Argentina, Brasil y Paraguay reiteraron sus críticas a Uruguay por su voluntad de negociar acuerdos con países extra Mercosur, advirtiendo que esto podría "desembocar en una ruptura", mientras Montevideo considera que, sin una apertura comercial, el bloque va camino a la "extinción".
"Necesitamos un bloque capaz de estrechar lazos con otros países y bloques. No nos podemos permitir el inmovilismo", dijo el canciller anfitrión, el uruguayo Francisco Bustillo, en su discurso de apertura de la reunión del Consejo del Mercado Común.
El ministro de Uruguay aclaró que su país "no pretende ni quiere romper el bloque" fundado en 1991, pero consideró que la coyuntura actual lo acerca a la "extinción".
Estas palabras fueron una respuesta al discurso del ministro de Relaciones Exteriores argentino, Santiago Cafiero, quien consideró "que se emprende un camino que muy probablemente podría desembocar en una ruptura" del bloque, en referencia a los intentos de Uruguay por negociar tratados bilaterales con terceros países, sin la aprobación de sus socios.
Bustillo apuntó que a la fecha el Mercosur tiene 11 acuerdos vigentes y solo cuatro de ellos son extrarregionales.
"Un dato no menor es que desde el año 2010 a la fecha, la Organización Mundial de Comercio registra 172 acuerdos de libre comercio. Ninguno del Mercosur", ilustró.
"No tenemos acuerdo con ninguna de las 10 principales potencias económicas y comerciales en el mundo", añadió.
La reunión de los representantes de los Estados Parte y Estados Asociados es el preámbulo de la cumbre de mandatarios del martes, a la que asistirán el argentino Alberto Fernández y el paraguayo Mario Abdo, además del uruguayo Luis Lacalle Pou.
El brasileño Jair Bolsonaro se ausentará, como ya lo hizo en julio pasado, durante la reunión en Asunción.
Fernández recibirá del uruguayo Luis Lacalle Pou la presidencia protémpore del bloque.
Medidas
El mandatario uruguayo auguró una reunión "entretenida" el miércoles pasado, luego de conocerse una nota en la que Brasilia, Buenos Aires y Asunción plantean la posibilidad de "eventuales medidas" en contra de Montevideo por su pedido de adhesión al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
Horas después de difundido el comunicado conjunto, el gobierno uruguayo concretó su solicitud de ingreso al acuerdo comercial integrado por Australia, Japón, Canadá, Nueva Zelanda, Brunei, Chile, Malasia, México, Perú, Singapur y Vietnam.
Se trata de un nuevo capítulo que se suma a la disputa que el país más pequeño del bloque, con 3,5 millones de habitantes, mantiene con sus socios desde hace décadas.
De hecho, el gobierno de Lacalle Pou también intenta negociar un TLC con China sin la aprobación de los demás integrantes del Mercosur, lo cual ha crispado en particular a Argentina y Paraguay.
Camino a la "ruptura"
Una resolución conjunta del año 2000 y el tratado fundacional de 1991 apuntan a que los acuerdos del Mercosur deben ser alcanzados en grupo por los socios, una interpretación de la normativa que Uruguay no comparte.
"Nos preocupan ciertas actitudes unilaterales, orientadas a negociaciones bilaterales con terceros países al margen del consenso del bloque", consideró Cafiero. "Consideramos que eso es contrario a la normativa del Mercosur", subrayó.
"No nos asustan los enfoques bilaterales", pero "han sido siempre fruto del consenso", sostuvo.
"Vemos con preocupación que se emprende un camino que muy probablemente podría desembocar en una ruptura" del bloque, señaló el ministro argentino.
Por su parte, el canciller brasileño, Carlos França, sostuvo que su país está "abierto a discutir modalidades flexibles" siempre que ocurran "de forma franca y transparente, en las instancias pertinentes del bloque y respetando los principios básicos" del Mercosur.
"El consenso es la regla del Mercosur y debemos respetarla. (...) El objetivo del Tratado de Asunción es claro, no hay lugar a interpretaciones", expresó de su lado el canciller paraguayo, Julio César Arriola.
Para el especialista en Relaciones Internacionales Ignacio Bartesaghi, Uruguay "inició hasta ahora (...) anuncios y acciones que no tienen ningún tipo de posibilidad de reclamo legal".
Además, señaló que la ausencia de Brasil, "la potencia" de la región, por segunda vez consecutiva en una cumbre, es un claro indicador del frágil estado actual del bloque.