Está feliz de representar a Colombia en esquí alpino en los Juegos de Invierno de Pyeongchang, aunque su mayor reto es lograr que en su país natal empiecen a disfrutar de esta disciplina.
Es Michel Poettoz, quien nació hace 19 años en Cali y con 21 meses fue adoptado por una familia francesa. Tiene dificultades para expresarse en castellano pero se siente colombiano de verdad.
“Cuando fui adoptado, mis padres vivían y viven en Carroz d'Arâches, en los Alpes franceses. Cuando llegué a Francia, directamente fui puesto en unos esquíes y pronto tuve las ganas de correr para Colombia. Me parecía una elección lógica representar a mis orígenes”, afirmó el esquiador, que comenzó a competir con doce años y que tiene una hermana menor, Carolina, que también fue adoptada en Colombia.
Tras ser descalificado en su debut en estos Juegos Olímpicos de Pyeongchang-2018, en la segunda manga del eslalon gigante, Poettoz participará mañana en el eslalon, en su última oportunidad de hacer algo bonito en los Juegos.
La primera experiencia del joven en la competencia olímpica de Lillehammer no fue fácil, sin embargo: “Justo antes de los Juegos Olímpicos de la Juventud Invernal, me corté la rodilla izquierda con el borde de mi esquí. Tenía que tener puntos de sutura y no podía entrenar adecuadamente “, explicó.
Sus resultados tampoco fueron los esperados cuando llegó a los Juegos, pues no terminó la primera corrida del slalom y la segunda corrida del slalom gigante.
“Fue mi primera experiencia de correr a ese nivel”, continúa. Fue raro para mí porque nunca había visto tanta gente mirando y tienes que aprender a manejarlo. Es difícil concentrarse con tanto zumbido. Mi carrera casi había terminado antes de que empezara”.
“Espero progresar en el Mundial de 2019 y dentro de cuatro años en los Juegos de Pekín. Me quedé decepcionado de mi actuación en el gigante. No era lo que esperaba. Tal vez fue la presión”, explicó.
El ídolo del franco-colombiano es el austríaco Marcel Hirscher, dominador del esquí alpino estos últimos años.
“Ya le he saludado en estos Juegos Olímpico y estaba asombrado de ver a un colombiano en esquí alpino”, señaló Poettoz.
El esquiador es un gran aficionado a su deporte y le gustaría recortar diferencias con Hirscher y otros de sus ídolos.
“Hirscher es muy sólido mentalmente. Otros modelos que tengo son Ligety en sus mejores años, Bode Miller, que es un esquiador instintivo. Trabajando, espero acercarme a ellos”, indicó.
Poettoz afirma que toda la familia está muy unida a Colombia.
“Michel y Cécile, mis padres, están aquí. Mi padre tenía una empresa y hace poco la ha vendido para centrarse en el esquí en Colombia. Mis padres adoran el país, su cultura. Tenían amigos que habían adoptado niños en Colombia y siguieron sus pasos”, afirma Poettoz.
El joven colombiano tiene como desafío hacer que su país de nacimiento se interese por el esquí alpino en el futuro.
“Colombia es sobre todo fútbol y ciclismo. Hacer un hueco a los deportes de invierno, es un desafío”, concluyó el esquiador.
Su padre, Michel Poettoz, afirma que pronto vio que tenía aptitudes para el esquí.
“Es un competidor nato. Es por ello que hemos buscado hacerle evolucionar en categorías más elevadas, ya que monitores de esquí nos han dicho que tenía potencial”, explicó su padre.
Debido a ello, comenzó a participar en competiciones de la Federación Internacional de Esquí en 2014 y 2015.
“Para que Michael pueda mejorar su técnica, buscamos una estructura seria y lo metimos en Orsatus SKI Racing, una estructura privada, a 20 kilómetros de Albertville, en la que hay 50 esquiadores con 8 técnicos”, señaló su padre.
El joven Michael Poettoz tiene todavía cuatro años para los Juegos de Pekín-2022, donde espera mejorar y hacer un buen papel para Colombia.