Arsenal, Liverpool, Manchester United o incluso Newcastle velan armas antes iniciar el asalto a la hegemonía del Manchester City, campeón de apetito voraz que parte de nuevo con la vitola de favorito a conquistar la Premier League, en la que Tottenham y Chelsea quieren mejorar su nefasta última temporada.
Los ‘Citizens’ abren el telón hoy en casa del recién ascendido Burnley con la ambición de conquistar una cuarta corona consecutiva, algo inédito en el país inventor del fútbol.
El club propiedad de Abu Dhabi United Group, que en junio se proclamó campeón de Europa por vez primera, se ha transformado en una máquina casi invencible a golpe de talonario y de una política deportiva paciente e inteligente.
Si bien Pep Guardiola ha perdido a su capitán Ilkay Gündogan (Barcelona), cuenta con Mateo Kovacic (ex del Real Madrid y del Chelsea) para reemplazarlo, y ha fichado a Josko Gvardiol (Leipzig) como refuerzo de lujo de una ya de por sí nutrida defensa.
Además conserva el núcleo de la exitosa temporada pasada, con Kyle Walker, John Stones, Kevin De Bruyne, Bernardo Silva y Erling Haaland, el delantero que marcó 36 goles en su primer curso en Inglaterra.
Después de haber peleado por el título la temporada pasada, con 84 puntos en su casillero, y 88 goles a favor para finalizar en segundo puesto, el Arsenal de Mikel Arteta parece dispuesto para aspirar de nuevo a lo máximo.
Sus propietarios estadounidenses, habitualmente con mayor contención de gasto, han tirado de chequera este año para hacerse con el delantero Kai Havertz y con el centrocampista Declan Rice, que supuso un fichaje récord en el club.
El defensor francés William Saliba, cuya baja por lesión en el tramo final de la pasada temporada costó caro, está de vuelta, y los ‘Gunners’ dieron ya un primer aviso al imponerse al Manchester City en los penales en la Community Shield.
Manchester United, tercero en el último ejercicio, ha reencontrado la estabilidad y la ambición bajo la batuta de Erik ten Hag. Conquistaron la Copa de la Liga, primer título en seis años, alcanzaron la final de la FA Cup, y esta temporada regresan a la Champions League.
Los ‘Diablos Rojos’ conservan a sus estrellas y la familia Glazer, a pesar del proceso de venta del club, ha invertido en el arquero Andre Onana, el volante Mason Mount y el delantero Rasmus Højlund.
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El Liverpool ha acudido con menos fuerza al mercado, lo que preocupa a una afición que viene de sufrir una temporada decepcionante (eliminaciones precoces en las copas nacionales y en Champions, y quinto puesto en la Premier). Además se han ido Henderson, Fabinho, Milner, Keita, Oxlade Chamberlain, Firmino. Sólo dos refuerzos para el club de Anfield: Dominik Szoboszlai y Alexis Mac Allister.
El Newcastle y sus propietarios sauditas, cuartos el año pasado, esperan también estar en la pelea por el podio. Para mantener la inercia y hacer un papel digno en Champions, las ‘Urracas’ han apostado por el talentoso centrocampista Sandro Tonali, procedente del Milán.
El dinero no siempre asegura resultados. Los propietarios estadounidenses del Chelsea pudieron constatar esa máxima la temporada pasada, su primera en Londres, cerrada con un discreto puesto 12, la peor clasificación de los ‘Blues’ desde 1994, a pesar de los 600 millones de euros (sobre 661 millones de dólares) gastados en fichajes.
Después de haber finiquitado a tres entrenadores en un tiempo récord (Tuchel, Potter y Lampard), el Chesea se ha puesto en manos de Mauricio Pochettino, admirado por sus éxitos con el vecino Tottenham (2014-2019) y a pesar de no haber triunfado en el París SG (2021-2022).
El argentino deberá conformar un grupo que ha sufrido las marchas de Edouard Mendy, Kalidou Koulibaly y N'Golo Kanté, los tres a Arabia Saudita.
Mismo caso para el Tottenham, que por primera vez desde 2009 no viajará por Europa.