En el Mundial de Catar 2022: un sueño a medias para A. Latina | El Nuevo Siglo
FIFA / AFP
Viernes, 9 de Diciembre de 2022
Oscar Munévar Forero

Por Alejandro Munévar

Enviado especial EL NUEVO SIGLO

 

Los astros no se alinearon para que Brasil se proclamara campeón por sexta oportunidad de un mundial. Sencillamente las cosas no se le dieron al equipo dirigido por Tite: por más que intentaron e intentaron, por arriba, por abajo, por un lado o por el otro, no pudieron vulnerar el arco de Croacia.

La suerte en el fútbol no existe, se fábrica a través de las sesiones de entrenamiento, de las repeticiones, del esfuerzo y el sudor; sin embargo, lo que le pasó a Brasil no tiene una explicación distinta a esa, al menos si se ve solamente con la óptica del hincha.

Brasil, el mejor equipo de la fase de grupos, el que mejor jugaba, el que más feliz se veía en el rectángulo verde de juego, no supo soportar la presión de los tiros penales.

La juventud propia del equipo de Tite pasó factura quizá en el peor momento, cuando nadie lo esperaba, porque, no nos digamos mentiras, Brasil no fue inferior a Croacia, al contrario, en cuanto a fútbol fue muy superior, jugó mejor, pero no pudo con la fuerte defensa croata.

Claro, si hay un responsable de que Croacia esté en la semifinal es su arquero, Dominik Livaković, el hombre de 27 años que hasta este Mundial era para todos nosotros un desconocido, hoy es un actor principal de la obra más grande del mundo del fútbol, el Mundial.


Le puede interesar: Más técnicos 'descabezados': Tite dijo adiós a Brasil y Van Gaal renunció a Holanda


Lo cierto es que Croacia puede no tener el mejor ataque del campeonato, pero tiene la mejor defensa, sólida, con capacidad mental y física suficiente para responder ante los embates de cualquier rival, tal cual sucedió con Brasil, que como se mencionaba anteriormente, no sufrió de falta de suerte, sino de falta de definición, algo que aquejo al equipo de Tite desde el principio del Mundial.

Desde que comenzó esta cita orbital, Brasil sufrió de más en cada una de las instancias que jugó. ¿La razón? La falta de efectividad frente al arco rival, pensamos que era cuestión de la falta que hacía Neymar, pero no fue así, ni Neymar pudo ayudar a que sus compañeros tuvieran mejor puntería, demostrando una vez más que el fútbol es un deporte colectivo, de individuos que se convierten en un equipo, sacando lo mejor de cada uno, tal cual sucede con Croacia.

Por su parte Argentina, que estuvo clasificada durante 90 minutos, fue víctima de un milagro deportivo, aunque claro, en este caso se podría decir que fue una maldición deportiva.

Los Gauchos dominaron durante la mayor parte del partido, se hicieron dueños de la pelota, trabajaron y quisieron luchar; sin embargo, terminando el tiempo reglamentario, Wout Weghorst consiguió la igualdad para el conjunto neerlandés, que les dio 30 minutos más de vida.

Argentina sufrió de lo que ha sufrido todo el campeonato: en los momentos importantes la cabeza les juega malas pasadas, al verse cuesta arriba en el trámite del encuentro, se les hace difícil sobreponerse ante la adversidad.

Por su parte Países Bajos, que entregó 90 minutos del partido, recibió una bocanada de vida y supo llevar el partido hasta los penales, en donde el asunto era a otro precio.

Aquí la veteranía del ‘Dibu’ Martínez se hizo valer, una vez más el tan criticado arquero se convirtió en héroe. Lo que es el fútbol: un día te tiran piedras de todos lados, al otro tienen que hacerte una estatua.

Martínez, quien toda la temporada fue muy criticado por sus actuaciones en el Aston Villa, con la selección Argentina ha logrado desvanecer cualquier tipo de dudas, porque una cosa es el 'Dibu' de los fines de semana y otra el de la selección.

Al final el sueño de los latinos de ver un Argentina vs. Brasil en la semifinal no se cumplió o, bueno, se cumplió a medias, porque Argentina llegó a las semis, pero Brasil se quedó en el camino.