Muy buenos dividendos le dejó al técnico Néstor Lorenzo la gira por Asia, tanto en su búsqueda del equipo ideal para afrontar la eliminatoria al Mundial de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá, así como en su trabajo de renovación del plantel de la Selección Colombia.
Los resultados, que le permiten mantener el invicto desde que asumió la conducción del combinado nacional (seis partidos disputados con saldo de cuatro victorias y dos empates), son solo una anécdota.
Desde luego que una victoria y sobre todo con un soberbio golazo como el de Rafael Santos Borré para el 2-1 frente a Japón ayer, es un aliciente para seguir trabajando.
Sin embargo, lo realmente importante es este tipo de partidos son las conclusiones que el técnico pueda sacar y tanto el duelo de ayer como el del viernes pasado le permitieron darse cuenta de virtudes y defectos.
Frente a Corea fue claro que se perdió el primer tiempo, algo que no era nuevo sino que fue un mal que se padeció en eras anteriores, pero la bueno fue que Lorenzo, sin tocar la nómina, logró recomponer el funcionamiento.
Ayer ante Japón afloró otro problema y es la deficiencia en el juego aéreo. Por ahí llegó el gol nipón y es una asignatura en la que el seleccionador nacional deberá trabajar para corregirla. No hay que olvidar que a nivel suramericano hay equipos cuyo fuerte es el cabezazo.
Entre lo bueno está que Lorenzo, con jugadores que ya había tenido oportunidad, está renovando algunas líneas y descubrió otros que le pueden ser de mucha utilidad.
En el arco no hay afán. David Ospina (ausente por lesión), Camilo Vargas y Álvaro Montero, le brinda garantía y si necesita un recambio, dispone de José Luis Chunga o Devis Vásquez.
En defensa, por ahora, con Daniel Muñoz, se tiene cubierto el puesto, mientras que por izquierda ayer Deiver Machado emergió como alternativa, mientras que por el centro Jhon Lucumí, Carlos Cuesta y Dávinson Sánchez, se consolidan para ser titulares.
Empero, el gran descubrimiento de esta gira fue Kevin Castaño, jugador de Águilas Doradas, quien participó en los dos partidos con un alto rendimiento. Otro que mostró capacidades para optar por un lugar fue Dylan Borrero, mientras que Jhon Jader Durán, tuvo tu debut goleador ayer.
Para los aficionados lo mejor de ayer fueron los goles de Durán y la pirueta de Rafael Santos Borré para la espectacular anotación de chalaca.
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“Ha sido un espectáculo muy bonito”, teniendo en cuenta que -desde su mirada- “hubo dos equipos que jugaron muy bien, a la ofensiva, a ganar el partido”, dijo Lorenzo.
Añadió que “contento por el partido que han hecho contra una potencia futbolística”, dándole más méritos a la selección que en el pasado Mundial fue primero del grupo E sobre España, Alemania y Costa Rica.
Rescató una de las principales características del plantel, destacando “la resiliencia de este equipo, la manera en que afronta la situación y que no cambia el objetivo que es ganar”.
Resaltó el “espíritu y carácter”, más allá de la condición técnica o la aplicación táctica que tienen, concluyendo que se va “muy contento por la cantidad de jugadores jóvenes y el futuro que tiene Colombia”, dando luces de que el recambio generacional continuará en firme para las Eliminatorias suramericanas que se cumplirán desde septiembre.
Pese al gol encajado en los primeros minutos, Lorenzo resaltó: “se viene repitiendo una situación que es trabajar contra la adversidad, iniciar el partido perdiendo. Hoy fue una jugada que no disputamos bien en la mitad y vino el gol de Japón en los primeros minutos cuando habíamos arrancado bien”.
Con relación a su esquema, aseguró que debe adaptarse a los jugadores y no al contrario. “El sistema es algo flexible, yo digo que se debe adaptar a las características que tenga el jugador. Sabemos que a determinados jugadores no se les puede pedir cosas que no pueden hacer, no me enfrasco tanto en el sistema sino en las buenas asociaciones de jugadores que puedan estar dentro del campo. Después, la parte táctica, cómo presionar, cómo salir... Todas esas cosas son parte del plan de cada partido”.
Lorenzo, quien jugó con tres hombres adelante, luego varió para “cerrar el partido”, y pasó a un cinco, cuatro uno.