EL ACTUAL boom de las dietas se caracteriza por la difusión de modas alimentarias respaldadas por figuras influyentes en redes sociales. Estas tendencias prometen resultados rápidos y “fórmulas mágicas” en la pérdida de peso y ganan adeptos por la aparente facilidad con la que se logran objetivos.
Sin embargo, en esta dinámica de seguir modas alimentarias sin una base médica consistente, la salud se pone en riesgo. De acuerdo con la doctora Hazel García, nutricionista de los Centros Médicos Colmédica, es común que estas dietas tienden a subestimar la asesoría de un profesional de la salud, lo que termina causando consecuencias como deficiencias nutricionales, desequilibrios en los niveles de energía y problemas metabólicos.
Un riesgo
De acuerdo con la doctora Hazel García, nutricionista de los Centros Médicos Colmédica, “la importancia de lo que ingerimos va más allá de simplemente controlar el peso en la báscula. En la actualidad, se observa un creciente interés de las personas por monitorear su alimentación y adherirse a diversas dietas con objetivos variados, que van desde dejar de fumar hasta acelerar el bronceado o combatir los signos de la edad.
Esta tendencia ha alcanzado niveles desmedidos, especialmente con la proliferación de las llamadas “dietas milagro que prometen resultados extraordinarios, como perder 10 kilos en un mes o lograr una drástica reducción de peso en menos de 8 días, un error en el que no se debe caer”.
La omisión por conocer los riesgos que para la salud pueden tener este tipo de dietas se presenta debido al afán de alcanzar metas rápidas y sin la necesaria disciplina o sacrificios.
Dietas en tendencias
Según la doctora García, entre las dietas en tendencia que han capturado la atención de las personas y que en ninguna de ellas reemplaza la asesoría de un profesional de la salud especializado en nutrición, se encuentran:
Dieta Keto: se trata de una ingesta elevada de grasas y una restricción significativa de carbohidratos, tiene como objetivo inducir la cetosis, donde el cuerpo quema grasas para obtener energía en lugar de carbohidratos. Esta dieta ha ganado popularidad por sus presuntos beneficios para la pérdida de peso y la salud metabólica.
Ayuno intermitente: es una dieta que implica alternar periodos de alimentación con periodos de ayuno, con el propósito de presuntamente mejorar la salud metabólica y favorecer la pérdida de peso.
Dieta mediterránea: inspirada en los patrones alimentarios tradicionales de las regiones mediterráneas, esta dieta se centra en alimentos como frutas, verduras, aceite de oliva, pescado y cereales integrales.
Dieta vegana: excluye todos los alimentos de origen animal, centrándose en los de origen vegetal. Además, este tipo de alimentación tiene un propósito en el que se fusionan los beneficios para la salud y la reducción del impacto ambiental.
Solo frutas y verduras: esta dieta se enfoca exclusivamente en el consumo de frutas y verduras, eliminando otros grupos alimenticios.
Cero carbohidratos: una dieta que elimina completamente los carbohidratos. Busca forzar al cuerpo a quemar grasas para obtener energía.
The Diet High in Protein: se trata de una dieta alta en proteínas para favorecer la saciedad, el desarrollo muscular y la pérdida de grasa.
Aunque algunas pueden ofrecer beneficios, es fundamental abordar cualquier cambio en la dieta con una comprensión informada y siempre como lo resalta la doctora García bajo la orientación y seguimiento de un nutricionista.
Riesgos
En el auge de las modas alimentarias, es esencial reconocer los riesgos asociados con estas tendencias, entre las que se incluyen:
Una larga lista de enfermedades asociadas: la adopción desmedida de dietas extremas, como la eliminación de gluten, lactosa o carbohidratos, puede conllevar deficiencias nutricionales y desequilibrios que aumentan el riesgo de desarrollar diversas enfermedades.
Deterioro de la memoria: ciertas dietas pueden afectar negativamente la función cognitiva, contribuyendo al deterioro de la memoria y otros aspectos relacionados con la salud mental.
Bajo rendimiento deportivo: la exclusión de grupos alimenticios clave puede privar al cuerpo de la energía y los nutrientes necesarios para el ejercicio, lo que podría resultar en un rendimiento deportivo disminuido.
Insomnio: los patrones alimentarios desequilibrados pueden afectar negativamente la calidad del sueño, contribuyendo al insomnio y a problemas relacionados con el descanso nocturno.
Problemas digestivos: la eliminación de ciertos alimentos puede dar lugar a trastornos gastrointestinales, incluyendo molestias, hinchazón y dificultades en la absorción de nutrientes, afectando la salud digestiva.