Subastan Tesoro de las Indias | El Nuevo Siglo
Martes, 7 de Julio de 2015

UN  exquisito crucifijo de oro con esmeraldas colombianas incrustadas y monedas y lingotes de oro y plata forman parte de un fabuloso tesoro de un galeón español naufragado en el siglo XVII que saldrá a subasta el mes próximo en Nueva York, indicó la casa de remates Guernsey's.

El cazador de tesoros estadounidense Mel Fisher halló en 1985 más de 40 toneladas de oro y plata en los restos del barco de la corona española "Nuestra Señora de Atocha", hundido en 1622 frente a los cayos de Florida (sur de Estados Unidos) en medio de un huracán cuando regresaba a Europa desde el continente americano.

El tesoro incluye más de 100.000 monedas de plata y de oro, unos 1.000 lingotes de plata, esmeraldas colombianas, así como objetos fabricados con esos metales preciosos, según Guernsey's.

La subasta de 40 objetos del barco tendrá lugar el 5 de agosto en las galerías de la casa de remates en Nueva York.

Guernsey's ofrecerá además otros objetos descubiertos por Mel Fisher y su equipo, como unas 100 monedas de plata del "Atocha" y su embarcación hermana "Santa Margarita". 

Consultada por la AFP, la casa de remates ha estimado el total de la venta entre "1,5 y 2 millones de dólares".

Las bitácoras de historia marítima, como la del Museo Marítimo Mel Fischer,  reseñan que en el verano de 1622, una gran flota española emprendía su regreso a España desde La Habana, cargada con fabulosas riquezas de Oriente y de las Indias. Iba custodiada por los galeones de la guarda, en cuyas bodegas viajaba lo más valioso del tesoro.

Agregan que aunque este viaje  se realizaba cada año, en esta ocasión la flota partió con retraso, el 4 de septiembre, en plena temporada de huracanes, y fue así como mientras se dirigía al canal de Bahamas fue azotada de lleno por una terrible tormenta. Las consecuencias fueron desastrosas: la noche del 5 de septiembre se hundieron ocho barcos, entre ellos el Santa Margarita y el Nuestra Señora de Atocha, que navegaban juntos.

De sus 265 hombres a bordo, solo cinco sobrevivieron. Un mes más tarde otro huracán destruyó aún más los restos del galeón. Durante los siguientes 60 años, los españoles intentaron hallarlo, pero no encontraron ningún rastro y finalmente lo dieron por perdido.

En 1969, Mel Fisher y su equipo comenzaron una búsqueda que duró 16 años hasta dar con el cargamento del "Atocha", hallando objetos por un valor estimado en 450 millones de dólares.

El cargamento recuperado ascendió a más de mil lingotes de plata, 125 barras y discos de oro, cien mil monedas de plata y oro, y una amplia colección de objetos personales, tanto de la tripulación como de los pasajeros más ricos. Entre las piezas halladas destacaba un cinturón de oro con rubíes, idéntico al que luce una hija de Felipe II en un retrato; platos y copas de oro ricamente decorados, especialmente una copa que contiene un bezoar, una piedra que se usaba como antídoto de venenos; una completa colección de útiles médicos; cajas de marfil labradas procedentes de Ceilán, y una fabulosa muestra de joyería y orfebrería religiosa compuesta por rosarios, cruces y anillos engastados de rubíes y otras piedras preciosas.

Tras el hallazgo se iniciaron investigaciones arqueológicas que finalmente no dieron grandes resultados pero si interesantes datos como la importancia que tenía el contrabando en los navíos españoles. Ello se comprobó en que en el tesoro hallado por Fisher había tres mil esmeraldas colombianas que no figuraban en el “inventario” de la carga, De igual forma se evadía el pago de impuesto al ingresar el oro no en barras sino manufacturado, es decir transformado en grandes cadenas.

Una parte muy reducida de este tesoro se puede ver en el Mel Fisher Maritime Heritage Society Museo, en Cayo Hueso, Florida, ya que la mayoría del mismo fue subastado hace más de dos décadas por la casa Christie’s de Nueva York. Su remanente, la mayoría monedas de oro y plata, y esmeraldas colombianas tendrán su martillo también en la Gran Manzana, pero en la casa de remates Guernsey's.

Mel Fisher (1922-1998), quien halló el bautizado como tesoro de las Indias o también tesoro de Atocha  nació en Indiana y prestó servicios en las fuerzas armadas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial antes de dedicarse de lleno a su gran pasión del buceo y la búsqueda de tesoros de barcos naufragados cerca de las costas de Florida. /EL NUEVO SIGLO con AFP