El Gobierno piensa disponer de US$5.300 millones ($20 billones al cambio de hoy) de una parte de la Línea de Crédito Flexible (LCF) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de ampliar por US$17.200 millones, previa solicitud hecha por el Ministerio de Hacienda. Los recursos servirían para corregir el déficit presupuestario del 2020 que sería de $30 billones.
El jefe de misión del FMI para Colombia, Hamid Faruquee, reveló detalles adicionales tras la decisión del Gobierno de Colombia de solicitar un desembolso de US$5.300 millones tras recibir una ampliación de la Línea de Crédito Flexible (FCL por su sigla en inglés).
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El funcionario dijo que el desembolso del FMI se hará cuando el Gobierno de Colombia lo solicite y no tendrá requerimientos adicionales al pago de los intereses pactados para la línea de crédito.
Ese giro, de acuerdo con el vocero del FMI, tendrá una tasa especial de interés que se definirá dependiendo del monto.
Sobre el periodo de pago por parte del Gobierno de Colombia, dijo que en giros similares realizados en el pasado el plazo ha sido de entre tres y cinco años.
De su parte, Alejandro Werner, director de estudios económicos del FMI para el hemisferio occidental, dijo que el desembolso al Gobierno colombiano no afecta las métricas establecidas para la deuda pública porque simplemente reemplaza fuentes de financiamiento.
Presupuesto
De acuerdo con las autoridades colombianas “esta intención de realizar un desembolso parcial de la LCF ampliada es con fines de apoyo presupuestario. El Gobierno tiene la intención de desembolsar de la LCF un valor de hasta 187,5% de la cuota de Colombia (alrededor US$5.300 millones), como parte de su plan financiero para el año fiscal 2020. El monto restante, es decir, cerca de US$12.000 millones, mantendrá, como en el pasado, un carácter precautorio”.
Sostiene el Ministerio de Hacienda, que “la LCF es una opción con condiciones financieras favorables que complementaría las fuentes de financiamiento existentes para enfrentar la pandemia covid-19 y sus efectos en la economía. El uso parcial de la LCF permitiría al Gobierno Nacional aumentar sus opciones de financiamiento, soportar la confianza de los mercados y asegurar el cubrimiento de las necesidades presupuestales”.
“lEl uso parcial de la LCF permitiría al Gobierno Nacional aumentar sus opciones de financiamiento, soportar la confianza de los mercados y asegurar el cubrimiento de las necesidades presupuestales”: Minhacienda
Señala la cartera financiera que “adicionalmente, contribuiría a mitigar un posible desplazamiento del financiamiento o incremento de los costos de financiamiento local para el sector privado u otras entidades públicas, dado el aumento de las necesidades de financiamiento de la Nación”.
Entre las justificaciones que esgrime el Gobierno para decidirse a utilizar parte de estos recursos, están en que “los choques externos sin precedentes han impactado las cuentas externas y fiscales del país. La activa respuesta de política en medio de un entorno de desaceleración de la actividad económica genera mayores necesidades de financiamiento. Contar con la LCF ayudará a salvaguardar la respuesta de política pública del país frente a la crisis y sus efectos sobre la economía”.
Financiamiento
Específicamente, los recursos de la LCF diversificarían las fuentes de financiamiento externo del Gobierno Nacional con condiciones financieras favorables.
Este factor ayuda al buen funcionamiento de los mercados financieros locales y refuerza la confianza en el manejo de la emergencia y en el programa de reactivación económica. Igualmente, el incremento en el acceso de la LCF le permitirá a Colombia mantener un nivel prudente de liquidez externa para cubrirse ante mayores riesgos externos.
Sobre el rol del Banco de la República en esta operación, el Minhacienda señala que “el desembolso parcial se realizaría directamente a cuentas del Gobierno Nacional. Todos los costos asociados con el desembolso y el subsecuente pago de obligaciones serán asumidos completamente por el Gobierno, representado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público. El Banco de la República actuará como agente fiscal del Gobierno, canalizando los pagos asociados a la operación”.
Frente a la preocupación de si ese desembolso parcial de la LCF tendría algún efecto sobre el nivel de reservas internacionales de Colombia, el Gobierno dice que “ni el aumento en el acceso, ni el desembolso parcial de la línea para apoyo presupuestario, tiene efectos directos sobre el stock de reservas internacionales que administra el Banco de la República. La ampliación del nivel de acceso de la LCF mejora la liquidez externa del país y complementa la cobertura que provee el adecuado nivel de reservas internacionales actual”.
Asegura, asimismo que “estos recursos cubrirían parte del Plan Financiero para el 2020 que fue presentado por el Gobierno en junio de este año. Esto significa que el desembolso parcial no implicaría una mayor deuda de la que está actualmente prevista”.
Los recursos
Asimismo, las autoridades colombianas tienen la intención de desembolsar parte de los recursos de la LCF en respuesta a la pandemia covid-19 y sus efectos sobre la economía. Los recursos se desembolsarían en la Cuenta Única Nacional del Ministerio de Hacienda y Crédito Público y serían utilizados para financiar el Presupuesto General de 2020, incluido el Fome (Fondo para la Mitigación de la Emergencia), de conformidad con el principio de unidad de caja.
Insiste el Gobierno que “por ende, estos recursos no estarían destinados al financiamiento de programas o proyectos específicos; financiarían el déficit del presupuesto contemplado en el Plan Financiero 2020, presentado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público en junio pasado”.
Señala también el Minhacienda, que “después de efectuarse el desembolso, el monto remanente de la línea continuará siendo tratado como precautorio, brindando solidez a la posición de liquidez internacional del país en un contexto de elevada incertidumbre. Este instrumento, junto con una adecuada posición de reservas internacionales, permite aumentar la confianza del mercado en la resiliencia de la economía colombiana, apoyada en un marco de política económica sólido y en su capacidad de responder ante choques externos”.
Insiste el Gobierno que “por ende, estos recursos no estarían destinados al financiamiento de programas o proyectos específicos; financiarían el déficit del presupuesto contemplado en el Plan Financiero 2020”
Lo recibido
El pasado 31 de marzo, Colombia recibió un crédito de US$250 millones del Banco Mundial. Este préstamo proviene del programa llamado Catastrophe Deferred Drawdown (CAT DDO), cuyo objetivo es apoyar las políticas de desarrollo en países con emergencias relacionadas con la salud pública o el medio ambiente.
Esta línea de crédito ya había sido utilizada por Colombia en 2011, cuando el Banco Mundial le desembolsó US$150 millones para enfrentar la temporada de lluvias.
Hace apenas unos días, el Banco Mundial aprobó un nuevo préstamo de US$700 millones para respaldar tres acciones del gobierno colombiano: aumentar el número de pruebas de laboratorio, aplicar protocolos de bioseguridad y, en consecuencia, reactivar más pronto la economía. También ampliar los programas para familias vulnerables y el número de hogares que reciben un apoyo monetario y de alimentación escolar por parte del Estado. Por último debe apoyar al sector empresarial mediante la ampliación de garantías, planes de liquidez y líneas de crédito. Esto, a su vez, busca proteger los empleos en el corto plazo.
En conjunto, estos dos créditos se proponen ayudar a proteger a los más vulnerables y fortalecer las políticas del gobierno mediante un endeudamiento “transparente y sostenible” en tiempos de pandemia.
Los recursos de los préstamos serán aportados por varias organizaciones, de la siguiente manera: 38,4% por parte del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF); 41% por la Asociación Internacional de Fomento (AIF); 15,1% por la Corporación Financiera Internacional (IFC); y 5,3% por el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA).