Deshielo en la relación entre EU y Rusia | El Nuevo Siglo
Miércoles, 13 de Mayo de 2015

Señales positivas que evidencian una distensión y enrutan la relación entre Estados Unidos y Rusia comenzaron a darse con el primer cara a cara entre el secretario de Estado de EU, John Kerry y el mandatario Vladimir Putin.

Más de un año después del inevitable distanciamiento norteamericano y las sanciones adoptadas por el apoyo del Kremlim a los separatistas prorrusos en el este ucraniano, precedida por  la anexión de Crimea (el primer golpe a la relación bilateral),  la diplomacia vuelve a imponerse con miras a una estabilidad regional y mundial.

Kerry cumplió ayer la cita que Putin le hiciera en Sochi, a orillas del Mar Negro. Era la primera visita a Rusia de un alto responsable estadounidense desde el comienzo de la crisis ucraniana y el considerable enfriamiento entre Moscú y Washington.

Antes de ese encuentro, el funcionario norteamericano se entrevistó con el canciller Sergio Lavrov quien hablando duro y claro manifestó que “Rusia desea cooperar con Estados Unidos… no obstante, esta cooperación sólo es posible sobre una base justa y equitativa, sin intentos de dictados ni coerciones".

El ministro de relaciones exteriores ruso subrayó que ¡la crisis actual de las relaciones con Washington no es nuestra responsabilidad" y sobre esa premisa destacó que “la continuación de una confrontación, con intentos de presionarnos a través de sanciones, es un camino que no lleva a ninguna parte".

Horas después, Kerry tuvo su encuentro con Putin, encuentro que según las partes los llevó a “entenderse mejor”, al punto que el funcionario norteamericano indicó que las sanciones contra Rusia podrían anularse si se respeta la tregua en Ucrania.

Y ese es un aspecto clave, máxime que tanto Ucrania atraviesa un "momento crítico" para cumplir "con las próximas etapas" del alto el fuego vigente desde febrero pasado, según expresó  un responsable del departamento de Estado.

El líder de la diplomacia estadounidense expresó que había una "necesidad urgente" para Estados Unidos de cooperar para enfrentarse a los desafíos globales y por ello, durante el encuentro que se prolongó durante ocho horas se trataron los conflictos en Ucrania, Siria y Libia, la amenaza que significa el Estado Islámico y las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.

Kerry, quien se entrevistó la semana pasada con su homólogo iraní Mohamad Javad Zarif, informó  a Putin sobre el contenido de las conversaciones en tanto un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear de este país debe concluir antes del 30 de junio.

"Es importante, ahora que comenzó la cuenta atrás, que estemos todos en la misma línea. Es el medio más eficaz" para llegar a un acuerdo, declaró el responsable del departamento de Estado al ser interrogado sobre la trascendencia de estas reuniones de Kerry con el gobierno ruso.

 Por su parte el  portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, consideró que la visita de Kerry era "muy positiva" y confirmó que las conversaciones abordaron los "problemas internacionales más urgentes". 

"Esperamos que esta visita ayude a la normalización de las relaciones bilaterales, de las cuales depende en gran medida la estabilidad mundial", manifestó por su parte el canciller Lavrov.

En un ambiente distendido, bajo el sol de Sochi, el ministro ruso  continuó con la "diplomacia de la patata" al entregarle a su homólogo una caja de papas rusas, un guiño ante un obsequio similar que Kerry le había hecho en enero 2014.

Este último obsequió a Lavrov una selección de portadas de la prensa rusa que, en su opinión, "no reflejan el real potencial de la relación ruso-estadounidense".

Aunque Kerry se reunió varias veces con Lavrov en diferentes capitales europeas, no había  mantenido ningún encuentro bilateral con Putin desde mayo de 2013.

Moscú se queja de las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa por su papel en la crisis ucraniana, a lo que Kerry responde que Rusia no aplica como debería el acuerdo de alto el fuego negociado en Minsk para terminar con un conflicto que ha provocado la muerte de 6.100 personas y el desplazamiento de al menos un millón.

"Hemos sido muy, muy claros. Si los acuerdos de Minsk se aplican completamente, sobre todo en cuanto a la devolución de la soberanía ucraniana en su frontera (con Rusia), habrá ocasión de revisar las sanciones" económicas, afirmó el responsable del departamento de Estado. 

"Pero también hemos dicho claramente que si se producen nuevas violaciones (de los acuerdos), la presión será más fuerte", matizó. 

Al concluir la jornada, el canciller ruso resumió los resultados de la misma: Comprendemos la necesidad de evitar pasos que puedan infligir daño a largo plazo en las relaciones bilaterales en temas diversos".

Existe la voluntad política para encauzar la relación EU-Rusia. Todo depende de la actuación de éste último en la convulsionada Ucrania, donde el alto el fuego se ha respetado pero es muy frágil y además no se vislumbra una salida a la real crisis: el ansia de los prorrusos de quebrar la unidad territorial de ese país./EL NUEVO SIGLO con AFP