BAJO EL contexto actual en el cual la inflación ha golpeado con fuerza las economías emergentes de América Latina, han surgido diferentes opciones de inversión que se posicionan entre los inversionistas como una solución potencial para preservar y proteger el valor del dinero, las transacciones y ahorros.
En particular, el bitcoin y las stablecoins surgen como dos alternativas, con enfoques distintos y complementarios en la lucha contra la pérdida constante de poder adquisitivo y el alto valor que registran los productos y servicios en mercados golpeados por la inflación, la incertidumbre global y la devaluación de sus monedas locales.
En Colombia, la inflación de junio registró una leve variación al alza. El más reciente informe presentado por el DANE, la inflación año corrido alcanzó el 4,12% y la anual el 7,18%, respectivamente. Un comportamiento que los inversionistas han detectado y por eso buscan alternativas.
Javier Pastor, director de Relaciones Institucionales de Bit2Me, dice que “inversionistas, comerciantes y consumidores se enfrentan a restricciones de capital y a la devaluación de sus monedas locales, por ello han recurrido al Bitcoin como una alternativa más estable para transacciones y ahorros. Además, su naturaleza descentralizada elimina la necesidad de intermediarios financieros, permite transacciones directas entre usuarios, lo cual es un atractivo adicional en regiones con sistemas bancarios restrictivos e inestables”.
El Bitcoin, conocido popularmente como “oro digital”, debido a su potencial para actuar como un activo refugio en tiempos de crisis financiera, a diferencia de las monedas fiduciarias (estatales, como el peso colombiano, dólar o euro), que pueden devaluarse rápidamente debido a políticas monetarias expansivas y mala gestión política; tiene un suministro limitado e inmutable.
Por otro lado, las stablecoins ofrecen una enorme ventaja en la lucha contra la inflación. Estas criptomonedas están vinculadas a activos “estables” como el dólar estadounidense, el euro, o incluso el oro, les permite mantener una paridad constante con respecto a estos activos financieros.
Esto las convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan evitar la volatilidad típica de criptomonedas como el Bitcoin, pero que aún desean disfrutar de los beneficios de la tecnología, como la rapidez en las transacciones.