Aquél viejo adagio del fútbol según el cual ‘el que no hace los goles los ve a hacer’, se cumplió ayer al dedillo en el duelo entre el Bayern Múnich y el Real Madrid, por la ida de la semifinal de la Champions League.
Los bávaros, aunque pegaron primero con un remate certero de Joshua Kimmich, al minuto 28 y tras un pase magistral de James Rodríguez, no supieron mantener la diferencia y mucho menos estuvieron certeros en la definición.
Caso contrario fue el de los ‘Merengues’ que tuvieron dos oportunidades y las concretaron para llevarse una victoria 1-2 que les permite respirar tranquilos y empezar a pensar en que van por su tercera ‘Orejona’ en forma consecutiva. Marcelo, con un espectacular remate de media distancia y Marco Asensio, fueron los ‘héroes’ en un partido en el que Cristiano Ronaldo no brilló.
Pero además, para el Bayern las malas noticias llegaron en forma de lesiones, con los cambios obligados en la primera parte de Arjen Robben (8) y Jerome Boateng (34).
El Real Madrid se acerca así a su tercera final consecutiva y a la cuarta en cinco años en la máxima competición europea. En todas las anteriores de este ciclo de oro terminó levantando el trofeo.
Tras eliminar al París Saint-Germain en octavos y a la Juventus en cuartos, el Real Madrid sigue respondiendo ante los grandes del continente y tiene la situación muy favorable ante el equipo que es ya matemáticamente campeón en la Bundesliga.
El Bayern, que la pasada campaña se despidió de esta competición en cuartos precisamente ante el Real Madrid, necesitará una remontada en el Santiago Bernabéu si quiere volver a la final de Champions cinco años después de su título de 2013, con Jupp Heynckes, su actual técnico, entonces también a los mandos.
Apenas iniciado el partido, el Bayern asustó con un centro-chut de Robert Lewandowski al que no llegó por poco Thomas Müller.
La lesión de Robben no cambió la actitud de los alemanes, que siguieron llegando con fluidez, como en el 19, cuando Rafinha tuvo una buena ocasión que paró Keylor Navas.
El premio a la insistencia lo consiguió el Bayern con su gol en el 28: James Rodríguez abrió para Joshua Kimmich, que entró en el área y envió un remate cruzado que, pese a que Navas llegó a tocar, terminó subiendo al marcador.
El Bayern siguió con problemas con las lesiones, ésta vez con Jerome Boateng teniendo que dejar su hueco en el 34, pero en el campo seguían sucediéndose las ocasiones alemanas.
El Real Madrid había ido a la deriva en la primera parte, pero consiguió un gol salvador, en el 43, cuando Dani Carvajal envió de cabeza hacia el centro, Cristiano Ronaldo amagó con un remate y la pelota terminó en Marcelo, que desde la frontal del área envió un disparo que termina en las redes de la portería de Sven Ulreich.
En la segunda parte, el Bayern siguió intentándolo de manera obsesiva y un pase de la muerte de Ribery fue cortado antes de que Müller pudiera rematar (50).
El Bayern seguía llegando con más peligro, pero en el 56 un contragolpe letal y un error aún más mortífero, le hizo muchísimo daño. Lucas Vázquez se fue por velocidad y brindó un pase de oro para Marco Asensio, que en el mano a mano no perdonó.
Ese tanto dejaba al Bayern contra las cuerdas y como un boxeador acorralado intentó zafarse, pero se encontró entonces con Keylor Navas.
El arquero tico detuvo a disparo de Franck Ribery (60), que se había ido de varios rivales en una espléndida jugada personal, y de nuevo ante un intento del francés, que se había encontrado con un rechace en el área (62).
En el 72 se le anuló un tanto al portugués Cristiano Ronaldo por haberse ayudado con la mano en el control, con lo que el luso, máximo anotador de esta Champions (15), no pudo sumar en este partido.
En el 88 el Bayern desaprovechó su último cartucho para evitar la derrota: un gran pase de Corentin Tolisso fue mal rematado por Lewandowski con todo a favor, para desesperación de la hinchada bávara.
Mala definición y errores defensivos dieron al traste con los anhelos de triunfo de los bávaros. Por eso James Rodríguez estaba molesto, porque quería ganar el partido e hizo un primer tiempo en el que brilló en el juego de asociación, en los pases, en la marca. Pero quedan 90 minutos y el enfermo, en estado de coma, puede despertar.