Una persona capturada y la muerte por inhalación de químicos de Bobbie, un perro antinarcóticos, así como el desmantelamiento de un laboratorio para preparar cocaína líquida negra dejó como resultado una operación del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía en Bogotá.
El director nacional del CTI, Danny Julián Quintana, explicó que el grupo propietario de este laboratorio podría tener vínculos con un militar y un policía, parientes de Lucía Ardila Martínez, la mujer que fue capturada por la policía judicial.
Además, hallaron un mecanismo que permitía transformar las maletas en verdaderos cargamentos de cocaína, pues las partes sólidas de las maletas que le dan resistencia a las citadas valijas era impregnada con la cocaína negra líquida, que se solidificaba al secarse.
Para evitar la detección por parte de los perros antidrogas, le aplicaban unos químicos a la droga que evitaban la acción de los canes. Precisamente fue esta sustancia la que el perro antinarcóticos Bobbie olió durante la operación en el barrio Roma, al sur de Bogotá.
Cuando el labrador dorado de alrededor de dos años de edad acercó su hocico al tanque en el que los soportes internos de las maletas eran sumergidos para cargarlas de droga, percibió el químico e inmediatamente perdió el control. Los investigadores que llevaban adelante el operativo lo retiraron a la espera de que el reposo le permitiera volver a su estado normal.
Sin embargo, la pobre bestia no soportó la carga de olores y a las pocas horas se desgonzó completamente y murió. Se está tratando de establecer qué sustancia fue la que provocó el deceso de este animal, adscrito al cuerpo de caninos del CTI.
En cuanto a la capturada, un juez de control de garantías le dictó medida de aseguramiento y envió copias al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para que investigue el porqué la hija de la mujer, de seis años de edad, presenta múltiples quemaduras en el cuerpo, al parecer con ácido.