EL PRÓXIMO 25 de enero llega a Netflix “Griselda”, la miniserie basada en la vida de una importante narcotraficante colombiana conocida como la ‘Reina de la Cocaína’. Protagonizada por Sofía Vergara, la ficción aporta una nueva visión a un género tradicionalmente dominado por personajes masculinos y que, a pesar de recibir críticas por perpetuar el estereotipo del narco latino, sigue resultando tan rentable como atractivo para los estudios y plataformas, según observa la actriz.
“Desafortunadamente son historias que gustan mucho”, lamentó Vergara en una entrevista concedida a Europa Press, refiriéndose a la proliferación en las últimas series sobre narcotraficantes latinos. “Me encantaría traerles un proyecto de los cafeteros de Colombia o de una mujer científica en Colombia..., pero desafortunadamente no es por lo que los estudios te están dando el dinero”, explica.
No obstante, lo importante para la intérprete era aprovechar el tirón de los narcos y las particularidades de un personaje tan complejo y con tantas capas como Griselda Blanco y contar con actores latinoamericanos en el proyecto.
Más allá de los estereotipos, la protagonista sostiene que lo interesante en “Griselda” no es la trama criminal, “sino la vida de una mujer en un negocio compitiendo al nivel de los hombres más brutales y criando al mismo tiempo a sus hijos”. “Es una historia de empoderamiento femenino, es una historia sobre alcanzar ciertas metas”, señala Andrés Baiz, director de la serie. distinguiéndola así de otras producciones del género.
Una madre
El guionista Eric Newman apunta cómo otras historias de mujeres narcotraficantes son mentira, siendo Griselda Blanco la única que “consiguió este nivel de respeto, fama y miedo”. Newman señala, además, el valor que aporta a la serie el hecho de que la protagonista sea madre. Mientras que en otras producciones la idea del personaje muriendo en un tiroteo puede llegar a resultar romántica, en el caso de Griselda “como madre tiene una responsabilidad de regresar que la hace más cercana que cualquier narco”.
La intérprete llevaba tiempo detrás de la idea de abordar la turbulenta biografía de la conocida como ‘Reina de la Cocaína’. “Como no hay mucho personaje para mí, cuando supe de ella me hizo ilusión porque es colombiana, mujer y yo viví en esa época, mi hermano murió en Colombia y era parte de ese negocio... Yo me sentía muy relacionada y pensé que era un papel interesante”, explica Vergara. La actriz vivió en Colombia “cuando el narcotráfico estaba en su esplendor”, pero en todo ese tiempo nunca oyó el nombre de Griselda Blanco, por lo que cuando escuchó su historia la primera vez quedó muy impresionada.
Sin embargo, Vergara descartó el proyecto mientras la narcotraficante vivía: “Tampoco quería mostrar que puedes hacer esto, ser tan mala y después seguir viviendo feliz y campante”. La actriz consideraba esencial transmitir que “cuando las cosas se hacen mal, siempre terminan mal, pase lo que pase”. Efectivamente, la ‘Reina de la Cocaína’ fue asesinada en 2012, corroborando lo que la intérprete exponía: “No hay un mafioso del que haya oído que vivió feliz y contento por el resto de su vida, todos están muertos, presos o escondidos”.
“Siempre es importante humanizar a los personajes complejos, los antihéroes son increíblemente interesantes por eso”, señala Baiz. Humanizar, que no ‘glamourizar’, ya que el creador coincide con Vergara en que es al final, cuando acaba el arco del personaje, cuando se demuestra que “Griselda” es una tragedia y que “lo que hace no está recompensado”.