Alerta económica: 4 movidas con pros y contras | El Nuevo Siglo
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Sábado, 14 de Marzo de 2020
Redacción Economía

La situación del país por culpa del petróleo, un dólar caro y la epidemia del coronavirus, obliga a las autoridades a tomar medidas para conservar el crecimiento de la economía

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Hace cuatro meses, ningún analista se imaginaba que el buen rumbo que mostraba la economía para finales del 2019, iba a repercutir en un mejor resultado para el 2020. Con tasas de interés estables en 4,25%, un crecimiento de 3,3%, un sistema financiero fortalecido donde los bancos registraban utilidades por encima de los $9 billones y una inflación controlada, solo la sombra del desempleo con 10,5% causaba algo de inquietud.

Sin embargo, en dos meses, el panorama económico se transformó por dos  hechos coyunturales: el coronavirus y los precios del petróleo. Esto, inmediatamente hizo que las cotizaciones del dólar se dispararan en el país, profundizando la devaluación del peso hasta límites insospechados.

El dólar, que hace dos meses se cotizaba a $3.272, el 11 de enero se disparó rápidamente hasta llegar a los $3.800 y hoy, amenaza con seguir de largo. Este precio, que aparentemente beneficia a los exportadores, tiene con los pelos de punta a los importadores que deben pagar más por productos, materia prima, electrodomésticos y ahora, tiene preocupado al Gobierno que no sabe qué hacer ante esta eventualidad.

A esto se unió el desplome de los precios del crudo que cayeron desde los US$45 el WTI  y US$60 el Brent, que evidentemente están dejando un hueco profundo en las finanzas. Hoy con cotizaciones de US$30 y US$35, no le están dejando margen de error a las finanzas.

En el panorama queda la sensación que sí se deben tomar medidas como las siguientes:

 

1. Modificar las tasas de interés

Luego de una reunión extraordinaria, la Reserva Federal (FED) recortó a comienzos de marzo su tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos, llevándola al rango de 1% a 1,5%.

Después de la decisión sorpresiva de la Reserva Federal de Estados Unidos, los mercados internacionales se valorizaron y el peso alcanzó una cotización mínima de $3.416.

La bajada sorpresiva de la Reserva Federal fue interpretada por los mercados como indicios de que el escenario de crecimiento mundial podría ser mucho más desfavorable de lo esperado y en ese sentido, se mantiene una perspectiva conservadora sobre el peso colombiano.

Aún después de la reducción de tasas, la preocupación de los mercados es tal que para la reunión de marzo de la FED se sigue descontando la posibilidad de un recorte en la tasa de interés y hasta casi tres en lo que queda del año.

En Colombia se cree que el Banco de la República debe tomar decisiones en política monetaria, sobre todo ahora que se empieza a frenar la liquidez. Esta decisión se ha postergado durante 18  meses y para algunos analistas, es mejor que el Emisor comience a incrementar los tipos para encarecer un poco el dinero y así  empezar a ordenar un poco el sistema financiero. En épocas de crisis, como la actual, es bueno mandar un mensaje al mercado que el costo de los créditos sube. En contra de esta decisión, está la posibilidad que al subirse los tipos, disminuya la demanda y se dispare un poco la mora crediticia.

 

2. Volver a la banda cambiaria

Desde 1994, en Colombia se definió un régimen de banda cambiaria, que representa un esquema intermedio entre un régimen de tasa de cambio fija y uno de flotación libre. El 25 de septiembre de 1999 fue eliminado el sistema de banda cambiaria y se pasó a un sistema de libre flotación del tipo de cambio nominal.

Mediante este sistema se estableció un nivel máximo de la tasa que el Banco Central estaba dispuesto a permitir en el mercado interbancario de dólares, cada día, que era del 7%. Cuando el mercado llevara la tasa a este nivel, el Banco venderá dólares los que fuesen necesarios para mantener la tasa de cambio en ese valor. Igualmente, se estableció un nivel mínimo de la tasa en 7%. Si se excedía en ese nivel, inmediatamente el Banco compraba dólares para que el tipo de cambio se mantuviera en ese valor.

Este sistema fue eliminado por la Junta Directiva del Banco de la República luego de la crisis económica de 1999. Ahora, sin embargo, varios expertos consideran que se debería volver a este sistema para impedir que el dólar se dispare. Lo negativo de volver a la franja cambiaria es que los mercados podían advertir mal la intervención del Emisor lo que podría frenar las inversiones en el país.

 

3. Utilizar las reservas internacionales

Actualmente, las reservas internacionales de Colombia tienen como principal componente las inversiones de corto plazo representadas en depósitos y títulos valores en el exterior. De estas inversiones, el 88,9% se compone de monedas extranjeras, de las cuales 80% son dólares, 15% euros y 5% yenes.

El monto de reservas monetarias de Colombia. En efecto, se ha pasado de tener 27,000 millones en 2010 a 48,000 millones de dólares en 2018 y US$52.000 millones en enero de este año.

Generalmente, el uso de reservas se hace para comprar dólares, pero ante una eventualidad como la que está viviendo el país por la escalada del dólar, muchos creen que llegó el momento que se deben utilizar las reservas para controlar el precio de la divisa. Este ahorro, se hizo para contingencias y se considera que hoy se presenta una contingencia especial. En contra de este uso, sería un riesgo que el país perdiera un ahorro clave mandando signos negativos a los mercados.

 

4. Utilizar el crédito de contingencia del FMI

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó una Línea de Crédito Flexible (LCF), por un monto equivalente a los US$11.400 millones. Las autoridades colombianas manifestaron su intención de tratar el acuerdo a manera de precaución, como lo han hecho desde el 2016.

La LCF se estableció el 24 de marzo de 2009 como parte de una importante reforma del marco de préstamos del Fondo y está diseñada para prevenir la crisis, ya que brinda la flexibilidad de recurrir a ella en cualquier momento.

Los desembolsos no se escalonan ni condicionan al cumplimiento de los objetivos de política, como en los programas tradicionales respaldados por el FMI.

Este acceso flexible se justifica por los sólidos antecedentes de los países que califican para la LFC, lo que da confianza de que sus políticas económicas seguirán siendo sólidas.

Este instrumento equivale a una “línea de sobregiro” a la que países con robusto desempeño económico (como Colombia) pueden acceder en momentos de estrés financiero. Hoy, el país podría utilizar este sobregiro para adquirir la deuda a bajos intereses y paliar en algo las necesidades fiscales que tienen, teniendo en cuenta que pueden ahondarse por culpa de la actual coyuntura, sobre todo, además de atender cómo frenar el coronavirus en el país. Sin embargo, los expertos economistas consideran que las firmas calificadoras tomarían esta decisión de forma negativa, cambiando las notas de Colombia.