A LO largo de su vida ocupó altos cargos públicos y privados, y su desempeño profesional hizo que fuera considerado como uno de los economistas más destacados del país.
Muchos lo recordarán como gerente del Banco de la República durante 12 años (1993 - 2004), periodo en el que logró bajar la inflación de dos dígitos. Otros lo recuerdan en el Ministerio de Minas y Energía (1977) y como director de Fedesarrollo (1978), tal vez porque en ese momento se planteaba la construcción de un metro en Bogotá, tema muy vigente y polémico en la actualidad.
Miguel Urrutia tuvo una larga lista de sus contribuciones al país, a la investigación en economía, historia y temas sociales, y al Banco de la República, sin resaltar su aporte a la cultura y, particularmente, a las artes plásticas. Un ciudadano profundamente erudito y culto. Ilustrado e informado de todo lo acontecido en el país, pero, sobre todo, de las exposiciones que ofrecen los museos, para visitarlas y estudiarlas con ojo de curador y crítico de arte.
Mientras estuvo en la gerencia general del Banco de la República edificó bibliotecas públicas, le dio impulso a las colecciones de Fernando Botero, a la Casa de Moneda en Bogotá e inmediatamente se convirtió en referencia no solo en el país, sino en el exterior.
La colección permanente de arte del Banco se amplió de manera importante gracias a su gestión: La “manzana cultural” en La Candelaria, en donde se alojan las nuevas salas de exhibición de arte del ente emisor, así como la ampliación y renovación del Museo del Oro, fueron algunos de sus mayores logros. En estos museos se exhiben obras representativas del arte colombiano, latinoamericano e internacional.
Como reconocimiento al aporte cultural del país, el Museo de Arte del Banco de la República lleva su nombre desde diciembre de 2016. Razón por la que en septiembre del año pasado le entregaron el Quinto Premio a la Filantropía en las Artes, por su amplia gestión cultural en Colombia.
“Para mí ha sido un honor servirle a Colombia. Eso me demuestra que ha valido la pena el trabajo que se ha hecho durante todos esos años. He visto cómo se ha mantenido la tradición cultural del país a través del tiempo”, le dijo Urrutia a EL NUEVO SIGLO, el año pasado.
Además, escribió artículos y documentos que fueron publicados, como “Borradores de economía”, del Banco de la República, así como Coyuntura económica, Coyuntura social, Revista del Banco de la República, Cuadernos de economía. También publicó, de forma individual o en compañía de otros autores, libros y algunas publicaciones en medios de comunicación de circulación nacional.
En la educación
Fue un educador por naturaleza, lo que explicaba su temprana y permanente vinculación con la academia. Para él, haber aportado al desarrollo de otros investigadores es una de sus mayores satisfacciones personales y veía en sus estudiantes la esperanza para que Colombia siga por una ruta de transformación y progreso, tanto en el ámbito público como privado.
Sin duda, Urrutia dedicó la mayor parte de su vida a la gestión económica, cultural y educativa del país, además, fue docente titular en la Universidad de los Andes.
Sin duda tuvo un recorrido profesional de alto nivel: en 1957 se graduó como bachiller Cum Laude del Portsmouth Priority School, en Estados Unidos. Fue economista egresado de Harvard (1961) y PhD en economía de la Universidad de California (1967).
En el ámbito internacional, se desempeñó como vicerrector de la Universidad de las Naciones Unidas, en Tokio (1982) y gerenció el Departamento Económico y Social del BID (1985).
“Estoy muy agradecido con la vida porque he tenido el privilegio de poder apoyar la cultura tradicional colombiana desde varios puntos de vista. Ahora veo algo muy interesante y es cómo los niños se han interesado en la historia de Colombia, a través de la cultura. Veo que van a los museos acompañados de sus padres o abuelos y van muy emocionados haciéndose preguntas. Les encanta visitarlos, conocer las piezas del Museo del Oro y todas las obras que hablan de nuestros antepasados”, expresó el economista de Harvard, también profesor de la Universidad Nacional de Colombia.
En 2018 recibió del presidente de la República la Cruz de Boyacá en el Grado de Gran Cruz, “por su aporte al sector económico y al fomento de la cultura y el arte en Colombia”. Sus principales investigaciones se enfocaron en la historia económica de Colombia, en donde estudió temas como crecimiento económico, distribución del ingreso, política social, política fiscal, política monetaria, entre otros.
Urrutia demostró una profunda pasión y conocimiento por el arte, además de ser un destacado coleccionista. En su trayectoria como gerente contribuyó a la consolidación de las colecciones del Banco de la República, y su liderazgo permitió que éstas se convirtieran en parte integral de sus museos.
Incentivó la realización de exposiciones permanentes que celebran el patrimonio cultural del país y muestras temporales de reconocidos artistas nacionales e internacionales. Durante su gerencia en 1995 nació el programa de Imagen Regional, hoy importante ventana de circulación artística para las regiones del país.
Miguel Urrutia Montoya fue un colombiano excepcional, un ser humano de extraordinarias dotes y cualidades y uno de los mejores economistas de la vida pública nacional.