El británico Chris Froome, cuádruple ganador del Tour de Francia, insistió este miércoles, antes de tomar la salida en el Giro de Italia, en que no hizo "nada mal" respecto a su control antidopaje "anormal" en la última Vuelta a España.
"Entiendo que todo el mundo tiene derecho a opinar, es algo perfectamente comprensible, y entiendo también que mucha gente esté frustrada por la falta de información", explicó el británico en Jerusalén, donde el Giro tomará la salida el viernes.
Froome se refería al holandés Tom Dumoulin, último ganador del Giro, que horas antes había criticado la presencia del ciclista inglés en la carrera.
"Es su decisión estar aquí. Ya lo dije antes, mi equipo forma parte del MPCC (Movimiento por un Ciclismo Creíble) y si yo estuviera en su misma situación, no estaría aquí", afirmó Dumoulin en una conferencia de prensa en Jerusalén.
"Esto no es bueno para el ciclismo. A todos nos gustaría que no hubiera ocurrido, incluido Froome", afirmó Dumoulin sobre el caso del británico.
"Puede que no sea agradable para él. No es bueno para nadie, pero la situación es así y no se puede cambiar", apuntó.
Las reglas de la Unión Ciclista Internacional (UCI) respecto a los controles antidopaje anormales no prevén, no obstante, sanciones retroactivas.
"Tengo confianza en que la gente compartirá mi punto de vista una vez que tengan en su posesión todos los elementos del proceso, que ahora son confidenciales", insistió Froome, cuyo objetivo es el triplete Tour-Vuelta-Giro.
Froome, que correrá el Giro por primera vez desde 2010, presentó en la pasada Vuelta a España una concentración "anormal" de salbutamol y sigue pendiente de la decisión del tribunal antidopaje de la UCI.