Pese a la ausencia de corredores habituales en la última década como los colombianos Rigoberto Urán y Nairo Quintana, y de otros menos experimentados, pero con potencial para ser protagonistas como Daniel Felipe Martínez o Sergio Higuita, Colombia aspira a ser protagonista de primer orden en el Tour de Francia.
Todas las esperanzas están puestas en Egan Bernal, quien ha venido evolucionando tras el accidente que por poco le cuesta la vida a comienzos de 2022.
Bernal encara el Tour con la reciente decepción de no figurar en la nómina para los Juegos Olímpicos de París. El ‘Joven Maravilla’, último vencedor del Tour antes de la era Tadej Pogacar-Jonas Vingegaard, en 2019, sigue recuperando sensaciones con paso firme.
Tercero en la Vuelta a Cataluña y en O Gran Camiño este año, y cuarto en la Vuelta a Suiza, el colombiano de 27 años aspira a los puestos de honor de la general, y además podría aprovechar cualquier resquicio en la lucha entre los Vingegaard, Pogacar, Roglic o Evenepoel para llevarse algún triunfo parcial.
Estará escoltado en el Ineos por otro antiguo ganador del Tour, Geraint Thomas, y por los españoles Carlos Rodríguez y Jonathan Castroviejo.
“Estoy muy feliz por ser seleccionado de nuevo, tengo la ambición de ser competitivo”, declaró Bernal.
Al zipaquireño se le vio el año pasado en otra función en la mítica carrera gala, la de gregario y logró cumplir su objetivo de concluir la carrera, pero se espera que en esta ocasión recupere su rol de capo del Ineos y dando pelea.
Otro en tomar la partida es Santiago Buitrago, quien tomará la plaza de Bernal en la cita olímpica parisina. Pero antes, el corredor del Bahrain Victorius debutará en el Tour con la misión ser el principal lugarteniente del jefe de filas del equipo bareiní Pello Bilbao, que buscará pelar por los puestos altos de la general. Su victoria de etapa en la última París-Niza le hace albergar esperanzas de lograr algún triunfo parcial en la Grande Boucle.
Asimismo, Harold Tejada, cuya misión en el Tour será también la de servir de apoyo, pero en su caso no tanto por la general, sino para lograr el objetivo marcado con fuego por el equipo Astana: que el británico Mark Cavendish logre una 35ª victoria de etapa, que le serviría para romper el empate con el ‘Caníbal’ Eddy Merckx y convertirse en el ciclista con más triunfos parciales de la historia de la carrera.
Y, Fernando Gaviria, uno de los corredores que podría privar a ‘Cav’ de récord. El velocista del Movistar ha cuajado un buen Giro de Italia, en el que, pese a no lograr ningún triunfo de etapa, se coló entre los 10 primeros en seis etapas. A sus 29 años ha alcanzado una madurez como ciclista que puede permitirle estrenar su registro de victorias en el Tour.
En esta edición del Tour la montaña será protagonista y promete emoción desde la primera etapa en Florencia (Italia) hasta la contrarreloj final en Niza, en la que se podría decidir la carrera francesa después de 21 etapas en las que se ascenderán puertos míticos como el Col du Galibier, el Tourmalet, Saint Lary Soulan o Plateau de Beille.
El recorrido presenta dificultades montañosas casi desde la primera jornada, en la que Rimini pondrá fin a una jornada de 206 kilómetros en territorio italiano, pero con hasta siete puertos de montaña.
En la segunda jornada, los ciclistas deberán estar muy atentos los 199 kilómetros entre Cesenatico y Bolonia, un terreno ‘rompepiernas’ que puede hacer sufrir a aquellos ciclistas que no hayan llegado en condición óptima al Tour, como el danés Jonas Vingegaard.
La dureza de la última semana estará concentrada en las últimas tres etapas, aunque con alguna trampa como la 17. Después de la jornada llana entre Gruissan y Nimes, el pelotón afrontará una jornada de media montaña entre Saint Paul Trois Châteaux y Superdévoluny, con tres puertos en su recorrido, y final en uno de tercera categoría, tras haber pasado por el Col du Noyer de 7,5 kilómetros al 8,1%.
La decimoctava etapa entre Gap y Barcelonette, plantea un terreno sinuoso de 179,5 kilómetros con cinco puertos en su recorrido de tercera categoría, que se plantea como ideal para una fuga, la última oportunidad de vencer en este Tour antes de las tres últimas jornadas, dos de alta montaña, y la contrarreloj final.
Los 144,6 kilómetros entre Embrun e Isola 2000 iniciarán el último fin de semana de la carrera francesa. En esta decimonovena etapa, los corredores deberán ascender el Cols de Vars, de 18,8 kilómetros al 5,7% de media, y el coloso Cime Bonette, de 22,5 kilómetros al 6,9%, que regresa a la prueba gala tras 16 años de ausencia. Las rampas del Isola 2000, de 16,1 kilómetros al 7,1% de media, culminarán una jornada de mucha dificultad para los ciclistas.