CON EL inicio del calendario académico en Colombia, hay quienes se preguntan cuáles serán los retos de los docentes en 2024. Y no es para menos, con el aumento de los colegios digitales, la utilización de la realidad virtual en los procesos formativos y la personalización del aprendizaje, entre otros, se está cambiando el paradigma educativo no solo en el país, sino en el mundo.
Antes, el alumno debía adaptarse a la figura jerárquica del maestro, pero también al modelo de enseñanza del colegio del que hacía parte. Ahora, son los profesores y las instituciones educativas las que deben adaptarse a las nuevas generaciones de estudiantes, con metodologías basadas en la innovación, las nuevas herramientas tecnológicas y contenidos de proyección global.
En ese contexto, Genuine Digital School, una institución virtual que opera bajo el currículum estadounidense y acoge más de 400 alumnos en 20 países, dio a conocer cuáles son los desafíos que deben asumir los profesores pensando en las necesidades de los estudiantes del futuro.
Los siete retos para los maestros, según el psicólogo Santiago Montaña Ramírez, líder de formación integral de Genuine, son
- La educación debe ser centrada en el estudiante. Pensar en las divisiones de jerarquías, es decir, en las que el dominio lo tiene el maestro, puede ser contraproducente a la hora de conectar con las expectativas e intereses reales de los estudiantes. “No hay nada mejor para un estudiante que un profesor que le de valor a sus intereses y gustos”, explicó Montaña.
- La educación debe ser dinámica y adaptable. Los diseños instruccionales (lo que el docente prepara para cada clase) deben pertenecer tanto al docente como al estudiante. Por un lado, el estudiante debe sentir la libertad de comunicar qué quiere y cómo quiere que sea su clase; del otro, el profesor debe alinear esas expectativas en un orden lógico para el proceso de aprendizaje y hacer que sea interesante.
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- Utilizar diferentes metodologías. Aunque el estudiante “debe poner de su parte”, es el docente quien debe buscar estrategias para captar su atención. En ese sentido, debe estar actualizado en el uso de recursos y estrategias permitan un mejor ambiente de aprendizaje.
- Repensar la utilidad del conocimiento. Aprender acerca de algo siempre es importante, pero conectar ese aprendizaje con la utilidad que trae al mundo, es clave. Una apuesta de los maestros es hacer que sus estudiantes lleven los conocimientos teóricos a la práctica, incluso en su comunidad.
Según el líder de formación integral de Genuine Digital School, “un docente que logre conectar la información con la acción, logrará brindar oportunidades a sus estudiantes para entender que más allá de un texto, video o artículo, existe una aplicabilidad, y que incluso los objetos pueden tener nuevas aplicabilidades”.
- Brindar suficientes oportunidades. No todos aprenden de la misma forma o al mismo ritmo. La educación debe transformarse y entenderse a la luz de las necesidades individuales del estudiante y al contexto en el que vive, pero, además, estar orientada a los cambios que atraviesa el mundo.
Cuando un docente brinda diferentes oportunidades de aprendizaje es porque logra traducir las necesidades y habilidades de sus estudiantes. Un ejemplo, es cuando les da la posibilidad de presentar una tarea de diferentes maneras, logrando que la clase sea motivadora, equitativa, respetuosa y libre de prejuicios.
- Comprender los retos del futuro. Trabajar en la construcción de una conciencia en torno a lo que ocurre en el mundo, permitirá al estudiante tener una posición estructurada de aquello que quiere hacer para ayudarlo. Además, invitarles a conectar sus ideas y sueños con soluciones reales y tangibles.
“Crear emprendimientos, proyectos o investigaciones a partir de las necesidades del mundo, motivadas por los intereses del alumnado y guiadas por los docentes, son las variables de una perfecta ecuación para que un estudiante se sienta preparado para los retos del futuro”, afirmó Montaña.
- Acompañamiento. Los docentes deben hacer seguimiento al proceso de aprendizaje de sus estudiantes, no solo “soltarlos” cada año para que sea otro profesor el que los acompañe. Es importante fomentar redes de apoyo y equipos de trabajo focalizado entre la comunidad de maestros para garantizar perspectivas que enriquezcan el proceso de aprendizaje.