Queiroz ya empezó a “afinar la orquesta” | El Nuevo Siglo
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Viernes, 22 de Marzo de 2019
Redacción Deportes

El resultado, 1-0, no pasará de ser una estadística y servirá para mencionar que el debut del portugués Carlos Queiroz en el banco de la Selección Colombia fue victorioso, pero lo realmente importante es que con sus decisiones y replanteamientos, dejó un aire de tranquilidad.

Ganarle a Japón, en su casa, desde luego que es un resultado que permite ser optimistas y para los aficionados que tenían dudas, seguramente las despeja. No hay que olvidar que los nipones se impusieron al representativo patrio 2-1 en el Mundial de Rusia y que se sabía, no iban a ser una presa fácil.

Con lo hecho ayer, Queiroz empezó a cumplir lo que prometió: trabajar a partir de lo edificado e ir “afinando la orquesta”, aprovechando el poco tiempo que tiene para trabajar.

Colombia no lució bien ayer en el primer tiempo. La defensa, especialmente los laterales y la primera línea de volantes, dieron ventajas. Pero en el vestuario el técnico recompuso y ya en los segundos 45 minutos el equipo lució mucho mejor. Eso denota que hay técnico.

El encuentro de ayer no era fácil porque el onceno criollo llegó diezmado por las lesiones de cinco jugadores clave, y aun así se llevó el triunfo con un gol de penal del capitán, Radamel Falcao García, tras una mano del defensa Tomiyasu.

“Estamos muy contentos, pienso que hoy Colombia ha jugado con mucha personalidad y criterio (...) Sacamos (adelante) este partido, que para nosotros nos sigue dando confianza”, dijo el Tigre, goleador histórico del elenco nacional con 33 tantos.

Los hombres de Hajime Moriyasu, en la etapa inicial tuvieron actuación destacada de Nakajima, pecaron por su falta de definición y se encontraron con un portero Camilo Vargas que respondió con creces a la confianza ante la ausencia de David Ospina.

Queiroz dio un golpe de mesa con el ingreso de la revelación del Calcio, Duván Zapata, que cimentó las puertas del triunfo colombiano.

Colombia ahora fija sus cañones en el amistoso del martes, cuando enfrentará a Corea del Sur en Seúl. Los nipones, en tanto, chocarán ese mismo día con Bolivia en Kobe.

Tormentosa

El subcampeón de Asia, más sólido y compacto como consecuencia del proceso que lidera Moriyasu, complicó a los cafeteros a base de pragmatismo. Sin desesperarse por controlar el balón, los locales dejaron clara su idea desde el pitazo inicial.

Aprovecharon la inseguridad del lateral Deiver Machado para hacer suya la banda izquierda. Por allí tuvieron cinco aproximaciones de gol en la primera parte, todas con remates desde fuera del área.

La jugada fue casi calcada: apertura del campo para luego cerrarse y buscar el remate, una labor facilitada por la falta de tenacidad de los volantes de marca Wilmar Barrios y Jefferson Lerma.

Solo uno de esos disparos exigió al portero Camilo Vargas, que reemplazó con creces al lesionado David Ospina. En el minuto 9, Minamino le pegó con la izquierda y el arquero del Deportivo Cali envió al córner. Aunque otro tiro, del destacado Nakajima, un cuarto de hora después dejó estático al guardameta al rozar el ángulo.

El protagonismo ofensivo tuvo patente nipona, pese a que la opción más clara del primer tiempo fue un remate incómodo de Falcao, tras centro de Luis Muriel, que se estrelló en el travesaño. El reloj marcaba el minuto 3 y desde entonces se ausentó el ataque colombiano, en el que James Rodríguez fue intrascendente.

Los visitantes sintieron, entonces, la ausencia por lesión de los talentosos Juan Fernando Quintero y Juan Guillermo Cuadrado.

La fiera Zapata

Queiroz había advertido que mantendría el trabajo de su antecesor José Pekerman, cuya idea de entregar la iniciativa al rival y contragolpear llevó a la tricolor a los mundiales de Brasil y Rusia. Con el luso, Colombia tuvo más el balón, pero fue frágil en defensa y estéril en ataque.

El exentrenador del Real Madrid leyó bien sus debilidades y movió sus fichas para la parte complementaria. Acabó con la fiesta japonesa por su izquierda al clavar a Zapata, que ingresó por Sebastián Villa, por la zona que minutos antes Muroya hizo suya.

El delantero del Atalanta fue un envión anímico imparable. Su fortaleza y velocidad complicaron la zaga rival. De un disparo suyo, que Tomiyasu frenó dentro del área con la mano, nació el penal que Falcao convirtió en gol.

El tanto agigantó a los colombianos. Segundos más tarde Muriel desbordó por izquierda y su remate, aunque suave, puso en aprietos a Higashiguchi, que manoteó y evitó el 2-0. Y al cierre del encuentro un fusilazo de la promesa Luis Díaz, que golpeó en el palo, por poco sentencia el juego.

Moriyasu se jugó sus restos e ingresó a Kagawa en busca de un empate que nunca llegó. Pero fue Nakajima, su mejor hombre, quien por poco iguala la partida. En el único despiste colombiano, remató desde el borde del área y Vargas voló al ángulo superior.

A buena muñeca y maximizando el trabajo de antaño, Queiroz ganó en su primer paso en el camino que lo llevará a la Copa América de Brasil en junio.

Feliz

Queiroz se declaró satisfecho y “feliz”. “Ha sido un partido que nos permite tener buenas conclusiones (...), estoy feliz con la exhibición y el trabajo de todos”, dijo.

“Ha sido muy bueno ver a todos los jugadores en el campo haciendo esas combinaciones defensivas armoniosas, siendo capaz de presionar el balón y cubrir las espaldas”, agregó.

“Hemos cumplido lo que yo quería”, añadió.

“Hay que decir que este equipo de Japón es muy bueno, muy muy rápido, con mucho criterio cuando tienen el balón”, sostuvo Queiroz, derrotado con los nipones en la semifinal de la pasada Copa Asiática cuando dirigía a Irán.

Pero más allá del partido, queda una buena sensación. El portero Camilo Vargas estuvo seguro y fue figura, mientras que Duván Zapata demostró que está listo para ser titular, lo mismo que Muriel o Luis Díaz. Queda algo de preocupación por el nivel de Yerry Mina y la ausencia de laterales seguros en la marca y que aporten en ataque, así como en la primera línea de volantes, aunque se aplicaron correctivos y se ganó.