La tensión que se vivía en el seno de la delegación nacional se transformó en alegría desbordante luego de que Mariana Pajón y Carlos Ramírez le aportaron a Colombia dos medallas más en los Juegos Olímpicos de Tokio.
La única presea, hasta anoche, la había conquistado el pesista Luis Javier Mosquera, quien se quedó con la plata en la categoría de 61 kilogramos.
Ante derrotas en Boxeo y tenis, deportes en los que se tenían como seguras medallas, los bicicrosistas no fallaron y subieron al podio.
El primero en hacerlo fue Carlos Ramírez, quien se llevó el bronce en una reñida carrera en la que contó con la suerte de no caerse. A renglón seguido Mariana Pajón se alzó con la plata.
De esta manera la antioqueña se convirtió en la colombiana con más medallas olímpicas de la historia del país. Ya en Londres-2012 y Rio-2016 se había bañado en oro.
Pero anoche Pajón cedió la corona a la británica Bethany Shriever, que ya se había mostrado intratable en semifinales, logrando las tres victorias en su grupo, aunque compitiendo en otro ‘heat’ diferente a la colombiana.
El bronce en categoría femenina fue para la holandesa Merel Smulders.
Pese a no ganar el oro, el subcampeonato olímpico para Pajón es un gran resultado, al haberse visto lastrada en su preparación para Tokio-2020 por diversos problemas físicos desde 2018.
En categoría masculina, Ramírez repitió el bronce de Rio-2016, beneficiándose de la caída de Joris Daudet en la última curva, cuando el francés era tercero.
El nuevo campeón olímpico es el holandés Niek Kimmann, mientras que el británico Kye Whyte obtuvo la plata y el ecuatoriano Alfredo Campo obtuvo una meritoria quinta plaza.
El vencedor en Rio-2016, el estadounidense Connor Fields, no pudo defender su título en la final, ya que en la tercera manga de las semifinales sufrió una violenta caída que le obligó a retirarse de la pista en camilla.
Las caídas marcaron la jornada, ya que en categoría femenina, dos de las principales rivales de Pajón, la estadounidense Alise Willoughby y la australiana Saya Sakakibara, también se fueron al suelo y quedaron fuera de la carrera por el título.
Tampoco se clasificaron para la final, aunque por deméritos deportivos, el colombiano Vincent Pelluard, francés de nacimiento y esposo de Pajón, ni el argentino Nicolás Torres, que quedó a un punto de meterse en la lucha por las medallas, ni el brasileño Renato Rezende, lastrado por una caída en la segunda manga.
Para Pajón, la preparación para Tokio-2020 no fue fácil y se vio alterada por varios problemas físicos en los últimos años.
En abril de 2018 comenzó un viacrucis cuando contrajo la mononucleosis (la llamada popularmente ‘enfermedad del beso’) y poco después se rompió los ligamentos de su rodilla izquierda en una caída, una lesión que la alejó de la pista durante nueve meses y la dejó fuera del Mundial de Baku.
El año pasado, cuando comenzaba a retomar el nivel competitivo, cayó la pandemia que trastocó el calendario. A comienzos de 2021 dio positivo al covid-19 y sus planes volvieron a alterarse.
Beneficiada por el aplazamiento de un año de los Juegos por la pandemia y a sus 29 años, la séxtuple campeona mundial demostró que sigue sin perder su apetito de triunfo y a finales de mayo pasado se impuso en la prueba de Bogotá del calendario de Copa del Mundo, último cara a cara con sus rivales antes de la cita olímpica.
En Tokio-2020, Pajón se quedó a las puertas de convertirse en la primera mujer latinoamericana en ganar tres oros olímpicos, pero volvió a hacer historia para Colombia, al igual que Ramírez.
La lluvia que cayó por la mañana en Tokio, que provocó el retraso en el inicio de la competición, hizo que las condiciones de la pista cambiaran por completo con respecto a la víspera, en la que el calor era sofocante.
Otra buena noticia para Colombia fue la clasificación del lanzador de disco, Mauricio Ortega a la final de mañana.