escrito en 2005, cuando atravesaba una profunda depresión.

El escritor, que no suele hacer declaraciones públicas, aseguró  que "dejará" de escribir libros con connotaciones políticas”. /